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España, 2009.

Sunset Boulevard

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jueves, 8 de enero de 2009

Cafe Tacvba. Joy Eslava. Madrid 2009.

REDONDO.

Cafe Tacvba en la Sala Joy Eslava, Madrid. 2009.

EL OLOR DEL ROCK & ROLL.

Para las 12:15 estábamos recogiendo nuestras chamarras, abrigos, guantes y demás artilugios que habrían de protegernos del duro frío que nos acogería al salir del recinto, estábamos a -1 grado y la noche comenzaba tan sólo a sentirse por el hecho de que al caminar nos encontrábamos cada vez más unidos en las calles solitarias del centro de la ciudad. Eramos tan sólo 4 caminantes nocturnos con dirección a la última cerveza de la noche que tardaron en darse cuenta de ese frío pesado que golpeaba sus cuerpos. La realidad es que mucho de ese calor encontrado dentro de el pequeño y galante escenario con los Tacvbos, como se les dice más animosamente, recorrería con nosotros más metros, más cuadras, más días, en un año que se espera, más que animosamente, sea el más musical para los 4 individuos que salimos encarnados con un poco de rock mexicano.
Hay que decirlo bien, con las palabras exactas; hace años que Cafe Tacvba dejó de ser la bándita independiente que sólo agradaba a los iniciados del rock nacional, de aquellos que crecieron de su mano y de otras tantas bandas que se quedaron ahí (la lista es enorme). No son el grupo de culto folk que sólo trastocaba los gustos de algunos cuantos, hace tiempo y un par de producciones atrás que forman parte del main stream mexicano, algunas de sus canciones han sido adoptadas como parte de una banda sonora individual por todo tipo de personas, son el momento de la noche donde los trajeados y lo desaliñados de pelos largos comparten garganta. De eso no se les puede acusar, son la voz que cualquier grupo debería ser (o bien con intenciones de llegar a serlo, el rock es tan sólo uno más de los medios de expresión de todas las generaciones), así como tampoco de haberse dejado vencer por la implícita evolución que se requiere en el mundo de la música mundial. Si en todo caso hubieran seguido con sus tonos basados en los estereotipos del mexicano, posiblemente ya nos hubieran cansado. Cafe Tacvba ha dejado hace tiempo de ser esa pequeña banda que engrandecía el patrimonio del Rock hecho en México, en nuestro idioma y tiene ya reservado su lugar en la historia. Es, pues, una banda grande que se da el lujo, y le da la oportunidad a sus seguidores, de vez en cuando, a verles en una sala pequeña, breve e intima como lo fue en está ocasión. Son una banda que domina todo tipo de escenarios.
Cuando uno observa su ultimo DVD en vivo, con el que celebraron sus 15 años en el palacio de los Deportes, uno se percata de como han crecido en el sentido de dominar un estadio, y aquí, en una pequeña sala de menos de mil personas hicieron que ese estadio se transportara a los sentidos de todos los que estábamos ahí, desde los que ya iban rendidos a medir el concierto como algo maravilloso, hasta a gente como yo y mis tres acompañantes que aún manteníamos un sentido critico a la presentación. La verdad es que la última producción de la banda no se nos hace del todo a su nivel y temíamos que se basará la mayoría del reparto en estos temas.
Las sorpresas empezaron desde temprano, cuando la banda apareció sobre el escenario unos 20 minutos antes de lo marcado en nuestros boletos, haciendo uso de un muy buen sonido, un juego de luces preciso para cada emoción y una pequeña pantalla que con gráficos más que sencillos daban una pequeña atmósfera de estar en un concierto más grande del que nos encontrábamos.
Con inteligencia los miembros de la banda escogieron los temas necesarios para dar una velada única a sus seguidores, su estilo ahora con más apego a ser una banda de núcleo los ha hecho dar un giro más rockero a todo lo que les rodea, incluso lo dijeron en una entrevista previa al concierto. Y la verdad es que el concierto de Cafe Tacvba fue eso, fue un concierto de Rock, algo extraño de pensar para quienes han visto a estos con sus invitados predilectos en violines, guitarras, etc. Cafe Tacvba es ahora una banda de rock, y es una banda de rock como pocas veces se ve una sobre un escenario, disfrutando a cada momento el amor de su público y dejándose rendir por el cariño dado, dando todo de si en cada uno de los temas que ahora encarnan con su nuevo estilo. Lejos quedaron en esta presentación las guitarras acústicas que jamás aparecieron y nunca se extrañaron. El poder de un rock eléctrico hizo mover y saltar a toda la sala por horas. El paseo por algunos de sus temas más clásicos llegaron en el momento exacto, no cuando uno predecía que podrían venir. El ritmo fue el exacto, tan sólo 4 temas de su nuevo disco, aliviándonos ese temor inicial, cosa agradecida por todos. Canciones como Ingrata, Las Flores, Chilanga Banda, El Fin de la Infancia, No Controles, Alármala de Tos, La Locomotora, Cero y Uno, Eo, Mediodía y otros de la gran lista de clásicos que tienen ya llegaron siempre a momento de sorpresa y dejando cansados a todos en la apretada pero mexicanizada sala. Sorpresa mayor y que se llevó la nota de la noche, fue el momento cuando en una muy movida versión en directo de La Chica Banda, dejaron subir a más de 30 mujeres al escenarios para echar un desmane muy improvisado.
Obviamente y como era de esperarse, dejaron para el único encore que harían (de más de 30 minutos) una lista de temas que ya fueron menos sorpresa, pero que para ese momento ya no importaba de todo, el latir estaba conquistado; Eres, El Baile y El Salón, Déjate Caer (con el ya infaltable bailecito) y una versión instrumental de Pinche Juan casi al final y que se repitió en ocasiones para el disfrute del slam, acabaron ya con el poco aliento de los que comenzaban ya a volcarse en estampida hacia el frente. Como te Extraño fue el tema final y uno de los más coreados de la noche, no sin antes de que el multi-nombrado cantante mandara un mensaje para todos aquellos que estamos lejos de la tierra. Palabras de aliento de alguien nunca esperado pero que siempre son bien recibidas, a lo que se desató un cántico muy nacional con el clásico México, México, que le saco una muy honesta sonrisa a la banda, pero es que en ese momento, puedo decirlo, todos nos sentimos más cerca de Latinoamérica (pues había muchos compatriotas) que en lo que lleva toda nuestra estadía en esta ciudad. La banda se marchó, no sin antes dejarnos disfrutar cada momento de su presentación, con las clásicas bromas del cantante, pidiéndonos oler el sudor del tipo de alado, pues dijo, todo en esa sala olía a rock and roll. Y es que en realidad eso fue lo que experimentamos los afortunados en conseguir boleto - pues se agotaron en días y mucha gente esperaba afuera para ver si lograba entrar - un verdadero concierto de rock, de ese que no ha muerto.
Cafe Tacvba está vivo, de eso no me queda ninguna duda, es una banda que comenzó siendo pequeña, tuve la oportunidad de verles en la gira de su primer disco, y hoy son unos gigantes en el escenario, cálidos, entregados per sobre todo divertidos. Es un prueba de que la calidad puede tenderse de la mano con lo comercial, con lo masivo, con lo multitudinario.
Me desperté al otro día, detallando las reseñas en los diarios locales, todos hacían alusión a la pasión entregada por la banda. En una de las fotos de unos los diarios principales de estas tierras se ve al cantante señalar al público y varios manos alzadas, siguiendo el ritmo que imperaba en todo el recinto. ¿Alguno de ustedes, queridos lectores, han escuchado esa famosa anécdota de rock, que más bien es una especie de chiste, donde un amigo dice conocer a otro que jura que en una de las fotos de un concierto masivo logra encontrarse? Pues bien, yo casi puedo asegurar que una de esas manos es mía. Ahora a esperar las sorpresas de esta banda en su 20 aniversario.

Cafe Tacvba en la Sala Joy Eslava, Madrid, 2009.
5 de 5 (Pocas veces).
  

4 comentarios:

Francisco Negrete Mendoza dijo...

Chidos el texto y tus fotos muy buenas, compa.

Anónimo dijo...

Pues las sorpresas fueron pocas para estar festejando 20 años.

Aunque debo admitir que ver a doña Ofelia con su rebozo blanco y las mantas en el cuerpo, me robó un suspiro...

Y tienes razón, el crecimiento musical es notable, sin embargo he pensado siempre que aquel Unplugged del año 95 (más o menos) se lleva las palmas... y he de comparar siempre la calidad de aquellos años, con ese famoso 15 aniversario que me pareció más emotivo que bueno.

...SINO... sigo preguntándome cual es el inicio de la decadencia ¿4 Caminos (que tiene cosas plenamente rescatables) o SINO?...

Y bueno... no tengo que describir el concierto del 13 de Junio en el D.F. el cual fue una maravilla (y confieso: también me invadio ese miedo por escuchar el SINO en todo su esplendor)

Saludos.

Anónimo dijo...

Very good article, well written and very thought out.

Anónimo dijo...

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