Replicantes.

Replicantes.
España, 2009.

Sunset Boulevard

Sunset Boulevard
España, 2009.

El que Busca Encuentra

lunes, 27 de junio de 2011

Los Que Se Quedan

REDONDO.

Los Que Se Quedan

Los Que Se Quedan (Hagerman & Rulfo, 2008)

Al inicio de ésta, su más reciente película, los documentalistas Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman, presentan una pequeña pero sumamente efectiva y poderosa escena donde dejan en total libertad las voces de una nueva generación de mexicanos –representados lógicamente por unos niños de kinder; inocencia y sapiencia incluida– que se cierra de una manera tan pulcra, admirable y circular, que no nos dejan camino ajeno más que a la excelente trama tan maravillosamente contada que nos tienen reservada.

Con un manejo sumamente efectivo de sus personajes, elogios aparte al acercamiento tan vital, encarnado y entrañable que lograron los realizadores con las familias, y sumado a un entramado bien organizado, estructurado y catalizador de “realidades” diversas sobre el eje central del tema de la cinta; objetivizar el “otro lado del cristal” de aquellos que se van hacía los Estados Unidos en busca de las oportunidades que no encuentran en el territorio nacional, “Los Que Se Quedan” nos mantienen atentos a su metraje de una manera tan amena, cercana y fresca que poco a poco la basta gama de emociones nos consumen con acentos propios de una alta belleza cinematográfica. Sobran mencionar las secuencias finales del las celebraciones y los abrazos de despido para poner en alto la dimensión que logra este estupendo trabajo fílmico.

Con un apego total a la honestidad, explotando la misma dinámica de cada uno de los personajes que se toman la libertad de contarnos su historia, somos espectadores de un mural tan rico de sensaciones: alegrías y tristezas, risas y juegos, lagrimas e impotencias: de una muralla tan efímera realmente pero que se ha ido construyendo cíclicamente por la necesidad, la mala educación y la tradición rural del endurecimiento de los sentimientos. ¿Hasta que punto somos en realidad una sociedad sin memoria?, ¿hasta que camino andado debemos sentirnos por completo llenos, alegres, satisfechos? ¿Qué es en realidad la belleza que ofrecemos, cuál es la nuestra expuesta en nuestras manos y miradas?

De una beldad inusitada, con gallardía y elegancia, pero sobre todo con ánimo de mostrar a manos llenas un lado muy profundo de México, los dos realizadores que se enfrentaron ante tal proyecto, nos han dado el lujo de poder empotrarnos ante tal realidad: circunstancias y condiciones: para sentirnos y sentarnos frente a el. Para afrentarlo y enfrentarlo, para despedir con un nudo en la garganta a aquellos que se van y abrazarnos juntos, como pueblo, por los que permanecemos y estamos. “Los Que Se Quedan”, entonces, resulta de una fuerza inconmensurable. Es una cinta que demuestra, sin explotaciones, un pequeño rincón escondido en el corazón de la nación. Es una película que todo mundo debería de observar, escuchar y gritar. Eso sí, antes que nadie, son los ojos de México los que la deberían aprender a sentir.

Los Que Se Quedan de Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman

Calificación: 4.5 de 5 (Excelente)

viernes, 24 de junio de 2011

Con Las Luces Apagadas

Con Las Luces Apagadas.

A. Güiris V.

Muy pocos los saben y en realidad no me importa mucho darlo a conocer bajo este conducto, pero hubo un día, cierto día –tal vez noche (o más bien un par de horas en la nocturna experiencia lúdica de esta ciudad)– que salí con Claudia. No es que nos hayamos puesto de acuerdo bajo el creciente ritmo de nuestros hormigueantes egos enmascarados sobre el tentador resguardo de nuestras sonrisas del otro lado del cristal de los medios; el teléfono, la computadora o bien las señales de humo, no. La verdad, si es que existe una aquí, es que todo en realidad fue obra de la casualidad. Sí, la providencia fue la que nos hizo encontrar en el mismo bar aquella media noche de viernes. Por mi parte, si soy un poco honesto, tomé la partida como una oportunidad de alejarme de cierta situación que se había salido ya de todo orden y control con mis amigos. ¿De la suya?, bueno, aclarando que no puedo afirmarlo del todo, creo que fue tan sólo un acto de caridad.

En realidad todo fue un tanto extraño, y me refiero a la eventualidad de que todo se hiciera denotar como ameno entre nosotros (creo en realidad que nunca nos habíamos –y hemos aún– caído bien del todo), e incluso mucho más que al termino de la aventura, el tiempo se haya detenido con un poco de asombro ante nuestras miradas que se despedían bajo el alejamiento no deseado de ambos para poder decirnos, por fin a ciencia cierta, que había sido algo casi especial.

No fue la más romántica de las noches, ni de las historias. ¡Pero que diablos! El otro día me la encontré en una fiesta y traté de rememorar aquel suceso. La miré directo a los ojos con la esperanza de que observará en mis derruidas retinas un poco de aquel dejo de nostalgia, de aquel baile casi de salón –aunque la música era por completo moderna (que puedo decir, no soy el mayor de los danzantes)–, de aquella corrida en medio de la madrugada por las calles recién mojadas por el rocío, de aquel juego con los sombreros, de aquellas sonrisas, de aquellos extraños miramientos y las chapas de apocamiento o timidez. De aquel intentó de abrazo, de aquella conversación casi perfecta en una cena que podría haberse llamado desayuno, de aquellas manos cruzadas y la lucha por la paga. La miré como quien pudiera mirar un recuerdo, como quien pudiera cerrar el puño y sujetarlo con la mano para no perderlo nunca. Como quien pudiera escuchar un instante antes la última nota de la sinfonía para poder ponerse de pie antes que todos y comenzar la ovación.

Su respuesta al principio fue elegantemente cordial. Quizás, es cierto, no pudo observar en ninguna de las partes de mis enrojecidos ojos aquel viejo anecdotario, pero después de que insistí con un par de cuestionamientos en los que no mostré del todo ser tan hábil, o más bien me mostré como lo que soy: inhábil para el acercamiento femenino, se alejó escapando… Justo como lo hiciese yo mismo aquella, ya, fermentada noche de mayo para con mis amigos. Bailé entonces con Valeria, Teresa y un poco con Raquel. Canté algunos clásicos del pop con Paulina pero pronto recordé que estaba pronta a casarse. Me alejé de ella un instante, le agradecí el momento, le besé la mejilla y le deseé la mejor de las vidas junto a su futuro marido; el clásico tipo arrogante con perfecto bronceado que causa sensación entre las extranjeras –y las connacionales que quisieran ser extranjeras– a través de sus atrevidos movimientos de cadera y su sonrisa y aliento perfectamente conjugado con el perfume de moda. Me volví a sentar en la improvisada mesa que nos habían, o más bien nos habíamos acomodado en el bar, y pedí otro trago. Después de dos rones me desperté con la sorpresa de que había estado hablando una media hora con una muchacha de tan sólo 19 años que ni siquiera tenía intenciones de acabar la preparatoria. Me sentí devastado por el momento. No es que –y quisiera aclarar– me sienta viejo a mis casi 30, pero de alguna manera (espero me entiendan), fue como verme frente al espejo de la mediocridad por un instante. Delante mío se encontraba Javier, el tipo “maduro” del grupo –de unos 35– conquistando a la hermana de mi fantasmal “acompañante.” Ésta de tan sólo de unos 23.

Sin despedirme salí del lugar, ingresé de lleno en el frió de las calles citadinas y el sol, si mis cálculos no me fallaban, aún dormiría un par de horas antes de comenzar a alzar los brazos mediante su particular bostezo matutino. Pensé en Claudia, pero nunca mire hacía atrás, quizás se encontraba en una noche como aquella en la que ella y yo nos despedimos con esas ganas de –que sé yo– no querer que se apague la vida cada 24 horas, de desear que la noche y la luna se mantengan en esa misma posición astral. No lo sé, quizá en realidad sí fueron los astros, quizá las agallas inmersas en un vaso o simplemente las estadísticas que tanto nos enseñan en las escuelas. Me fui alejando, pues, de todo sitio para acercarme a mi hogar: no encontré las ganas suficientes para convertirme en un estatua de sal. Durante el camino figuré mi corazón y dentro de éste apareció mi madre, vestida con un enorme vestido blanco y pensé en ella, que ha sufrido todo lo que no he querido yo hacer sufrir pero que sin querer he hecho un poco. La vi, tan clara como se pudo entre la niebla de mis ojos borrosos. Con las luces apagadas de la noche, con las farolas prendidas de esperanza de un nuevo día. Alcé la mirada, me froté los sentidos, me acaricié la piel y allí la encontré, nuevamente, en medio de la penumbra, justo como la mujer más bella cruzando en bicicleta la plaza central de un pequeño pueblo en medio de la nieve. No sé porque, pero tuve ganas de llegar a mi casa y soñar. Simplemente soñar.

viernes, 17 de junio de 2011

X-Men: First Class

REDONDO.

X-Men: First Class

X-Men: Primera Generación (Vaughn, 2011)

Aunque la gente refute que a esta cinta le falta una estrella de renombre para… “no sé que” (la verdad no se me ocurre nada), la verdad dista mucho de dicha queja “populachera”. La realidad, en sí, recae en los desperfectos que gran parte de las renombradas “películas de verano” denotan en su hechura… Ahora bien, dudas no nos deben caber ante el hecho de que los productores, y sobre todo los grandes estudios de Hollywood, han encontrado una mina de oro en el comic durante los últimos años. Esto, sobra decirlo, no es para nada una garantía de calidad: en muchos de los casos, no podría decir mayoría (no llevo un recuento), la industria ha convertido dichos argumentos –en gran parte de suma intelectualidad alegórica para con la realidad social y metafísica– en meras ficciones sobrecargadas de vanidad estética, mercadotecnia y simpleza. El caso actual, X-Men: First Class, no queda lamentablemente atrás de todo este “mal-venir”.

Salvo extraordinarias particularidades como podría ser la franquicia actual de “Batman” (Nolan), las grandes cabezas de la industria no han apostado, sino que se han obligado a mantener un frente ante la complejidad intelectual que algunos directores podrían haber mostrado ante ciertas adaptaciones y elegido, a diestra y siniestra, a realizadores más manipulables para seguir –y esa es la entera verdad– llenando la alcancía a consta de una generación mal informada de la cinematografía mundial. Tal es el caso, ¡vaya!, que muchos ni siquiera saben que hay en demasía cine en otras partes del mundo.

En este caso, pues, le toco el turno a Matthew Vaughn, un inglés que hizo sus “pininos”, y ahí comienza el detalle, produciéndole sus primeras cintas, nada más ni nada menos, que a Guy Ritchie. Y aunque su opera primera, Layer Cake (2004) resultará ser una versión mejorada de las tramas de su mentor, su carrera ha surcado una irregularidad total en cuanto a calidad, género y voz artística: Stardust (2007) y Kick Ass (2010). X-Men: First Class, pues, no resulta fatídica. La película en sí resulta ser en partes –breves partes– entretenida, únicamente entretenida (esa es la palabra exacta), pues en relación a la técnica y la teoría se aleja mucho de las características loables para poder ser considerada siquiera cercana a lo emotiva. Sobrecargada en los elementos que deben acompañar y multiplicar el drama, y plana ante los elementos que deben de crearlo, se presenta distraída y no deja de caer en baches ajenos a su propia trama. Con un cast “juvenil” más cercano a una publicidad de Benetton, que no sirve y se conjunta más que medianamente para la última secuencia, las actuaciones terminan por ser endebles, ligeras y sin una dirección real (quizá con la excepción de Kevin Bacon en algunas escenas). Basta decir que su arrojo, actitud y función cambian cada que se les viene en gana. No existe un crecimiento o bien un detrimento de sus personalidades. La historia abarca más de lo que se podía y no existe una linealidad bien entramada: una historia que termine por contarse redondamente ante un contexto tan complejo y poderosamente llamativo dentro de la historia de nuestros vecinos del norte. Resulta ser una exageración demasiado obvia todo el armazón de esta película. Su arte, aunque presumiblemente “retro”, deja bastante que desear para con los años presentados en cuestión, su fotografía, en el mismo de los casos, no termina por ser al menos regularmente eficiente para la ficción. Su montaje, entonces, es el ágilmente errado pero a su vez, ¡y a esto hemos llegado!, el conveniente para las nuevas generaciones que no distinguen el valor de los planos como la mínima unidad narrativa de una puesta cinematográfica. Su banda sonora se basa, para concluir, en una exacerbada –y hasta el hartazgo– partitura que no deja casi minuto sin presencia. Es extremadamente ajena al supuesto suspenso e inquietud emocional que se busca o intentó, en el mejor de los casos, buscar. Este elemento, de alta importancia y suma fineza a la hora de la construcción, es quizá el mayor error de toda esta cinta que termina por estar excedida en casi todo aspecto.

X-Men: First Class termina por ser una cinta más de las ya mencionadas “de verano”. No va más allá de lo ya malacostumbrado en esta época del año. Es una trama que mimará la taquilla, sí, pero que los años terminarán por hacer un lado rápidamente. La gente quizá de manera mucho más ágil.

X-Men: Primera Generación de Matthew Vaughn

Calificación: 2.5 de 5 (Regular)

viernes, 10 de junio de 2011

10 Bandas clásicas (no muy populares) de Rock Clásico para enaltecer el género.

10 Bandas clásicas

(no muy populares)

de Rock Clásico para enaltecer el género.

El siguiente es un recuento muy básico sobre 10 bandas que a mi parecer, son un excelente ejemplo de Rock y toda la diversidad que ha caracterizado al género a través de su historia. Se tratan pues de 10 agrupaciones cuyo génesis fue anterior a 1974 y que dan fe a lo que se ha estado haciendo durante todos estos años; influencias claras de algunas bandas actuales. Ésta lista trata de reconocer a 10 bandas que por azares del destino no han sido del todo tan populares en el ámbito masivo. No dudamos que muchos lectores las conozcan, claro, pero como se ha dicho al inicio, es una enumeración personal que espero sea tan disfrutable como las bandas en si.

Sin ningún orden en especial, comenzamos este emplazamiento de años y mucho, pero mucho, Rock.

1.- Cactus.

Banda originaria de Estados Unidos, resulta formarse después de un accidente que dejaría por un tiempo fuera de la escena al guitarrista inglés “Jeff Beck”. Concebida inicialmente por él, “Carmine Appice” y “Tim Bogert” (colaboradores cercanos), ésta banda es la vil esencia del rock duro. De una energía imparable, sus canciones no dan tregua a la audiencia y la sumergen en una atmosfera acida de nostalgia.

Canciones a escuchar: “You Can't Judge A Book By The Cover” & “One Way...Or Another”

* En el 2006 se volvieron a reunir. Sacaron al mercado un disco con nuevo material llamado “Cactus V”.

2.- Roy Buchanan.

Uno de los mejores guitarristas de la historia es sin duda “Roy Buchanan”. Un músico que hiciera su carrera en base al sonido “Telecaster”, siendo uno de los pioneros de éste. Admirado entre otros por “David Gilmour” (él cual admite haber utilizado ciertos elementos de “Buchanan” para crear su estilo), se destacó en varios géneros que rozaban los estilos del Rock N Roll, el Blues y el Country. No obstante, su mayor aportación fue tal vez el sonido ambiental que lo caracterizó al final de su carrera.

Canciones a escuchar: “Fly… Nightbird” & “Sweet Dreams”

3.- Humble Pie.

De corte enérgico, “Humble Pie” fue una banda inglesa de heavy rock, destacó por su fuerte carácter y el control por establecerse en un sonido bluesero que reventaba en poder y fuerza. Su sonido, aunque duro, se originaba con alto grado de calidad y jugaba bien con las coros y las vocales de los demás miembros de la banda. Su sonido era bien producido y no era tan crudo como el de otras bandas que comenzaban con el sonido “hard” de esos años.

Canciones a escuchar: “Stone Cold Fever” & “30 Days In The Hole”

4.- Love.

Con un estilo mucho más cercano al folk, “Love” se caracterizo tanto en sus letras como en su sonido (que rozaba de manera muy cercana la psicodelía), para avanzar en la carrera del Rock. Estadounidenses de origen, y sumados a la sección más prolíficamente activa de la generación de los 60s, esta agrupación fue creciendo en cuanto a nivel en cada álbum hasta llegar a sumar un sonido complejo y característicamente ecléctico. Es en esta banda que uno de los primeros afroamericanos se dieron fama en el género. Son pues una mezcla muy bien balanceada de los estilos de aquella época.

Canciones a escuchar: “Stpehanie Knows Who” & “Signed D.C.”

5.- Ten Years After.

Ingleses de nacimiento, ésta es una de las mejores bandas de finales de los 60s y el primer lustro de los 70s. Sumados claramente al género del Blues, aprovecharon su virtuosismo y sensibilidad para aportar a su estilo toques de Jazz y cambios de ritmo por toda la estructura de sus canciones. Su sonido era pulcro, limpio y de mucha agilidad. “Alvin Lee”, su líder, es considerado uno de los mejores ejecutantes de la historia. De un increíble talento, el conjunto se transformaba más en una banda de “jams” en sus presentaciones en vivo. Es quizá unas de las mejores bandas de la historia.

Canciones a escuchar: “Bad Scene” & “Me And My Baby”

*La carrera de “Alvin Lee” como solista suele confundirse con una continuación de “Ten Years After”. Aunque su material sea de alta calidad, no se trata del mismo conjunto.

6.- The Paul Butterfield Blues Band.

Desde Norteamérica, esta banda fue fundada alrededor del legendario “Paul Butterfield”; interprete de Blues y ejecutante de la harmónica que siguió los pasos más pulcros y clásicos del género con una carrera por demás prolífica y problemática a causa de las drogas. Concibió su paso por la historia con ésta su primera y más reconocida banda, con ella participó en el legendario concierto de “Woodstock” y tuvo sus mejores éxitos. De un sonido de blues aletargado, sentimental y dotado de fineza, éste proyecto es el ideal para quien busca de oír el nexo casi invisible que existe entre el Rock y su padre original, el Blues.

Canciones a escuchar: “I Got A Mind To Give Up Living” & “Driftin' & Drifting”

7.- Dr. John.

Heredero del primer rey del rock, el piano, Dr. John (nombre artístico de Malcolm John Rebbenack Jr.) ha sido un inagotable músico que mezcló en su estilo géneros tan dispares como el Jazz, el Rock N Roll, el Boogie, el Pop y el Folk para crear bajo su aguardentosa voz, un talante característico que aún se mantiene hoy en día bajo el sello de una extensa calidad. Influencia de muchos grupos clásicos, contemporáneos a él y algunos más actuales, su carrera se ha manifestado siempre bajo altos niveles. Es un clásico ejemplo de perseverancia y su música siempre es una caja de sorpresa. Nunca se sabe que viene después.

Canciones a escuchar: “Accentuate The Positive” & “Jump sturdy”

8.- The Band.

Una de las bandas más aclamadas en la época dorada del rock fue sin duda “The Band”. Una agrupación que sirvió gran parte de su carrera como apoyo a gente de la talla de “Bob Dylan” y “Ronnie Hawkins”, así como de manera independiente. Amiga de grandes leyendas como “Eric Clapton”, “Neil Young”, “Ron Wood” –y originaria de Canadá– su música es una mezcla del folclor sureño de los Estados Unidos junto a un peculiar y alegre sonido tomado del Blues y el Rock más puro que predominaba en los 60s y 70s.

Canciones a escuchar: “Up On Cripple Creek” & “Ophelia”

*Aunque la banda continúo después de su despedida (retomó su carrera pocos años después de su separación oficial), ésta no fue con la alienación original. “Robbie Robertson”, su líder en la mejor etapa de la agrupación, acaba de sacar un disco nuevo este año.

9.- Jeff Beck Group.

Después de su paso por la legendaria banda “The Yardbirds”, “Jeff Beck”, uno de los más apremiados guitarristas en la historia del Rock, fundó su primer proyecto solista juntó a “Rod Stewart” y “Ron Wood”. Dicha agrupación fue fundada bajo los argumentos imperantes del Rock inglés de finales de los 60s, el blues power. Con un estilo definido bajo la potencia de sus integrantes, la primera alineación (que tuvo sus cambios bajo la siempre sombra del ego) termino por sucumbir y crear una segunda versión de la banda, la cual se acercó más al jazz fusion. En sus años, esta banda fue considerada por muchos críticos como mejor que “Led Zeppelin”.

Canciones a escuchar: “I Ain't Superstitious” & “Definitely Maybe”

*No confundir con la carrera en solitario de Jeff Beck. La agrupación de éste apartado sólo contó con 4 álbumes.

10.- Wishbone Ash.

Ingleses de nacimiento, Wishbone Ash fue de las bandas pioneras en utilizar dos guitarras lideres para la creación de sus riffs. Dicho sello los hizo ser una de las bandas más electrizantes de sus tiempos. Sus canciones eran de una energía total y la estructura de éstas eran por demás inteligentes. Su atmosfera se refinaría a partir de su segundo disco, influenciando incluso los inicios del Rock Progresivo. Su melodías eran largas y espaciosas. Eran un viaje energizante que no dejaba espacio para la pausa o el silencio.

Canciones que escuchar: “Queen Of Torture” & “The King Will Come”

*Alrededor de los años las alineaciones han cambiado. Su última producción discográfica fue en 2007. Se espera un DVD para este año.

Pues bien, he aquí una lista particular y sincera que ofrezco para los amantes del rock en general –sobre todo del clásico– para que puedan conocer, recordar o simplemente utilizar de pretexto para comenzar a buscar o rebuscar. Para los que no conozcan a algunas de estas bandas, no está de más que se involucren con algunas de estas canciones. Puedo asegurarles que no se arrepentirán.

miércoles, 8 de junio de 2011

Tedeschi Trucks Band – Revelator (2011)

REDONDO.

Tedeschi Trucks Band – Revelator (2011)

Para nadie es revelador que desde hace ya algún tiempo la colaboración de la extraordinaria banda de “Derek Trucks” junto a su esposa, la talentosa “Susan Tedeschi”, se había vuelto más que común bajo el calor de los escenarios en vivo. Las apariciones de ambos, incluso, junto a gente de la talla de “Herbie Hancock” en homenajes y programas de televisión, se dejaba mostrar ya como un proyecto a futuro. Lo que no se esperaba del todo, o al menos yo no lo esperaba así, es que fusionaran sus bandas para lograr un conjunto de once integrantes y salieran al ruedo con tanta calidad como prisa. Su aparición en el pasado "Crossroads" fue una excelsa muestra de lo que se venía a futuro para este nuevo proyecto. Si hacía falta algo, eso era únicamente poner el sello definitivo al conjunto, un primer disco, en este caso uno de estudio.

“Revelator”, pues, resulta lo que se podría esperar en la cadena evolutiva que siempre ha mantenido la “Derek Trucks Band”, en conjunto con un crecimiento notable en la agrupación de Susan Tedeschi. Es una fusión completa, una mezcla de estilos que no se desvían de su común acuerdo, un santo matrimonio de formas y cualidades. Aunado al sonido característico que ha ido descubriendo al paso de los años “Derek Trucks”: madurando su carácter, se conjuntan las peculiaridades de este otro sonido que roza placenteramente el Soul y el R&B. El sonido antes negro de ambos conjuntos se multiplica dramáticamente emanando una portentosa estructura que suena parecida, familiar y acogedora pero que al escucharse detenidamente nos ofrece muchas deleitables variantes y novedades.

“La Tedeschi Trucks Band”, pues, primeramente concebida como la “Soul Stew Revival” nos regala su primera producción como una refrescante solución para el aliento y el sentido. El blues delta, el sonido del slide y la potencia del rock más enérgico; herencia total de las agrupaciones del primer lustro de los 70s del sur de los Estados Unidos, nos forman la sombra más temporalmente cómoda para el gocé. Esta primera entrega de sus talentos reunidos no deja, o no debería dejar, sentidos sin disfrute. Es un disco redondo que nos brinda un pleno viaje de sensaciones y ritmos: la calida voz de “Susan Tedeschi” junto al grupo coral nos hacen flotar, la característica guitarra de “Derek Trucks” junto a este grupo de inteligentes y penetrantes músicos nos hacen volar.

No hay mucho más que decir que tan sólo invitar a escuchar esta maravillosa grabación de un proyecto nuevo que conjunta, excepcionalmente, un lazo familiar. En lo personal, a mi me ha sacado de mi asiento y me ha hecho sentir, esperanzadoramente, que el rock aún tiene una amplia y muy larga, muy larga, vida.

TRACK: La verdad es que el disco me pareció por completo fascinante. Pero por otra parte, en un ejercicio de gusto meramente individual, debo indicar que las canciones que más me afectaron fueron: “Midnight In Harlem”, “Simple Things”, “These Walls” & “Shelter”.

Revelator de Tedeschi Trucks Band

Calificación: 4.5 de 5 (Excelente)

viernes, 3 de junio de 2011

El Turista Lector

EL BOLSILLO IZQUIERDO

En esta ocasión, retomó mi columna que hace ya algunos ayeres se publicaba en cierto periódico local debido a esta fastuosa situación en que nos encontramos: polarizados entre supuestos buenos actos, y sucesos que amargan y apenan en todo sentido.

El TURISTA LECTOR.

A aquel hombre lo había visto en otra ocasión, pero sus ojos al principio tristes se habían inundado de cierto misterio. Casi estoy seguro que vino a esta región del mundo a descargar su penas, quizá como algún personaje de Tennesse Williams; en constante exilio… No supe a bien su suerte ni quise acercármele a cuestionarlo, no me creí capaz de hacerlo. Me encontraba, en cierto sentido, en la misma posición que él. Al menos, en la lógica, tomaríamos el mismo vuelo.

Los pequeños asientos de la terminal aérea, con su incomodidad y su aburrimiento, me hicieron pues adentrarme en su rostro. Sus facciones eran completamente extranjeras, foráneas y fuera de sí. Sólo le hacía falta un periódico extendido en sus manos para caer en el cliché; el sombrero era su iniciación. ¿Cuántos años, meses o días llevaría aquí en el país? Su español era fluido y su conocimiento del folclor nacional también. Lo escuché platicando con un par de personas y ayudando a una monja a llegar a su anden. ¿Estaría huyendo de este centro de masoquistas también?, ¿se habría dado cuenta ya que está región no es más que una trampa de arena gigante? ¿De que habrá sido testigo y/o castigo?

En la sala un grupo de televisores con vista hacía nosotros mostraban la más grande gala de surrealismo posible. Por un lado el clásico e imberbe personaje de Bolaños, ¡ahora en caricatura!, haciendo una declaración –la máxima declaración diría yo– de lo ignominiosamente predecible. Por otro los dos noticiarios matutinos de las dos cadenas más importantes: sonrisas, mofas y datos por demás maquillados para contrapuntear la guerra mediática de moda (ya que, somos un país de guerras). La unión hace la fuerza. Luego, que si el video de la balacera, que si la historia triste de Doña Lupe (que se llena de esperanza al saberse en la caja idiota pero que mantendrá su indomable curso de vida al apagarse las cámaras), que si la corrupción y el fuero, que si el trillonésimo abrazo de camaradería entre dos políticos faltos de memoria e historia que se buscan para la victoria, que si la traición, que si el perdedor deportivo de nuevo es de la nación, que si el clima y la contaminación, que si la nueva legislación rige a todos menos a los que la argumentaron y crearon, que si la novela –el resumen de la novela– y, ¡por Dios!, el análisis de ésta y el apoyo gubernamental ante estos melodramas de manufactura paupérrima. Que la nueva declaración del mandatario que más bien parece broma de pésimo y peyorativo gusto. Que si el arte y la ciencia de nuevo lo lograron con el único requisito de largarse de aquí, que de nuevo hemos caído en los niveles de educación… Que la nueva manifestación y la nueva era de pensamiento (que nadie sabe cual es), que la sangre corre pero es “altamente” necesaria, que la lucha y el apoyo internacional, que la vida y el mundo se nos acaba, que la nueva campaña para leer y sus lectores son en gran cantidad actores de la televisora más poderosa. Que si la prostitución al carisma y “talento” de los niños, que si la extorsión. Que si nos ponemos la camiseta, que si somos un país de calidad, que si nos apoyamos sin apoyo real… Que sí, sí me quejo pero no hago nada por cambiar ni cambiarme a mí.

Cuando volteé a verlo tenía ya los ojos cerrados, un bolero pasaba en ese momento detrás suyo cargando un espejo. Detrás mió logré vislumbrar bajo el reflejo de un destello un pequeño puesto de revistas y periódicos. Nada diferente a los monitores que nos cubrían las cabezas; encabezados con tendencias por demás obvias, lógicas y notorias. Fotos alarmantes y alguna que otra pasada de toque editorialista: cabezas explotadas, miembros en el concreto, sangre y oscuridad… El pequeño salón que despedía o daba bienvenida al país dictaba el curso de la guerra. Somos un territorio de guerras y además, en el fondo se lograba escuchar una canción popular de una “artista” que no hace mucho estuvo encerrada en la cárcel que hoy goza de alta popularidad por lo mismo. También yo cerré los ojos, sí, y me crecieron tantas las ganas de amar y perderme en ese tenue dolor que acerca al vicio, que la alegoría de arrancarme las orejas y los demás sentidos daba por completo dirección a mi huida. Casi lo puedo jurar, de hacerme creer en el olvido, un limbo de pulcritud pecaminosa habría sido mi destino. Un purgatorio mexicano, pues, no el tártaro o las cuevas de la afrenta.

En mi imaginación –e­­ntre ilusiones concebidas– me le acercaba y le ofrecía un trago de licor. Ron. Éste lo aceptaba y al final me miraba con un dejo de miseria, de lastima, me daba un par de palmadas en la espalda y yo guardaba silencio, bajaba la mirada y me perdía entre los brillos de los azulejos. Una voz, entonces, lo recuerdo así, interrumpió el silencio exigiendo armar una fila para subir al vuelo. Abrí los ojos. Lastimeramente me coloqué detrás suyo y no sé porque, pero dieron unas escasas ganas de llorar. Cuando el vuelo comenzó a elevarse supe que ahora yo era el que estaba en el exilio, quizá para siempre, quizá para bien, quizás, tal vez… Si soy sincero, entonces (nunca me han gustado los finales felices), desperté del todo. Me encontraba en mi cama, mojada, y a aquel que ya había visto antes con mirada triste, no sé como decirlo, era a alguien que siempre he conocido muy de cerca con la nostalgia más que agotada. Quizás era yo, quizás, quizás tal vez…

miércoles, 1 de junio de 2011

Jakszyk, Fripp And Collins – A Scarcity Of Miracles

REDONDO.

Jakszyk, Fripp And Collins – A Scarcity Of Miracles (2011)

Aunque su anuncio desato ciertos y numerosos rumores, así como dubitativas expectativas –incluyéndome en ellas– puedo decir con gran alivio que después de una primera y ligera oída, la espera valió mucho la pena. Y es que aunado a aquella ambigua declaración que Fripp hiciera acerca de que este material tenía un gen "Crimson" sin ser del todo "King Crimson", y que formaba parte ya de uno de sus discos favoritos en los que él ha formado parte, el estilo y enfoque de este nuevo proyecto es realmente refrescante, original (con toques muy nostálgicos del mejor "Crimson") y alentador.

Es un material que desenfadadamente enmascara nuevamente la genialidad que tiene "Robert Fripp" para crear, componer, dirigir y producir música. El elenco en esta ocasión es disímil al acostumbrado pero para nada extraño ante los músicos que en los últimos años han circundado ese gigantesco e histórico taller que lleva por nombre "King Crimson". El trío pues lo conforman "Jakko Jakszyk" (miembro de la "21st Century Schizoid Band", "The Tangent" y diversos proyectos de "Fripp" como solista) a cargo de los teclados y los coros, "Mel Collins" (miembro de alguna de las primeras alineaciones de los "Crimson", "Camel", "Caravan", "Alan Parson" y músico de acompañamiento de gente de la talla de "Roger Waters", "Bryan Ferry", "Dire Sraits", "Eric Clapton", "Marianne Faithfull" y un largo etcétera) a cargo del saxofón y las voz principal, y por supuesto "Robert Fripp" liderando con sus infaltables soundscapes y su característica guitarra. Cerrando el circulo, claro, y como aristas invitados: "Tony Levin" en el bajo y "Gavin Harrison" en la batería.

El disco, en si , cuenta con sólo seis tracks que deleitan desde la primera vez. No es uno de esos materiales con los que cuesta un poco acostumbrarse. Es un progresivo más ligero al acostumbrado que roza placenteramente un jazz suave dotado hábilmente de un ambiente envolvente que da hegemonía y homogeneidad total al material que, de vez en cuando, se acentúa con los clásicos arpegios de "Fripp", de tal manera que uno no hace más que respirar más profundamente cuando estos aparecen. La voz es calma y en ocasiones recuerda a "Adrian Belew". Tiene fuerza y realce, es bello y poderoso. Es de un balance y una calidad que no dejará insatisfecho al fan del progresivo clásico, al fan de los primeros "Crimson" y al amante de la música original.

En tan sólo una corta duración de tan sólo 44 minutos (aproximadamente), este trío de fabulosos músicos han soltado sus ingenios y han dado rienda suelta a sus talentos. No cabe duda, nos han regalado un excelso jugo de todos los "Crimson". Han colocado todas sus etapas y difuminado las diferencias entre ellas, sobre todo la generación de los primeros álbumes y la última que se había mostrado de una manera por demás revolucionaria. Es de una producción intachable y altamente recomendable. Después de una segunda escucha, uno sabe que tiene entre sus mano algo que no se muestra todos los días. El rock progresivo no ha muerto, ha continuado vivo a pesar de las crisis y los altibajos. Para demostrarlo no sobra decir que este hermoso botón llamado "A Scarcity Of Miracles" es una excéntrica realidad. No es para quienes se atrevan a escucharlo. Es para quienes simplemente le quieran dar un toque de eleganciaa las circunstancias.

TRACK: Pocas veces sucede, pero el disco es demasiado redondo. Pensado por completo el orden de las canciones. Todo el disco es un viaje que debe de escucharse en orden y sin detenerse. "Todo el Disco" es el track a aconsejar esta vez.

A Scarcity Of Miracles de Jakszyk, Fripp And Collins

Calificación: 4.5 de 5 (Excelente)