Se puede llegar a decir que nadie en esta vida puede estar del todo cuerdo. Todos tenemos algo de dementes dentro de nosotros; parte del combustible en pro de buscar belleza, libertad, amor y muchas más cosas intangibles. La demencia es morbo e interés y el Cine, claro, ha sacado provecho de todo ello. Curiosamente de esta manera nos ha brindado a algunos de sus personajes más entrañables y carismáticos. Aquí, como siempre, un par de pruebas.
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