Replicantes.

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España, 2009.

Sunset Boulevard

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El que Busca Encuentra

lunes, 10 de diciembre de 2007

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Debo admitir las carcajadas con que respondí al rostro de Chávez el día en que no pudo cambiar la constitución de su nación para poder reelegirse por toda la eternidad y convertirse así en el papa del socialismo – osease, prometer el paraíso mientras transita su vida hacia la muerte como ninguno de sus fieles vivirá (lujo, lujo, lujo). Entonces, debido a esta ranfla cuestión, decidí titular con una negativa este escrito, aunque el texto no se refiera en si al contexto dado anteriormente (no obstante el cierre). Muy lejos de trastocarlo, decidí narrar uno de mis primeros acercamientos a esos - ahora - extraños artilugios llamados libros (que en efecto, creo la mayoría de los políticos no ha de conocer, así como el presidente citado. ¡Y nuestro ex, como olvidarlo!)

NO.

Recuerdo que a mis 6 años me hallé por primera vez con ese librero que aún hoy casi se mantiene intacto en la casa de mi madre - hoy lejos (a veces más, a veces menos). Las páginas que contenía en los tantos o tan pocos volúmenes - dependiendo el ánimo con el que se les vea (en ese entonces yo infante) - en sus maderas poca finas, resulto ser el primer viaje largo que hiciera fuera de mi casa. La migración, pues, indicaba más que un camino coherente con el tiempo vivido, era el transcurso anacrónico de viajes que me llevaron a parajes espaciales y mundo antiguos, algunos incluso donde el hombre jamás había coexistido con la naturaleza -¡que mejor!, digo hoy.
El tiempo, relativamente, se fue perdiendo como el poder del mito y prisión que suele ejercer en muchos de los denominados ciudadanos del mundo – sobre todo en aquellos que habitan las grandes ciudades. En aquellos entonces viajaba entre espacios y tiempos tanto existentes como irreales; solía colocarme en las visiones de décadas pasadas, en contextos que al final de cuentas me lograron enamorar, conocía pues las versiones románticas de personajes “héroes”, protagonistas de parte de la historia “real”, pero sobre todo, de sus propias leyendas. Después de un buen bonche de experiencias en que la carne, el hueso y el dolor me soltaron ante la siempre cambiante “actualidad” y las verdaderas circunstancias de la experiencia, pude percatarme de que todo lo que bien se escribe se convierte en ficción – (no obstante de ser un buen número de datos), la milenaria tradición del relato de boca en boca la convertiría en tal.
Pues ojeé parte de esas recitaciones del espacio sideral, de la historia antigua, del inicio de esa otra historia que hoy tiene dividido al mundo en dioses y creencias, de la vida paleolítica, de los relatos de conquista y hasta del cuento aquel del primer hombre en el Everest que jamás leí pero que siempre estuve a casi - digamos que desde muy niño empecé a negar el valor de aquel viejo refrán de que “la intención es lo que cuenta” - así como de las peores catástrofes naturales (en el factor del daño ocasionado hacia nosotros; los sociales; siempre, con respecto a nosotros).
Recuerdo que a mis 6 años me hallé por primera vez como una parte más – ínfima y ejecutante (lectora) – de una industria que en efecto, al igual que otras, únicamente coloca en el mercado lo que elige en base a sus valores éticos y morales (por parte de una derecha o centro derecha), y en base de todo el rencor, odio y animadversión (por parte de una izquierda que jamás deja caminar los planes que ellos no propusieron). Pues, estos caminos nos han llevado a la perdida de confianza, de cordialidad y certidumbre de uno como individuo. Nos raciona fuertemente con un sentimiento profundo de paranoia social y colectiva (que es muy hilarante). ¡Cuantas veces no me he divertido al ver a estos hombres que creen que todo es un plan malévolo que se tiene en contra suya! ¡Cuantas veces no me han logrado contagiar en dosis ese sentimiento de culpa, de antipatía, de resentimiento! ¡Cuantas veces no me encuentro en medio de ese camino y me burlo de mí mismo como el tipo ignorante que se dejo caer - una vez más - en el poder de los otros (que siguen zombie-mente a alguna figura política que suele ser más imperiosa e ignorante que ellos mismos.)! En fin, la vida es demasiado bella y compleja - por eso este tipo de acciones se dejan crear, tan sólo desearía que no fueran en primer plano.
A mis 6 años – pues – me encontré con algunas hojas que en sus líneas presentaban relatos que hoy me tienen al borde de una sazonada locura de letras y frases, de ideas e historias, de vidas y muertes, de dimes y diretes. De ocasionalmente decir sí y a veces gritar no.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No.. palabra altamente aprobada por todos aquellos que tenemos el mismo sentimiento de repulsión hacia una izquierda fantasmal y poco reaccionaria. Da gusto encontrar en web escritores como tu, desearia saber el diario donde publicas o si tienes algunas otras publicaciones. Gracias

Anónimo dijo...

...Uno siempre cree que es bueno ir y pelear por las buenas causas que la izquierda nos propone e incita a defender... pero tienes toda la razón en aquello de decir "LOS PLANES QUE ELLOS NO PROPUSIERON"...las "buenas causas" existen y ya. Curiosamente me encuentro escuchando un Podcast que habla de los "indígenas" de San Salvador Atenco...y al igual que a tí, me ha comenzado a invadir ese extraño sentimiento... pero... hay gente que de verdad es una "Buena Causa", y por mi parte, estoy harta de escuchar a las Víctimas de la Izquierda proletariada... si de justicias hablamos, pues que la Sra. Poniatowska o el Sr. Vargas Llosa comiencen a repartir dineros a la gente que padece hambre...

Y de Chávez... simplemente es un Dictador más... a veces pienso que tiene problemas de esquizofrenía y delirio de poder... quien sabe por qué...

Reitero como siempre... Excelentes Líneas...

Pd. Gracias a tí por ese maravilloso viaje fotográfico...