Replicantes.

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España, 2009.

Sunset Boulevard

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España, 2009.

El que Busca Encuentra

martes, 11 de febrero de 2020

Los Miserables


REDONDO 

Les Misérables
Los Miserables(Ladj Ly, 2019)



En 2017, Ladj Ly, presentó su cortometraje Los Miserables, una producción de 16 minutos con un ritmo desenfrenado que nos llevaba a los barrios olvidados de Montfermeilen, zona conurbada de Paris y escenario donde Victor Hugo centrara su obra homónima, siguiéndole la pista a tres policías cuyo sentido de la legalidad –por distintas circunstancias– era por demás borroso. En dicho filme, la mano del realizador originario de Malí daba muestra de un buen manejo del compás de sus acciones, de un balance adecuado entre el sentido de la acción como vestido al cine social; representación evocadora de las voces de aquellos que no cuentan con los reflectores necesarios. Si bien esto no es nada nuevo, si bien no es una propuesta del todo fresca y en realidad se ha llevado acabo muchas veces en la historia del cine, los resultados no siempre suelen ser los adecuados. En este caso, podemos decir que la mesura entre el thriller y el sentido crítico del cine es efectiva y funcional. Lo que Ladj Ly logra, sobre todo, es enfundar su trama en un severo y cruento tono de honestidad.

Dos años después, y apoyado evidentemente en la estructura central de su corta ficción, llega la versión larga de este seguimiento policial al mismo barrio y la gente que le da vida día a día. En esta ocasión, claramente, todo se extiende, todo se desdobla; y en esta nueva evolución de los hechos todo recae de una manera franca y natural, ninguno de los nuevos elementos se incluyen artificiosamente y su paso dentro del encadenado resultan lógicos y convenientes para que el sentido del ritmo, presentado en la obra que le antecede, se mantenga vertiginoso pero aunando a un manejo de la tensión que logra sostenerse de una manera por demás eficiente: no sólo se siente el apremio de lo que sucede en las acciones presentes sino todo aquello que está por suceder o bien podría acontecer… El barrio está vivo y su circulación se siente en cada rincón de la sala. Dispuesta en tres actos y una especie de coda como desenlace, la película se presenta con un impulso que no decae en ningún momento, si bien el conflicto central del corto se mantiene, aquí pasa a un termino cuya relevancia vendrá hacía la segunda mitad sumándose a lo ya acaecido. No hay nada que no progrese para ese estallido final: tanto lo representado en el corto como en el primer movimiento del largo se pone en juego hacía el final de la cinta con un apremio que si bien puede tener una pizca de ponderación, da un un buen cierre. 

Bajo una dirección actoral sumamente bien lograda –sin que ninguno de los personajes sobresalga de una manera irregular– el trabajo de Ladj Ly compagina sus elementos técnico de la misma manera; ninguno destaca pero todos funcionan en pos de lo narrativa. La fotografía de Julien Poupard es de un tono naturalista y nos hace formar parte del barrio, de sus calles, de sus colores y su energía dramática. En mucho ayuda claro, el montaje de Flora Volpelière, que le da ese ímpetú tan atrayente al encadenado, sabiendo cuando ralentizar el juego y cuando volcarlo al descarrío. 

Abocada a otras películas francesas como la regular “Petits Frères” (Doillon, 1999) y la portentosa “La Haine” (Kassovitz, 1995), Los Miserables de Ladj Ly es un puente entre ese cine de juicio y dictamen que invita al exhorto y los tiempos de la acción. Su esquema no es para nada original, es cierto, sus fundamentos y nociones ya han sido tratadas: las contradicciones entre policías, criminales y el desapego infantil no es nada nuevo. No hay nada dentro de la película que no podamos ya haber experimentado, sin embargo la conjugación que se obtiene es de una buena envergadura y vale la pena observarse pues el realizador desnuda su hogar, su sitio de cada jornal. Desenfunda los rincones y las experiencias de años para denostar que a pesar de toda activación social, es nuestra propia naturaleza de justicia la que no nos hace tener fuerza como organismo colectivo, solo observamos hacía un lado, hacía el de nuestra propia conveniencia. Y ahí estamos muy cómodos como para cambiar.


Los Miserables de Ladj Ly
Calificación: 3 de 5 (Buena a Secas).

martes, 4 de febrero de 2020

Jo Jo Rabbit


REDONDO 

Jo Jo Rabbit
Jo Jo Rabbit (Taika Waititi, 2019)


Recoveco mediático/bienintencionado filme codificado en la comedia que a lo largo de su metraje se anuda de más en un laberinto estilístico –en realidad no tan intrincado– cuya trama no logra resolver para salir avante; se pierde y encuentra tantas veces como decide agregar elementos durante el metraje. Resuelta desde una perspectiva diacrónica, sobre todo por un desmedido uso de la cultura pop, la mano del realizador Neozelandés (apegado en su mayoría a un circulo plenamente comercial) no logra encontrar la cohesión adecuada y se aboca a explotar la candidez de su personaje central para soportar un encadenado de acciones que no se responde a sus actos previos, su desarrollo es irregular y pareciese que varias de sus secuencias se avalan más por la necesidad de hallar obligatoriamente una carcajada o suspiro por parte del espectador que por trazar una lógica que permitiese la entrada de subtextos para su interpretación, de alegorías más enriquecidas en su contenido y así permitir el murmuro crítico y emotivo más interno; la implicación plena de la audiencia. 

Sobre un intermitente guión del propio director, el conflicto central de la obra tarda en arribar y todo ese pretendidamente seductor preludio desparece y jamás encuentra un valor de salida  en el último movimiento. Construida a través de un variopinto abanico de manías y ocurrencias muy coloridas, la cinta es de un ritmo trastabillante, arropada en una falsa ilusión de enternecedor amor que queda corta en la apertura a una madurez de entendimiento y comprensión de la naturaleza humana y su lucha por la búsqueda de la esperanza y guía después de un periodo bélico –sin perder el enfoque virginal con que se retrata al protagonista. En Jo Jo Rabbit, la comprensión de un escenario como lo es la Segunda Guerra Mundial queda relegado a un simple paisaje horizontal, pretexto iconográfico al que no se le da el valor y/o la consideración requerida ante los códigos históricos. Los personajes, por su parte, igualmente no cuentan con los contrapesos adecuados, se desmarcan de sus propia valía y aparecen más como un cierre de la unidad narrativa que como una parte fundamental del proceso del hecho fílmico expuesto. 

Deudora por mucho en su contenido de cintas como Europa Europa (Agnieszka Holland, 1990) y estéticamente de ciertas formas del cine de Wes Anderson, la apuesta de Taika Waititi logra tener momentos que atrapan y sostienen cierto campo emotivo pero al final la redondez y cordura adecuada para la obtención de una firmeza a la cual afianzarse no ve la luz. La fotografía de Mihai Malaimare Jr.  no se destaca en su sobriedad aunque mantiene una homogeneidad en la parte visual, en ello colabora el diseño de producción de Ra Vincent (en conjunto a todo el departamento de Dirección de Arte y Decorado de Sets), así como el vestuario de Nora Sopková. El montaje se entreteje bajo el irregular ritmo y no urde las acciones o actuaciones, no auxilia el cuerpo interno del filme. La partitura de Michael Giacchino es de un corte acorde al comfort tonal de la obra y no se abre a las posibilidades. 

Ataviada en una fábula que hace un uso premeditadamente impetuoso de la ternura que emanan sus personajes sin importar la génesis de esta: edad, locura, deseo, incertidumbre, resulta en una severa descripción de los preceptos morales y de lo políticamente correcto de nuestros tiempos: no se compromete a nada. Ligeramente construye su entorno y no vas más allá de las aristas permitidas en una sociedad que no se abre a opinión alguna sin antes esperar el juicio del resto. Si bien algo nos deja, eso es que el camino del romance no se esquiva sino que se se encuentra en los rincones más oscuros y cercanos. Los más familiares quizá. Que el amor es un secreto camino de indolencia que no tiene respuestas y que si bien puede partir de una fantasía y querer vivirse así, es mejor salir al aire libre para disfrutar el agridulce sabor de su corta vida.


Jo Jo Rabbit de Taika Waititi
Calificación: 3.5 de 5 (Buena a Secas).