Replicantes.

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España, 2009.

Sunset Boulevard

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El que Busca Encuentra

lunes, 31 de diciembre de 2007

Fantasía 2009

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Para cerrar el año decidí mostrarme un poco más como verdaderamente soy; un tipo con un sentido de la ironía bastante vulgar y nada sobresaliente. Dicho sentido me lleva un poco a la irascible amargura con la que me divierto de vivir y coexistir con tanto ser dispar a mis refutables y cascarrabias pensamientos. Bien, he dejado un poco de mí en este espacio para cerrar el afamado ciclo de año nuevo. Nos vemos en el que entra, que miserablemente será dentro de una semana.

FANTASÍA 2009.

Diciembre 31, 2008. En alguna parte, a alguna hora.
- ¡Mírate nada más!, que bien te ves, haz adelgazado mucho, resulto muy bueno el tratamiento ese que viste en la tele ¿verdad? Yo lo acabo de pedir, le dije a Gerardo que lo pidiera, ya sabes que yo no soy muy buena con eso del Internet, pero ¿que crees? ya estoy tomando clases, en esa academia donde aprendiste tú, también llevo ingles y francés. En fin, te ves muy bien, casi no te reconocía, y yo que no creía en esas cosas, ¿recuerdas? , yo y ese escepticismo que me hizo perder grandes oportunidades. Que bueno que me abriste los ojos, ahora soy una persona distinta, feliz, pero es que mírate, no puedo dejar de ver lo bien que te ves, ¡que diferencia!, y… ¿te cortaste el pelo? ¡No!, no me digas que también te hiciste esos implantes capilares de los que hablamos con tu mamá aquella vez, ¡que bien!, se te ven súper naturales, no los había notado, eres otra persona Carlos, otra persona, tienes ese aroma de persona importante, me alegro por ti. Desde que te ganaste la camioneta a principios de año supe que tu vida te iba a deparar grandes sorpresas, que bien, me alegro mucho por ti Carlos. ¿Cómo van los negocios?
- Bien, bien, gracias, a mediados de Enero abro mi tercera y cuarta tienda, en el centro, voy a rentar dos locales en la calle principal, voy a extender un poco el negocio, voy a surtir un poco más y bueno… que te puedo decir, si todo sale bien, como espero, podré empezar a exportar.
- ¡Que bien!, me alegro mucho, no podría irte mejor, pero dime ¿Alicia?, ¿cómo está Alicia? No la he visto desde ese día que nos invitaron a cenar en su nueva casa, hermosa por cierto, bueno; un castillo para una princesa ¿no? (risas). Que buena mujer te encontraste Carlos, también me alegro por eso, su historia es tan bella, no me canso de escucharla. “Como la viste, te vio, como se fueron encontrando, como se fue desarrollando todo”. Yo ya la había visto, ya te he contado, pero ya sabes, como es uno; creía que por ser bella no era humana. ¡Quien iba a decir que una mujer como ella tuviera tantos valores y sentimientos! Que bien, me alegro por ti. ¿Cómo sigue?, ¿Cómo esta?, ¿Cómo van?
- Bien, bien, muy felices, no podría ser mejor, créeme. Ella ahorita está con su madre, una mujer impresionantemente alegre y gentil, me trata con un cariño enorme, debes de conocerla, te va a encantar, una súper mujer… En fin, las dos fueron a dejar juguetes y dulces para los niños del orfanato, yo en un rato las alcanzo, sólo vine a recoger a mi primo, a Roberto ¿te acuerdas de él?
- ¡Claro! Gran tipo, sí, supe que se iba a venir a vivir con ustedes un rato, que bien, me alegro. Me contó tu mamá lo de sus problemas con las drogas, y el choque; que casi pierde la vida. Que bueno que recapacito, que bueno que entendió que ese no es el camino… y que bueno que tú lo apoyas. Dile que se prepare, que estudie fuerte, que no vea hacia atrás, dale ánimos. Que bueno que va tener cerca un ejemplo como el tuyo. Y bien, ¿cómo te fue este año? Bueno, que te pregunto, fue un año de fantasía para ti; ¡te ganaste tu camioneta, conociste a Alicia, abriste tus dos primeras tiendas, pudiste comprar tu hermosa casa, adelgazaste, te hiciste tus implantes… tantas cosas, la vida te sonríe, ¿cómo te sientes?
- Bien, bien, a veces uno cree que no se lo merece, créeme, en ocasiones me pongo a pensar en todo lo que se me ha dado y, bueno, ya sabes, quisiera poder donarle esta suerte a otra persona, pero he aprendido a seguir adelante, ha sortear los obstáculos y enfrentar los retos. Así ha de ser, ya sabes...
- ¡Me alegro!, ¡me alegro mucho!… (bla, bla, bla)
¡Y ya basta!
¡Basta!
¡Basta!
¡Basta!
Para cerrar el año, pues, un poco de ironía para acabar el año, ¡que mejor que mostrarme un poco como realmente soy! Así bien decidí terminarlo. Deseándoles lo mejor, excepto, claro, una vida como en las líneas de arriba. Feliz año.

lunes, 24 de diciembre de 2007

De Paso

EL BOLSILLO IZQUIERDO

La agraciada navidad nos ha alcanzado de nueva cuenta, no hay otra cosa que hacer que tratarla de disfrutar con el mejor espíritu que tenemos, el humano. Lejos de los accidentes, gastos excesivos, compras compulsivas y recelos sociales, siempre he intentado retratar a la navidad como algo carnal – año tras año. Bien, este no es la excepción.

DE PASO.

La navidad es una vieja amiga, de cara alargada y un poco aprisionada por todo el maquillaje utilizado - suele no salir de su casa sino lleva por lo menos algo que le cubra el verdadero color de su tes - es innegable que el paso del tiempo también ha trastocado aquella vieja belleza con la que la conocí en mi infancia. Procura sostener la risa para que no se le noten las arrugas. Suele comportarse sería, recatada, disimulada y un tanto reservada, la edad la ha llevado a sentirse toda una “Femme Fatale”, digamos que siempre ha sido una perseverante – y camaleónicamente influenciable – amante del séptimo arte.
Desde hace un par de años le ha dado por usar pelucas en vez de pintarse el pelo, se justifica mediante el ahorro que ha visto en su bolsillo; suele ir a las tiendas con mejores ofertas – lejos han quedado esos años en que presumía de su solvencia económica y alejamiento de las rebajas. Se divorcio, espiritualmente, hace ya algunos años de aquel viejo caballero del que siempre estuvo enamorada, aquel príncipe azul al que siempre, únicamente, espero. Suele caminar sin rumbo fijo cuando su recuerdo le sorprende en alguna esquina de su hogar.
Hace poco tuvo que vender su coche, no tanto por la necesidad, sino por el desuso que hacía de el, nunca fue muy buena manejando y sinceramente, no le interesaba en demasía el asunto. Sus amigas frecuentan ir por ella para las cotidianas excursiones a las tiendas de ropas y accesorios; siendo las bolsas sus favoritas. Desde siempre ha tenido esa fascinación por guardar y esconder las cosas, por sorprender con algún obsequio mediante el suspenso fabricado - entre más caro y más pequeño, mejor, reiteraba con una sarcástica y punzante risa que dejaba ver su falta de humildad, hoy permaneciente con un forastero eco de dolor.
Los años han pasado y las caras largas se han ido manifestando, incluso en los cafés que frecuenta de toda la vida junto a esas compañeras que suelen convertirse de enemistades a amistades y viceversa con cada frase mencionada. Hace meses que no revisita la experiencia, siempre que se acerca el fin de año, el estrés se hace cargo de que el maquillaje usado se agoté con mayor fluidez.
Cuando la conocí era una mujer naturalmente bella, un poco disparatada y banal, si así lo queremos ver, pero es de esa clase de personas que caen bien, que refrescan el sentido y alejan un poco los pesares, por lo menos mientras las locas, absurdas e irracionales frases salen de su boca con la plena conciencia de no tener una docta personalidad.
Tenía apenas unos años de tener una cierta conciencia de lo que significa estar vivo - en un mundo con civilizaciones dispares - cuando aprendí a utilizarla para crearme mejores escenarios. Hoy muchos de esos tablados han pasado, muchos bailes y canciones no bailadas, muchas melodías mal entonadas y líricas reinventadas para con el grado del festejo. Muchos besos, abrazos e intentos de ir más allá y terminar acostados en la cama. Muchas noches buenas y muchas otras tantas bastante malas.
De alguna u otra manera, siempre he estado al pendiente de ella y ella, digamos, suele no olvidarse del todo de mí, por eso aún suelo considerarla como una amiga. Nunca le he contado algún secreto, ni creo alguna vez tenerle la confianza para que ella me cuente uno, no contamos el uno con el otro, no solemos darnos apoyo pero siempre nos encontramos para restregarnos a la cara lo aburado del dolor. En realidad no es una amiga, es una vieja amistad que se ha forjado con algunos años de paso y de costumbre.
Jamás nos daremos la mano a la mitad de un verano (tal vez), pero al envejecer sé que los dos nos reiremos de la vida, contandonos todas esas historias no contadas y mirandonos a los ojos, apostando en silencio quien será el primero en morir.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Lecter, Harris & Viva México Ca…

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Para esta semana decidí hablar sobre nuestro – ahora difunto – caníbal. Desde que empezamos a saber de su historia, la trama se fue acomplejando; acercándolo cada vez más a uno de tantos personajes surrealistas que bien cohabitan en nuestro territorio (y de los cuales podríamos establecer buenas obras), pero que bien terminan como historia nada digna de videohome. En paz descanse, pues, nuestro caníbal.

LECTER, HARRIS & VIVA MÉXICO CA…

Posiblemente no se encuentre en México una versión amable y notable de aquel veterano y mítico personaje del séptimo arte, Clarice Sterling para poder relatarnos los últimos días de nuestro caníbal, poeta, cuentista, novelista, actor y amante. ¡Lastima!
Al parecer, los fuertes lazos de esa circundante atmósfera de realidad – ficción en que cohabitamos como personajes de una trama melodramática con tintes surrealistas (lejos de un realismo y un montaje fino), no ha desaprovechado la oportunidad – de nueva cuenta – que le hemos otorgado en nuestra amplia cultura de penumbra para cuando las cuentas deben ser dilucidadas.
¡Fue droga!, nos dicen, cosa que debemos tomar bastante cuenta, pues cabe en la gama de posibilidades, sí, pero siempre queda esa duda, esa ambigüedad e incertidumbre en la palabra de las autoridades, esa paranoia y sentir de que debajo de todo hay algo que se mueve sin el consentimiento del “sentimiento de la nación” – para ponerme un poco rosa con la versión, igualmente, rosa de nuestra historia. Pero ya hablamos de eso la semana pasada con resultados bastante jocosos.
Fue droga, sí, nos dicen, ¿por que no creerlo? Una persona tan dedicada – “y a tantas cosas” – tal vez necesitaba un poco de inspiración de vez en cuando; los “videohomes” nos lo han enseñado (sobre todo esas pobres pero divertidísimas producciones cristianas). Por, ende, cual fan de esos relatos “meta surrealistas”, espero con ansias la cinta hecha con la clásica tecnología casera (bien podrían justificar ellos como calor de hogar), de este nuestro nuevo personaje citadino. La versión polémica, pues, provendrá de este tipo de realizaciones, mientras la versión oficial de la angustiada familia saldrá en una de las afamadas mini series de la Pinal.
El único ruido que me causa este asunto de la explicación oficial es el asunto de la Droga en sí; no del dolor, ni el llanto, ni las declaraciones de su apesadumbrado núcleo familiar. Digamos que el argumento de inculpar al mundo de los estupefacientes de todo el mal de este país es ya un estandarte oficial – al parecer el relator de los pretextos oficiales ha sido renovado para colocar en su lugar a los ex -guionistas de aquel cine de ficheras que impusieran anteriores gobiernos.
Fue droga, sí, tal vez, ¿por qué dudarlo? El caso aquí es no opacar la obra de tan celebre muchacho. Aquel conocido con el admirable seudónimo de “El Poeta Caníbal”.
Pues, tan cuestionable, discutible pero serafín protagonista furtivo de nuestra capital nacional, se ha ido, nos ha abandonado. Nos deja en las manos del extraño destino, el que posiblemente decidió llevárselo para contar con uno más de esas caricaturas humanas en que nos convertimos, sobre todo después de la pobre educación recibida hasta nuestro nivel medio superior. ¡Que mejor! La fama se puede encontrar en todo rincón de este país, desde las corbatas de los pasmosos dueños de las televisoras (por medio de realidades no reales, no creíbles pero muy vendibles) hasta crímenes que rememoran a los más grandes antagonistas de la cinematografía mundial. Bien, dejen citó a ese otro arquetipo de caricatura, Homero Simpson: “Que bonito es mí país” (Con todo y el tono irónico, critico y contextual a que se me asemeja el a su patria natal).
Bien, yo escribo estas líneas, últimas de este año – antes de dedicarme, en forma, a mis ya tradicionales reseñas en contra de las celebraciones navideñas y metas de fin de año – en dedicatoria explicita a nuestro querido caníbal, poeta, cuentista, novelista, actor y amante – pues la cúspide de su obra, ha sido su salida estrepitosa y altercada de este mundo.

martes, 11 de diciembre de 2007

En respuesta... (a los comentarios)

En fin, agradezco con vehemencia los pocos o muchos comentarios que he recibido de algunos de estos textos, que con gusto redacto para que alguno que otro despistado pueda elegir perder un poco el tiempo en la inmensidad de opciones que tiene este universo virtual. Agradezco sinceradamente la visita, esperando que de un comentario (dígase que aquel individuo que de plano se tomo la molestia de escribir), por lo menos tres hallan sido los lectores del texto.
En cuanto a la solicitud de información del último comentario, pues debo indicar que mi columna se publica en el Diario AZ Xalapa los días Lunes en la sección de cultura (que por azares bizarros del destino se encuentra en los interiores de sociales). En cuanto a otras publicaciones, pues oficialmente – como para poder presumir – no tengo más que en revistas independientes al norte del país y ya hace algunos años (son sólo como dos cuentos, uno de ellos en entradas anteriores). Empero, todos estos años en que me he dedicado a escribir en el diario y revistas de amigos y órganos oficiales en universidades (¡que flojera!) y otras tantas cosas donde se me da derecho, pues se resumen en este mí blog; desde poemas con alto grade de rencor, hasta que uno otro cuento que invisiblemente trata de contener un poco de amistad con ese humor negro que me caracteriza.
En cuanto al lector (o lectora) que suele comentar puntualmente mis publicaciones (en veces sinsentido) pues un agradecimiento mayúsculo. La red siempre se me ha figurado algo vacío - como ya escribí en alguna ocasión – pero es reconfortante saber que alguien lee tanto folclor. Gracias, pues, y que mejor que citar (te) ante las criticas. Pues, esos comentarios son ¡Excelentes Líneas!

lunes, 10 de diciembre de 2007

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Debo admitir las carcajadas con que respondí al rostro de Chávez el día en que no pudo cambiar la constitución de su nación para poder reelegirse por toda la eternidad y convertirse así en el papa del socialismo – osease, prometer el paraíso mientras transita su vida hacia la muerte como ninguno de sus fieles vivirá (lujo, lujo, lujo). Entonces, debido a esta ranfla cuestión, decidí titular con una negativa este escrito, aunque el texto no se refiera en si al contexto dado anteriormente (no obstante el cierre). Muy lejos de trastocarlo, decidí narrar uno de mis primeros acercamientos a esos - ahora - extraños artilugios llamados libros (que en efecto, creo la mayoría de los políticos no ha de conocer, así como el presidente citado. ¡Y nuestro ex, como olvidarlo!)

NO.

Recuerdo que a mis 6 años me hallé por primera vez con ese librero que aún hoy casi se mantiene intacto en la casa de mi madre - hoy lejos (a veces más, a veces menos). Las páginas que contenía en los tantos o tan pocos volúmenes - dependiendo el ánimo con el que se les vea (en ese entonces yo infante) - en sus maderas poca finas, resulto ser el primer viaje largo que hiciera fuera de mi casa. La migración, pues, indicaba más que un camino coherente con el tiempo vivido, era el transcurso anacrónico de viajes que me llevaron a parajes espaciales y mundo antiguos, algunos incluso donde el hombre jamás había coexistido con la naturaleza -¡que mejor!, digo hoy.
El tiempo, relativamente, se fue perdiendo como el poder del mito y prisión que suele ejercer en muchos de los denominados ciudadanos del mundo – sobre todo en aquellos que habitan las grandes ciudades. En aquellos entonces viajaba entre espacios y tiempos tanto existentes como irreales; solía colocarme en las visiones de décadas pasadas, en contextos que al final de cuentas me lograron enamorar, conocía pues las versiones románticas de personajes “héroes”, protagonistas de parte de la historia “real”, pero sobre todo, de sus propias leyendas. Después de un buen bonche de experiencias en que la carne, el hueso y el dolor me soltaron ante la siempre cambiante “actualidad” y las verdaderas circunstancias de la experiencia, pude percatarme de que todo lo que bien se escribe se convierte en ficción – (no obstante de ser un buen número de datos), la milenaria tradición del relato de boca en boca la convertiría en tal.
Pues ojeé parte de esas recitaciones del espacio sideral, de la historia antigua, del inicio de esa otra historia que hoy tiene dividido al mundo en dioses y creencias, de la vida paleolítica, de los relatos de conquista y hasta del cuento aquel del primer hombre en el Everest que jamás leí pero que siempre estuve a casi - digamos que desde muy niño empecé a negar el valor de aquel viejo refrán de que “la intención es lo que cuenta” - así como de las peores catástrofes naturales (en el factor del daño ocasionado hacia nosotros; los sociales; siempre, con respecto a nosotros).
Recuerdo que a mis 6 años me hallé por primera vez como una parte más – ínfima y ejecutante (lectora) – de una industria que en efecto, al igual que otras, únicamente coloca en el mercado lo que elige en base a sus valores éticos y morales (por parte de una derecha o centro derecha), y en base de todo el rencor, odio y animadversión (por parte de una izquierda que jamás deja caminar los planes que ellos no propusieron). Pues, estos caminos nos han llevado a la perdida de confianza, de cordialidad y certidumbre de uno como individuo. Nos raciona fuertemente con un sentimiento profundo de paranoia social y colectiva (que es muy hilarante). ¡Cuantas veces no me he divertido al ver a estos hombres que creen que todo es un plan malévolo que se tiene en contra suya! ¡Cuantas veces no me han logrado contagiar en dosis ese sentimiento de culpa, de antipatía, de resentimiento! ¡Cuantas veces no me encuentro en medio de ese camino y me burlo de mí mismo como el tipo ignorante que se dejo caer - una vez más - en el poder de los otros (que siguen zombie-mente a alguna figura política que suele ser más imperiosa e ignorante que ellos mismos.)! En fin, la vida es demasiado bella y compleja - por eso este tipo de acciones se dejan crear, tan sólo desearía que no fueran en primer plano.
A mis 6 años – pues – me encontré con algunas hojas que en sus líneas presentaban relatos que hoy me tienen al borde de una sazonada locura de letras y frases, de ideas e historias, de vidas y muertes, de dimes y diretes. De ocasionalmente decir sí y a veces gritar no.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Mal-ogro

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Hay momentos en que ciertos asuntos se colocan como una coqueta moda a las que hay que vestir de galanura o preocupación, dependiendo, claro, de la calidad moral de quien la represente o bien de quien sea el afectado. Yo recuerdo muy bien aquella vieja usanza del mocha-orejas y como todos los santos días teníamos que escuchar una más de sus fechorías. Pues bien, en ocasiones, cual terremoto, ciertos asuntos como que retornan esporádicamente a nuestros territorios; es así que escribo acerca de la extorsión - boga ocasional (si es que el termino existe o es permitido) - que se suscitó la semana pasada aquí en la nación.

MAL-OGRO.

Titulo así, de esta manera; porque la extorsión fue el tema de moda de la semana pasada, algo que me dejó con la estima un poco más hundida que en las anteriores semanas - en que me había estado recuperando después de que Fox pidiera cerrar filas en pos de su situación a sus anteriores colegas de partido (algo hilarantemente exquisito).
Y es que al enterarme de los ya - por fin - populares secuestros virtuales por parte de los representantes del pueblo, no me dio por más sentir que no soy nada ni nadie en este desprestigiado y cada vez más caliente mundo (o eso nos dicen). Y es que esa serie de actos - valientes para algunos, cobardes para otros - sólo se les ha de realizar a la gente importante; son meros gritos, pues, de un puñado de personas que quieren llamar la atención de alguna manera. Lo más lógico, obviamente, es hacérselo saber a la gente que, gracias a su disfrazada personalidad, puede masificar la nota. Dígase de otra manera, yo no recibí ningún mensaje o llamada de chantaje porque no tengo ni suelo pagado para dejarme caer a descansar un poco.
Por otra parte, en uno de esos días de la recién desaparecida semana, me levanté con una muy coqueta nota en los desaliñados noticiarios que suelo presenciar al despertarme, esto con el objeto de percatarme que el mundo sigue siendo el mismo caso vacío de razón como para no preocuparme al salir a la calle y reírme de las cosas que me alegran sin sentirme socialmente culpable. La nota, pues, fue aquella del agente muerto en el enfrentamiento entre policías judiciales y policías de la secretaria de seguridad. Resulta, como ya todos sabrán, que los “Buenos Muchachos” de los judiciales (o “Judas” como coloquialmente se les dice) llevaban a un secuestrado; de esos objetos humanos que bien utilizan para sacar “pa´l chesco”. Esta vez no fue le excepción, los muchachos querían, tal vez, lograr un acuerdo para no pagar demás en lo que respecta a vinos y licores en estas celebraciones navideñas. En fin, hay que entenderlos; los tiempos son difíciles y se acerca cada vez más la temida cuesta de enero - posiblemente la respuesta sea aquella de la vieja fabula “gringa” del Grinch, esa de secuestra la navidad.
El exhorto de este tópico malogrado fue, pues, la inspiración de este presente escrito, ya que fuera de este par de ejemplos, todos sabemos que como estas, hubo bastantes versiones similares en centenares de ciudades en el país, eso sí, de manera mucho más humilde, muchos más imponente e impotente, pero sobre todo, mucho más silenciadas. Que se le va a hacer, ya lo dije, se acerca el fin de año y a todos nos entra la necesidad ¿de qué?, no sé, pero es necesidad. Hay que regalar ¿por qué?, ni idea, pero hay que gastar. Hay que celebrar ¿qué?, una festividad pagana de un dios romano pero disfrazada en el catolicismo, ¿cómo?, a la vieja usanza de la mismísima celebración romana; bebiendo como desquiciados en un sin fin de reuniones pecaminosas donde de lo menos que se habla es de la espiritualidad y la fe. Los buenos desean se dejan para el lecho de muerte, ¿que no?
El último mes de este año ha empezado ya a desvanecer todos nuestros anhelos y metas dictados con ahínco en el delirio mortal del año pasado. Es hora del olvido y la populachera visión a futuro, es hora de ser políticos, es hora de borrar todas esas promesas no cumplidas y empezar a formular las venideras; las que han de ir desapareciendo poco a poco hasta estas mismas instancias en el año que entra. Nótese mi descortesía al no colocar años fijos; posiblemente utilice el mismo texto durante toda mí vida, posiblemente este redactando el mejor texto de toda mí existencia. Posiblemente en realidad me este auto-secuestrando. Maldita sea, soy demasiado influenciable.