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España, 2009.

Sunset Boulevard

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El que Busca Encuentra

lunes, 12 de enero de 2009

En Búsqueda de un Beso de Medianoche

REDONDO.

En Búsqueda de un Beso de Medianoche.
In Search of a Midnight Kiss (Alex Holdridge, 2007).

El fenómeno independiente es un caso curioso dentro de la industria del cine mundial, su concepto es obvio, se basa en el factor único de la libertad creativa buscada a través de recursos propios (alejados de los estudios de mayor renombre y poder) para desarrollar un proyecto. A su vez, no deja de ser una etiqueta que se coloca en algún sitio y cierto público hace un despliegue extraño para acordonarse y arropar cierto estilo manierista.
El Cine Indie, como le llaman, es en si - en la mayoría de las ocasiones - una mescolanza de cierto humor alternativo o violencia inusitada explícita (en ocasiones juntos estos elementos), bajos recursos (casi siempre visible en el look del filme, lo que le da, según, una frescura inusitada) y una inocencia en su hechura que en ocasiones enternece a cierta audiencia, o bien nos hace preguntar si en realidad lo independiente está casado con lo que alguna vez un critico mexicano dijo, de nuestro cine por cierto, está como mal hecho apropósito, esto tal vez para la defensa posterior.
Ahora bien, el cine independiente de nuestros vecinos del norte tiene las concernientes ventajas de una industria mucho más desarrollada, lo que no significa que exista por ahí la oportunidad de recubrirse de las etiquetas antes dictadas y no salir airoso de ellas y su critica. Tal, creo, es el caso de este filme aún sin nombre oficial en nuestro país, por lo que me obligo a traducirla tal cual. Como suele suceder con películas de este corte, las criticas se han polarizado, y creo que por vez primera debo inclinarme por el lado negativo de ellas. Si bien el cine indie había ya ganado terreno en casi toda entrega importante de Estados Unidos, teniendo año tras año una cinta participante (que casi en la mayoría de los casos se llevaba el Oscar a mejor Guión Original; Lost in Translation, Little Miss Sunshine, Juno) este ha sido un poco dejado a un lado para los cineastas independientes que han crecido y siguen realizando sus proyectos con mayor ambición y cine, sin perder, claro, esa frescura en su visión, como debe de ser, no en un look, repito, que denote la mal nombrada etiqueta indie.
In Search of Midnight Kiss es una película demasiado singular, ya vista, y es este tal vez uno de sus principales errores; dentro de esta etiqueta indie - que si bien está llena ya de artilugios clave que se deben seguir (dictados anteriormente), sí deben requerir a una alternativa de visión y genio por parte de un director en vísperas de oportunidades de mayor envergadura (como cualquier profesional) y es que es una historia de amor y relaciones de parejas como ya hemos denotado en diversos estilos, desde lo clásicos dramas y melodramas que siempre existirán, hasta los alternativos actuales que hacen alusión a los nuevos foros de conexión entre individuos que existen en nuestra sociedad. Es una historia de amor que trata de envenenar las calles menos conocidas de Los Angeles y mostrarla como lo que es, la ciudad desesperanzadora donde el sueño americano casi nunca se logra, una especie de infierno donde al final, las metas del día se pueden lograr a medias. No me asusta el blanco y negro con que se presenta, nunca he sentido, como tantos otros, que el uso de la escala de grises sea símbolo de presunción, es estilo, me queda claro. Es gusto por parte del director. Aún así, el error fundamental de esta cinta es su localista forma de llevar la historia, se deja llevar únicamente por un discurso encerrado y circular (sin mucho a donde abrirse y dejar sentir algo al espectador foráneo a la ciudad o la cultura estadounidense) que se enmarca en la ciudad de las estrellas. No somos más que testigos de dos perdedores caminando por las calles en busca de un capricho socio-cultural; un beso a finales de año que debe llegar para sentirse menos jodidos, eso sí, haciendo con su andar, jodidos a uno que otro en el camino.
No podemos negar las consecuentes similitudes en cuanto a trama, no estilo ni forma de llevar la historia, sino a origen del conflicto, que conllevó a otros directores, hoy ya más hechos, a realizar su primer paso como Kevin Smith, Jim Jarmusch o Richard Linklater. En todo caso, las comparaciones no hacen que la presente cinta se elevé.
Y es que la cinta comienza un tanto floja, queriendo sorprender de manera burda, diría yo (que no soy un puritano) al espectador con una idea del todo agotada en otro tipo de cintas de corte más juvenil y cómico. El inicio, pues, es flojo, lo que lleva a la película a cojear del todo hasta pasada un poco la mitad de esta, donde, hay que decirlo, logra en ciertos momentos una fuerza inusitada - y en partes claves para su fortuna - ayudándose en ocasiones de la siempre presente y también indie música melancólica que le impregna eficazmente ese look independiente que rodea a las películas de este corte. Es tal vez por estas escenas que la cinta no termina por desfondarse y logra edificarse en el tercer cuarto de su duración, en su último movimiento, único que vale la pena. No obstante, ahondado en su estilo, la escena final cae de nuevo en el cliché y recae en la clásica escena de una conversación de amigos que se resuelve con la cantada de un himno generacional del rock de estadio, esta vez, no lograda al cien como otras tantas cintas de directores que saben colocar con mucha rabia y conocimiento la canción exacta.
Los diálogos, siempre más que presentes en este cine, aparecen de la manera acostumbrada, por medio de conversaciones largas, voces en off mediante mensajes a los celulares de uno de nuestros personajes y bromas que en está ocasión recaen a una generación de poca fe para con los sueños dorados de la cultura norteamericana, cercana a los 30 y que ven todo de manera opaca, cosa que el director intenta ingresar a cierto humor pocas veces logrado. Los elementos de tristeza, bajeza emocional y depresión los logra con mejor mano.
Estamos, pues, ante una cinta de corte independiente que no trastoca un devenir más que el suyo propio, una cinta local que nos encierra de mala manera en una cultura que no termina por ser estructurada debidamente para el entendimiento de un espectador que no la viva; es tal vez, por eso, que la mayoría de las criticas que la alzan como positiva sean de esa nación y casi ninguna de otro lado. El cine independiente no tiene un símbolo más, eso se notaría ya en otras partes del orbe, repitiendo cierta parte del estilo o generando tributos por alguna parte. El cine indie queda igual, alejado este año de los premios, alejado de las glorias vividas en los años pasados. Es tal vez, así lo creo fervientemente yo, porque los directores predestinados a alzarlo se han dado a la tarea de concentrarse en proyectos de mayor reto, lo que no les quita el sentido de lo independiente, sólo de la etiqueta, como lo es este filme, esperando, claro, que el director proponga cosas de diferente manera, apuntalando sus aciertos vistos en esta trama, pues no se puede negar tampoco que no tenga una madera solida para continuar en esta carrera.
En está ocasión el cine indie no ha obtenido uno más de sus aciertos, se ha quedado bajo y callado, pero sólo me refiero al cine de etiqueta, pues el cine independiente ha logrado más que contaminar las mentes de nuevos directores, o bien de una nueva generación que se enfocará en el cine. El cine independiente se ha despegado de las etiquetas, la mayoría de las encuestas dictaminan como las mejores cintas del 2008 a There Will Be Blood y No Country For Old Men, cintas duras y difíciles para un cine comercial, basta ver el valor que tuvieron los realizadores para con los finales de ambas cintas. Sencillos planteamientos en temas que recaen en una sociedad venida a menos. Muchos analistas han dictaminado una sorpresa mayor porque estos discursos provengan no del indie (indie etiqueta diría yo) sino de la clase mayor, pero es que acaso no recuerdan el origen de estos creadores. No es que estemos ante un devenir de lo independiente, sino en la madurez de este cine que ha demostrado vivir y exige el oficio que se requiere para hacer realmente un cine diferente, que es siempre su propósito.

En Búsqueda de un Beso de Medianoche de Alex Holdridge
Calificación: 2.5 de 5 (Regularmente Buena)

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