REDONDO.
Gravity
Gravedad
(Alfonso Cuarón, 2013)
Desde
los inicios de su carrera, la mano de Alfonso Cuarón se vislumbraba sumamente
personal; su visión para el cine se alejaba de los estilos y técnicas del cine
nacional que le tocó vivir y experimentar en sus primeros pasos como realizador.
Su apuesta fue siempre una constante entre proyecto y proyecto a menor o mayor
escala dependiendo la capacidad presupuestal
de sus producciones, es decir, un balance entre el uso de las tecnologías a
gran escala y la narrativa de sus historias. Queda claro, entonces, que con su
evolución como director todo esto se fue detallando más claramente: el
equilibrio previsto entre sus historias (meramente sencillas) y el uso de ciertos
procesos bajo pretexto de éstas encontró su constante en el tiempo; el uso de
este como eje cronista. El uso de este como una unidad fija y única que le da
pleno sentido a la lógica de sus secuencias.
Con
su anterior proyecto lanzado a las pantallas comerciales, “Children Of Men”
(2006), logró algunas de sus escenas más complejas y mejor logradas en el
sentido antes descrito. Estaba pues, en plenas facultades técnicas y monetarias
para intentarlo… Habrá que recordar también que incluso en su aporte a “Harry
Potter” (2004), el tiempo forma parte elemental de la historia, así como en su
colaboración dentro de “Paris, Je T'Aime” (2006), que
se conforma únicamente de un plano secuencia.
En
Gravedad, el pretexto narrativo es el mismo, sólo que termina por ser sobrado y
más que aportar a la historia en si –al desarrollo narrativo del drama– lo
aplana; le quita dimensión, volumen, densidad. Lo torna cíclico, previsible y
hasta cierto punto peligrosamente cercano a lo inverosímil; sólo faltaba que en la secuencia final hubiera
tiburones para que siguiera el martirio. Con Gravedad, es cierto, nos
enfrentamos a un desliz plenamente técnico (en cuanto a la tecnología se
refiere y no en cuanto a la técnica de la sintaxis más formal del cine). La
cinta nos pretende asombrar con sus ambientación espacial que en efecto es
impactante pero que no logra el objetivo conmovedor que justifica ciertos
elementos del guión… El desarrollo de la trama se mantiene más en la complejidad
de los artificiosas y sumamente complejas coreografías (a las cuales se les
podrá aplaudir por su elaboración) que por una sucesión de eventos lógicos y
sorpresivos que sumen a los campos emotivos y de suspenso que se trabajan
dentro de la cinta. Dicho en otras palabras, Gravedad es una película mejor
ejecutada que narrada.
Bajo
el pretexto y el capricho del campo espacial, la cinta nos presenta ciertas
reglas que se van rompiendo a conveniencia durante su metraje. La música,
mediana y más apegada al uso del melodrama para poder exaltar y explotar
ciertos momentos “sentimentales” que no se lograron cuajar por el uso del
lenguaje, compuesta por Steven Price, se une a un montaje que utiliza ciertos
artilugios tecnológicos para poder crear ese espacio temporal que lejos de lo
contemplativo, también se vence a discreción con –y como– mero afán que
justifique el uso de las citadas coreografías. Cuentas aparte rinde la labor de
Emmanuel Lubezki (fotografía), Mark Scruton (Arte) y todo el departamento de
efectos especiales y visuales cuyo aporte visual es en realidad la gran mayoría
de la película.
Las
actuaciones de Clooney y Bullock no dejan a desear, no, pero tampoco son
profundas… Las acciones a las que se deben también son relegadas por esa cámara
constantemente móvil que busca primeramente una estética que una dirección
actoral en forma. Gravedad, pues, es resultado también de una galante
mercadotecnia en nuestro país debido, lógicamente, a que un connacional da de
que hablar en una industria que claramente se ha visto inclinada por manifestar
gustosamente el uso de sus nuevos “juguetes”. Las buenas críticas y reseñas
lanzadas al albedrío, pues, iban de la mano de un sentimiento de apego.
Gravedad,
entonces, resulta ser una entrega más de un Cuarón entregado al cine industria
plenamente occidental… Y visto desde esa esquina, claro, resulta refrescante
ante sus “camaradas”, sí, pero también habrá que decir que con esta, su más reciente
cinta, nos encontramos con su más plana obra cinematográfica.
Gravedad
de Alfonso Cuarón
Calificación:
2.5 de 5 (Regular).
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