Replicantes.

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España, 2009.

Sunset Boulevard

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España, 2009.

El que Busca Encuentra

lunes, 29 de septiembre de 2008

Ricardo Casi Correcto

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Melómano soy, en grado enfermizo debo confesar. No podría vivir sin escuchar música, me siento vacío y gris sin no hay algún sonido que escuchar, sin sentir las cadencias compuestas en cierto grado de calidad que yo considero presentable. Entre tanto grupo y sonido que me meto a la cabeza, confieso que los discos de Pink Floyd son algunos de mis predilectos, es por eso que hoy honró de muy humilde manera a Richard Wright, su tecladista, que lamentablemente falleció en días pasados.

RICARDO CASI CORRECTO.

Mientras disfrutaba de algunas canciones de los Rolling Stones, después de una experiencia un tanto desalentadora al ver el documental que les realizará Martin Scorsese – y no es que no me haya gustado del todo, pero creía que el asunto iba encaminado más hacía lo que había realizado con Dylan en su “No Direction Home” (2005) y no tanto hacía lo que había fabricado Jonathan Demme para Neil Young en su “Heart of Gold” (2006) (altamente recomendable) – me enteré de la muerte de Richard Wright, una noticia que verdaderamente la consideré como gris, triste. El mundo de la música catalogada como rock estaba de luto ante la perdida de unos de los tecladistas más conocidos en esta escena. El otrora acompañante de Gilmour, Waters y Mason en el Pink Floyd que le cambio la faz no sólo al rock, sino a la música comercial por medio de sus mezclas de sonidos ambientales, efectos y atmósferas que trastocaban distintos géneros, dejó de estar más no de existir. Acompañante presente de Syd Barret, fundador de aquella mitica banda, será recordado no por ser uno de los tecladistas más pomposos, extravagantes y extrovertidos como lo es la figura de Rick Wakeman por ejemplo, sino por ser uno de los más brillantes (donde también tienen cabida el Sr. Wakeman, claro), su estilo no se basaba tanto en el aspecto de florituras muy desarrolladas, alejado del “virtuosismo” con el que se presentan otros instrumentistas en el genero del Progresivo como el también tecladista Keith Emerson (excelente hay que decir), sino más bien como un generador de ambientes, de climas precisos a favor de las canciones de sus compañeros. Algo que, quien sabe algo acerca de estos géneros, no es una tarea del todo fácil. Richard Wright era eso, un miembro de una banda, de un grupo, de un colectivo de mentes que desarrollaban ideas complejas y las llevaban acabo con tal sutileza que pocas veces se escuchaba a alguno de sus miembros sobresalir excesivamente ante el resto, era una parte clave en la amalgama de la música de Pink Floyd, de él mismo y últimamente de su amigo y colega David Gilmour.
Muchas otras bandas tan sólo desarrollan núcleos escalares, ideas musicales y sobreponen toda su técnica ante una composición que sólo les sirve para presumir sus habilidades; siempre a favor de la presunción, de una imagen meramente personal y alejada del conjunto, que en otros años, era uno de los discursos del rock que hoy por hoy es en realidad una leyenda respetada, promovida e impulsada por su gente; la que la creo y la que la vivió. Eso es en efecto una vida hecha que ha valido la pena. La de Richard Wright no se queda atrás, es tal vez por eso que se le vaya a hechar de menos, no obstante su legado siempre será, desde ahora, motivo de cierta vanidad.
Hasta hace algunos meses uno disfrutaba del concierto de Gilmour en el Royal Albert Hall donde se les podía ver juntos tocar dos temas clásicos de la banda, así como recordar el concierto acústico del 2002 donde interpretaban el tema “Breakthrough” del disco solista de Wright “Broken China” y dejarse llevar por ese estado de anhelo, de deseo de que las cosas no cambiasen, de que el tiempo se estancase y las cosas siguieran sucediendo, pero el tiempo es implacable y las cosas de una u otra forma deben hacerse llegar a su fin. Cual concierto, la vida de Wright se termino, sin encores, con sorpresa, sobresalto y muchos aplausos póstumos. De alguna u otra forma se le recordará, de alguna u otra manera las consecuentes generaciones escucharán su legado; en canciones, influencias y demás.
Hoy por hoy Wright puede ser recordado en el último disco lanzado por el ex-guitarrista de Pink Floyd, una grabación que retoma la ultima presentación de la más reciente gira de este, un concierto en Polonia donde el señor Wright puede ser homenajeado como a todo músico le gustaría ser rememorado; guardando silencio y que ese silencio lo construya él con sus armonías, con sus melodías. Con su canto, que es historia y siempre lo ha de ser.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Cártel-era

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Con esto de los bombazos (mejor tal vez decir granadas) todos se comportan como en un estado de emergencia, es algo lógico. Pero, ¿qué tanto esto debe ser una sorpresa real?, ¿hacía donde podría llevar este acto desleable nuestra “industria cultural” (o bien lo que conocemos como tal)?

CÁRTEL-ERA.

El tema de estos días es uno, sólo uno y ningún otro que aunque pueda relacionarse directa o indirectamente con ciertos preámbulos con los que ya se había batallado, o bien ya se estaba luchando, es una clara referencia a todos los sectores de un país en decadencia social como lo es este donde habitamos.
¡Bomba!, se diría como una especie de broma elegante en otros tiempos, tal vez unos meses antes. Posiblemente en el sur aún exista un poco de disertación y se diviertan aún haciendo alusión a esta composición de rima y folclor que ahora nos trae a mente algo que parecía no tan lejos, pero si distante: los actos delictivos nombrados como atentados y dirigidos a la sociedad en general.
Como lo es sabido, las bombas han dejado de ser las moderadas construcciones caseras que se hacían con una botella de cristal, gasolina y un trapo viejo (y que cierta cadena televisiva – con referencia a una cultura prehispánica – algún día enseño a realizar en sus noticiarios), potencialmente esta debacle sea debido al incremento en el combustible, que ya casi ningún liquido es embotellado en vidrio y es mejor conservar los trapos para el frío y los huracanes que andar recortándolo para darle fuego a otros. Ahora se ha dado paso a una período un tanto más oscuro (tampoco debemos teñir todo de lobreguez por este simple hecho, las nubes ya estaban a distancia desde hace un buen rato). Ahora las armas ya vienen empaquetadas y podemos hablar de un distensión para con el trabajo amateur. Una granada podría considerarse como una amenaza menor para con lo visto en anteriores meses, yo no sé por qué el gobierno nos muestra lo decomisado, es una visión terrible de lo que nos podemos encontrar en futuros no tan ajenos ni lejanos.
Material creativo suficiente tienen ahora ciertos sectores de nuestro país; los “videhomes” cuentan al momento con muchas tramas que bien pueden ser repetidas por unas cuantas décadas, andamios narrativos tan llanamente viserales y inverosímilmente bélico-militares como lo son sus producciones. No pueden quejarse de estas situaciones, a las que buen provecho sacarán en estos años por venir, realizaciones que emulen de manera coqueta (no creo exista otra manera) esta crisis que ellos tomarán, en su punto de vista, como algo serio y como homenaje; colocando un texto al final o al principio. La música no se debe quedar atrás, no se quedará podemos asegurar. Los narcocorridos podrán suministrarse por más años de tela por cortar, los urbanos y la industria Lora también podrán aportar ciertas tonadas al malogrado desarrollo social del país, unas dos/tres canciones, o bien todo un disquito temático, aunque tampoco podemos descartar a los Hernández, Rocos, Olvera y aquellos que se cambian a cada rato el nombre en una unión para cambiar un mundo que ya han ido cambiando desde hace mucho, según ellos, claro. Mejor manera de descubrir su inservible acto de voluntad por la que dejaron el estudio que tanta falta le hace a este país para, en efecto, mostrar una evolución de verdad.
No es que uno quiera agenciar cierta duda para con aquellos que involuntaria o voluntariamente manifiestan la idiosincrasia del México presente, pero debemos asumir las responsabilidades; tanto años de ver esos entramados cuasi cinematográficos, escuchar tanta “ira” e “impotencia” por parte de los rockeros con conciencia del país y tantas narraciones puristas por parte de los juglares norteños del país, nos hemos ido educando para con una visión que no cambia, que permanece y todo se convierte en un ciclo tan divertido como peligroso; ahora mortal.
Siempre he pensado que las expresiones artísticas de este país, de cualquier país, deberían ajustarse meramente a los criterios imaginativos del creador, situaciones triviales que llegan a algo gracias a las herramientas que cada arte manifiesta después de un estudio profundo de este, posiblemente, por que no, de vez en cuando alguna cita al pie en forma critica a ciertos asuntos, pero nunca el pie encima de nosotros. Nunca.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Susurros

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Hoy es el famoso 15, el día que todos esperan para poder beber creyendo en una serie de mentiras sistemáticas, profesando una justificación más falsa que el hecho mismo. En fin, llevo ya con esta versión, 4 años manifestando lo que para mí es realmente este “festejo”.

SUSURROS.

Vamos al grito, vamos a festejar, me dicen año tras año algunos de mis allegados. ¡Vamos al grito! lo que sabemos todos, significa una bebedera de alcohol hasta la descomposición total en pos de un inicio muy tradicionalista y un desenlace completamente globalizado. Dígase de otra manera, nos sale lo que realmente es en la actualidad el mexicano. Un ciudadano del mundo que exige tradiciones y modernidad en la misma conjugación de tiempo, un compuesto de pretérito y presente al que sólo los connacionales le podemos agarrar sentido.
Empezada la fiesta existe el pretexto perfecto (o por lo menos el ideal para con los cotidianos) de desenfundar, cual florete, las bien recibidas botellas de tequila que ya no lo es, pero que nos lo siguen vendiendo como la costumbre dicta, y si nos sinceramos un poco, sabemos lo que el valor causa en estas fechas para con uno más de los hijos del agave, al parecer en estos días no hace daño. Habrá otros, pues, nunca faltan, que en garrafas pueblerinas (que no son más que recipientes hechos para cargar gasolina) nos brinden de su aguamiel o su curado de “algo” al que muchos se nieguen en pos de cosas que han oído y lo manifiestan de esta manera, o bien, en primera e hipócrita persona (yo no lo tomo porque… ¿sabes cómo lo preparan?). La música doliente no puede esperar, las populares entonaciones de desamores en la sierra, ciudad, pueblo, rancho, hacienda, árbol o maguey, engalanan las primeras sonrisas (ironía aparte) así como los primeros retos infames, infantiles y absurdos de quien bebe o aguanta más. Los caballitos empiezan a ensuciarse.
Si bien el asunto resulta un tanto más falsamente culto, un paso más “intelectual” digamos (en el puro sentido de lo que cantase alguna vez el Rockdrigo comprando a los sabios con los nopales), no falta quien se desenchufa por instantes de ese ardor de superioridad en cuanto a gustos musicales y resuelve desenfadarse con puro rock nacional. Tequilas a la garganta mientras oímos los riffs de guitarras que se hicieron imitando el mercado inglés y estadounidense, sonidos garage, grungeros, punketos, urbano-blueseros, alternativos o bien denominados puro rock se manifiestan en la cochera de amigos que han pasado sus mejores momentos al compás de música extranjera.
La hora del baile no tarda en llegar, a mover el esqueleto en un slam de cotorreo o bien con un buen tronador de columna como lo es el nombrado duranguense, los zapatos se desgastan con un suelo que empieza a engolosinarse y texturizarse cual mosquitero. La descomposición empieza a tomar forma en las deformes sonrisas y carcajadas, en las pláticas polémicas de política, sexo, religión, amor y demás temas en pos de alguno que sabe, se puede cambiar a este país, a este mundo. Lo único que pide es que lo escuchen borracho.
Lo primeramente punzante de todo este hervor es que en la mayoría de las festividades colectivas nunca hubo un mentado grito. Sólo pocos recuerdan el sentido del festejo (que en efecto el primario es ir y ponerse una excelente guarapeta) y todo termina como una fiesta normal. Escuchando los hits del momento, sean nacionales o extranjeros, ¿por qué no un buen reggaetoncito puertorriqueño, un hit americano, una que otra rolita alegre (por no decir gay) europea? ¿Por qué no un clasiquito inglés de los 70, algo psicodélicon del 67 y todos a observar el cielo nocturno que muere? Muerte de tradición. Yo me sigo preguntando por qué demonios todos se visten como en la revolución si eso no es lo que festejamos, para eso falta más de un mes y hay 100 años de diferencia entre hechos históricos. En fin.
Esa es nuestra libertad, nuestra soberanía, nuestra patria. Ese es nuestro grito, un pretexto para el pretexto mismo. Ese es nuestro cambio expresado en marchas que no llevan a nada. Esta es nuestra cárcel; una botella de alcohol y un corazón desangrado.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Bien-vendido

EL BOLSILLO IZQUIERDO

En esta ocasión admito la abominable diversión, el fastuoso entretenimiento con el que se suscitan los domingos nacionales. Las dos más grandes televisoras de nuestro país han retornado a las ya gastadas formulas con las que tratan de haceros saber que los “talentos” (o mejor dicho los “sin talentos”) son parte tan común como la corruptela policial y política y su falta de ingenio y calidad.

BIEN-VENDIDO.

Alegre estoy, los reality shows han regresado a nuestra pantalla nacional para deleite de la ignominia, la mediocridad, la bajeza y por qué no, del entretenimiento vil y viral con que se definen. En los pasados domingos las cadenas más importantes del país dieron rienda suelta a sus axiomáticas representaciones de lo que el país requiere para una sano divertimento. Yo aún me sigo preguntando el por qué nadie se ha dado cuenta del gran insulto que esto encarna (mencionó esto pues ya hasta de sangre andan hablando).
Por un lado me fascina que uno de estos emporios denote su degradación hacia con su propios artistas (o así nombran ellos a quienes salen en sus producciones), haciéndolos pasar por humillaciones y ridículos. No sé ustedes pero yo la verdad no revelaría que parte de los artículos que vendo/rento/mantengo/manifiesto (¿por qué no llamarlos así, por qué no ponerlos así?) no son para nada talentosos en lo que digo que lo son, ¿qué es eso de que nos muestren que aquellos que “apasionan masas” son bien tarugos para con el bailongo y la cantada, si se presume que eso es lo que hacen? Las suposiciones, pues, se han perdido y ahora se redimen ante una verdad que implora y se sumerge en la falsa liturgia de querer auxiliar con el corazón - y al parecer sin nada de capacidad - los sueños del mexicano común o promedio, dígase de otra manera; un jodido que no tiene ni para mantenerse en la media de lo saludable y que para mala fortuna, debe cargar con algún familiar que se encontró con una vida aún más jodida y que ahora comparten. Lindos deseos estos de ayudar, digna representación de un pueblo, que nos dicen, debe de exigir una nueva cara.
Por otra parte, y tanto más o igual de disfrutable, está esta otra nueva versión (renovada y ya nada fresca) de lo que bien en otros años pudo ser el sumamente cursi concurso de la OTI, donde las futuras estrellas de esta país deben empezar a asegurarse un espacio en el corazón de la nación. Esto, claro, con los obstáculos naturales y unos cientos de más que sazonen la sopita instantánea que lentamente se calienta en base a popularidad, polémica, carisma y evaluación del populacho mexicano; esa sociedad nada educada para sobrevivir y menos para las manifestaciones artísticas. Me pregunto yo, un tanto asombradamente (aunque cada vez menos); ¿qué no lo que se buscaba era el talento vil?, ¿una voz que resuene en lo alto de las esferas de aquellos cantores que le han dado brillo a las tan fugaces, corrientes y presuntuosas noches bohemias? Ellos deben ser los herederos de aquellos que hoy son historia, y ceniza, polvo bíblico que vemos cada vez más desparecer; son los beneficiarios de aquellos que acabaron en las drogas, el alcohol, el abuso sexual, la violencia familiar, la cárcel por no saber sumar sus impuestos y confiar en el primero que se les pone enfrente, o bien, de aquellos que hoy en vez de reinventarse, le escupen en la cara a las nuevas generaciones sus éxitos de antaño para recordarnos el insignificante y mediano futuro y desarrollo que nos depara con esta juventud bipolar que se traga todo y que critica todo para con sus gustos y nunca con fundamentos, disciplina y carácter.
Yo alegre estoy, viendo como los dobles discursos se caen por enfrente de nosotros y nadie dice ni hace nada (incluyéndome), observando las buenas intenciones que critican a los políticos por ser el poder; ¿que los medios no lo tienen?, ¿qué no lo saben, que no hasta piden leyes para sus intereses, que no censuran, cesan e invisibilizan la información? Me agrada saber que todo sigue igual, que las cosas no se mueven, que todos hablan y esconden la mano, que las costumbres siguen, eso es lo que imploramos ¿no? Jamás olvidarnos de nuestras costumbres.
Para muestra estos dos “programones” que hay que observar de vez en cuando (y nunca más de quince minutos por transmisión) para salud de todos, para ver nuestra entera realidad, para observar que estamos ahí, representados. Que realmente estamos todos jodidos.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Nuestra Ceniza

EL AMOR ES ODIO

Hacía tiempo que esta sección había sido olvidada, he aquí la más reciente prosa costumbrista para con el dolor. La Octava entrega.

NUESTRA CENIZA

La ceniza es esa calca que intenta repetirnos, Amor
Es nuestro llanto tirado, nuestras ganas rendidas
Es un tanto de muerte, diseña desde el fuego
A veces con un poco de pasión,
A veces un tanto más o menos, que sé yo
En ocasiones se derrocha con el viento, en el viento
Y es al aire, con el aire y se pierde
Y la busco, te busco, me busco, nos busco
Y siempre cae, su lugar está en el suelo
No se marchita, y pinta, pinta lo que queramos pintar
Nada más,
Con su color, su color de ceniza.
Con un tanto de cariño no quiere que nos venzamos
Es un esfuerzo ya agotado
Es esa loca idea de juventud, esa de no morir,
Esa de seguir viviendo buscando la muerte,
Es un beso y un abrazo
Una flor quemada, una rosa, un clavel, un quizás
Es una risa dada, un recuerdo olvidado
Ya olvidado por última vez
Es una farsa y algo que tuvo verdad
Es ceniza.
En ocasiones la imagino como otra mujer, otra mujer como tú
Que sólo quiere un beso y un abrazo,
Que quiere lo que es ya
Y se le va la vida, y le cabe por los dedos
Y pinta, o mancha, o tiembla, o vuela, o sueña
Se da ese derecho
O bien se repite, o intenta
La ceniza es esa calca que, perennemente, intenta repetirnos
Que quiere algo y se niega
Que nos da la muerte, pero es la vida o no, que sé yo
Ere tú, para ti, con un poco de lo que me diste
Soy yo, para mí, pensando en ti
Siempre pensando en ti, cuando ya no…
Es nuestro sueño de amor ya conquistado
Perdido
Es lo que serás cuando abatas sobre mí que ya he de ser
Y entonces habremos de dejarnos caer,
Ser llevados por el viento
Y volar, ser el aire, con el aire y perdernos
Acaso repetirnos, simularnos
O quizás…

Nidos

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Después de un fin de semana lleno de marchas por razones varias, de pretextos y uno que otro capricho, y después de acabadas las olimpiadas y recordar la vida diaria (cotidiana mexicana), me encuentro con ciertas realidades que al parecer nunca van a cambiar.

NIDOS.

¿Qué es lo que hace a una persona ser más primordial que otra? ¿Será acaso lo significativo y lo trascendental o el simple hecho de la competencia social; peor aún, la conveniencia político-profesional? Yo no tengo la menor idea de a que se deba que ciertos nombres sobresalgan ante aquellos brindados cada que me encuentro en algún sitio y decido tenderle la mano para conocerle – a alguien. Personas en la frecuencia de lo habitual, tan comunes que al igual que yo, no tienen donde caerse muertos más que en el sobreprotector colchón de lo que sufridamente hemos contenido de nuestra educación.
¿Por qué entonces esa movilización tan radical (no de raíz sino más bien aparente) y esencial (mediática) para con la inseguridad – que vivimos todos – por el hecho de que un padre (sufrido, muy sufrido y honesto con su dolor hay que decir), miembro de las altas esferas de esta sociedad, haya perdido a su hijo? ¿Por qué esa actitud reaccionaria para con aquellos que sí tienen mayores posibilidades de vida, de argumento en contra de carreras políticas y/o profesionales, ya lo he mencionado?
¿Qué hay de todas esas otras personas que han pasado por lo mismo y sólo han visto pasar el tiempo ensimismados por lo pobres argumentos de un gobierno que no hace más que ser un escaparte de pretextos que en alguna ocasión fueron material para los mediocres cómicos de televisión, pero que hoy vuelven a doler? ¿Acaso no existen? ¿Acaso sólo se manifiestan las cosas si los delitos están próximos a las personas cercanas a nuestros representantes, que bien no son ellos los que deberían estar cercanos a nosotros y no al revés? Farsas y más farsas, una democracia lacónica es la que sustenta la gobernabilidad, la responsabilidad, la confianza y la fe de su pueblo, una democracia nada poderosa que nos abraza con sus brazos fríos (para sentir aún más el velo, cada que se nos pierde un hijo).
¿Por qué esas reacciones tan rápidas, sin meditar, por qué esas reuniones tan fastuosas donde todos deciden parar su cuello blanco y atragantarse con los ánimos de mayores presupuestos? Yo no lo entiendo del todo, sé que en parte es cierta naturaleza la que se refleja; cierta mediocridad nacida de una cultura que no hace más que traicionarse y re-traicionarse, que no hace más que esperar el momento justo para tomar las justas con su propia mano y acabar primero con sus enemigos y luego a sentarse para engordar, muy ajeno a lo que nuestros también vendidos, mediocres y reaccionarios (reacciones aún más vulgares y anodinas) medios nos piden ser. “No seas la gorda estereotipada que hemos creado, eso no es bueno.”
No sé que tan primordial sea yo en este caso, o los míos, en ocasiones me lo pregunto y me ofusco, ¿qué pasaría si en todo caso nos tuviera que evaluar un gobierno partidista como el que tenemos en todos los estados, y en la federación? Acaso habría movilizaciones por un tipo tan corriente como común, tan gris y usual que no hace más que de vez en cuando tomarse una cerveza con los suyos y disfrutar un tanto los minutos, segundos u horas, cantando una que otra rola que nos revela un dolor más profundo y coqueto, el amor. ¿Dónde han quedado nuestros momentos? Esos fueron secuestrados hace muchos años por gente que se dedico a regalarle este país a la desconfianza.

Hoy las cosas deben cambiar, nos dicen, van a cambiar, lo gritan por todos lados, no será lo mismo, con la ayuda de todos haremos de esto algo mejor, ¿qué no es lo que hemos pedido toda la vida, su apoyo para con nuestras luchas? ¿Qué acaso no somos lo suficientemente primordiales, salvo casos de fechas de elecciones próximas? ¿Qué acaso soy más que ustedes? Digo, yo tengo un reconfortante colchón de educación, al parecer, todos esos de arriba ni eso tienen, salvo sus monedas y billetes que apestan a los años.
¿Qué es lo que hace a una persona ser más primordial que la otra? No lo sé, supongo que en este país hay más cuestionamientos que dudas. Dudas que matan.