REDONDO.
Hitchcock.
Hitchcock,
El Maestro Del Suspenso (Sacha Gervasi, 2012)
En
cierto punto de la trama, el Hitchcock que nos presenta Gervasi en su debut
fílmico como realizador de ficción, quita muy conscientemente un cuadro de la
pared de su oficina durante la preproducción de Psycho para espiar a su nueva
actriz, Janeth Leigh, en clara alusión a uno de los momentos emblemáticos de la
histórica cinta que le sirve como pretexto temporal, pero que a su vez vale
como analogía para el resultado de su propia película.
El
Hitchcock de Gervasi, pues, espía a través de un pequeño agujero en la pared.
Confidente de su visión, tiene lógicamente un muy particular ángulo desde donde
puede regir el enfoque de su mirada, al igual que la cinta que nos va
presentando, durante su metraje, distintos rumbos y caminos que no terminan por
cristalizarse cuando ya se ha iniciado uno nuevo. En la cinta, entonces,
encontramos mas que un entramado claro, viñetas que se van superponiendo una
tras otra; regresando algunas, muriendo muy sosamente otras, que intentan
mostrarnos un periodo álgido –al menos esa es la tesis de esta cinta– en la
carrera y vida personal de uno de los directores más icónicos en la historia
del cine.
Es
así, entonces, que la trama que Gervasi intenta contarnos se va desvaneciendo
al paso que se reinventa una y otra vez. Desde la búsqueda de un proyecto, el
capricho de éste, la álgida pelea por su aprobación, el siempre morboso caso de
las actrices de Hitchcock y su relación con ellas (tratado elegantemente), la
filmación de la propia película (asunto que se queda pobre, muy pobre), unas
cuantas experiencias oníricas por parte de un personaje que está completamente
de más (el mismísimo Ed Gein), los siempre guiños –tributos– al estilo del
“homenajeado”, etcétera, etcétera y etcétera, hasta dar por fin con un camino
que brinda un poco de cuerpo al último tercio de la cinta. Una historia de amor
entre el propio realizador y se esposa. Un periodo de crisis matrimonial en la
que los celos participan de tenaz manera como pretexto para la génesis de un
clímax rebuscado, sí, pero que funciona en la medida que la cinta se va
tornando hacía la segunda oportunidad de una relación que ha de colaborar para
la creación de uno de los filmes más reconocidos de todos los tiempos.
Hitchcock,
pues, se centra en un periodo especifico de la historia tomándose la libertad,
y el derecho, de ciertas licencias para la construcción de una especie de
tributo mediano a una de las obras del llamado “Maestro del Supense”, y no
tanto al propio maestro en si. Resulta claro que el peso de la trama se soporta
en más de una ocasión en el trabajo actoral de Helen Mirren –notable la Alma
Reville que construye– pero que lastimeramente opaca al propio Hitchcock (un
Hopkins no tan eficaz).
Sacha
Gervasi, pues, da unos muy tibios y blandos primeros pasos como director. Se
entrega al inconstante guión de John J. McLaughlin con afecto, sí, pero con una
limitada visión (tal como su propio Hitchcock en ese acto de espionaje) de una
trama enteramente construida de principio a fin. No obstante, gracias al seguro
montaje de Pamela Martin, la eficiente fotografía de Jeff Cronenweth y la
partitura de Danny Elfman (clara, lógica y obligadamente inspirada en el
extraordinario Bernard Herrmann), la cinta se torna más que presentable y hasta
en ciertos momentos disfrutable. Caso contrario a la más que mediana “The Girl”
(Julian Jarrold, 2012), que casualmente retrata los años posteriores en la
carrera de Hitchcock y que en diversos momentos se torna incluso falta de respeto.
Hitchcock,
como cinta, entonces, no termina por funcionar del todo. Se conduce por
diversas y disímiles ramificaciones; mismas que no la hacen crecer en trama, ni
evolucionar, sino que la estancan en un circulo lleno de detalles que nadie
logra dominar, pero a su vez nos muestra algo sumamente claro y aleccionador. Aún nos mantiene
expectantes, cautivos y en suspenso todo aquello que lleve el nombre de Alfred
Hitchcock.
Hitchcock,
El Maestro Del Suspenso de Sacha Gervasi
Calificación:
3 de 5 (Regular).
2 comentarios:
Una buena historia, bien contada, con un Hitchcock amable que muestra ante la pantalla todas sus neuras y debilidades de la mano de Alma, su comprensiva esposa. Buenas interpretaciones para una película que hace pasar un buen rato. Un saludo!
Entretenida, no cabe duda.
saludos igualmente
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