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sábado, 17 de diciembre de 2016

Arrival

REDONDO.

Arrival
La Llegada (Dennis Villeneuve, 2016)

Como claro preámbulo a una de las cintas más esperadas por los cinéfilos en el 2017, “Blade Runner 2049”, Dennis Villeneuve se inscribe de lleno en la ciencia ficción con una cinta que si bien tiene sus ligeros detalles, nos hace esperar con ansias una obra justa y merecedora del legado de su antecesora. Y es que con “Arrival" da muestras de una mano cada vez más controlada en la cadencia, una madurez latente en la tesitura de sus temas así como una exploración más fresca de los mismos. De paso, claro, se da el lujo –y la libertad– de sacarse la espinita y por fin manejar a sus anchas ciertos elementos que había bocetado ya en anteriores cintas. Si bien su obra se ha ido abriendo de a poco a un mercado más global, ésta no ha dejado de otorgarse a desafíos más complejos y profundos en las aristas narrativas, estéticas, histriónicas y dramáticas a cada paso. Su filmografía es, pues, su propia escuela; seminario que intenta captar lo sombrío y taciturno de la naturaleza humana. 
El conflicto plenamente narrativo de “La Llegada” es simple y hasta lógico, su primera parte inclusive puede definirse así. No obstante, el trasfondo que se nos irá develando de paulatina manera abre un envase que doblega la incógnita propia de nuestros personajes en pantalla. Es un miramiento a lo desconocido, a los temores de ello: las posibilidades, la pertinencia, el beneficio y la convivencia. “Arrival" no es una elemental cinta de encuentros extraterrestres, es un filme anacrónico ilustrado a través del lenguaje; lo que conlleva éste no sólo como proceso comunicológico sino como exploración en el campo emotivo y temporal. Villeneuve se nota suelto y escrupuloso dentro de un género que en muchas ocasiones ha sido maltratado; arrinconado en recovecos cercanos a la fábula, lo exacerbado y lo no formal.
Bajo una batuta de estética puntual, y agraciadamente sin hacer alarde de espacios y figuraciones recargadas en su estética, el entramado se desarrolla en espacios comunes, en un circulo de hechos que a la par que se presentan de manera más concreta, se van profundizando en el subtexto. Estamos, pues, ante un filme que se puede dar el corte de “inteligible” aunque tampoco se inscriba por completo en ese campo. “La Llegada” resulta al final en una película bien hecha, seria y formada al detalle. Aunque parezca que no pasan muchas situaciones diferentes a lo largo del camino, en el fondo se revela la materia de aquello que nunca ha sido puesto a prueba.
Como ejercicio guionistico la cinta carece de una redondez total. El entramado diseñado de Eric Heisserer peca en ocasiones de falta de desenvolvimiento. Si bien la voz en off que divide parte de la estructura fílmica hacía la mitad de la cinta se justifica para un metraje más acomodado, podría haber sido tratada con un poco más de calma. Igual pasa con las elipsis temporales a la “Nolan” que se suscitan hacía la parte final de la cinta, donde dicho sea de paso, el estilo cíclico presentado se torna un tanto más intrincado. Parte de ello bien podría haber funcionado mejor si se obviaban las posturas críticas a los actuales enemigos económicos e ideológicos de los Estados Unidos. Pero claro, hay que dejar la marca de la casa. 
En los demás elementos técnico/creativos hay poco que escarbar. Es una constante de Villeneuve el hecho de amalgamar de manera precisa la homogeneidad de los elementos de sus cintas. Tanto la fotografía realizada por Bradford Young, como la música de Johánn Jóhannssonn (basada realmente en muchos de los temas de sus anteriores trabajos) y el montaje de su editor de cabecera, Joe Walker, van de la mano. No sobrepasan el todo del filme, participan en el entramado desde su rincón de manera efectiva y sin protagonizar. Igualmente, como ya es costumbre en los filmes de este realizador, la dirección actoral es de un muy buen corte. Sus talentos se muestran eficaces en el set, con personajes que han construidos sus niveles de atención dentro del entramado final. 
Si bien el paso de Dennis Villeneuve ha sido un tanto zigzagueante –no todos esos retos fílmicos de los que hablamos al inicio han dado un resultado cien por ciento óptimo– continúa siendo uno de los directores a seguir. Su mano va imponiendo un sello particular, uno que se adentra a las líneas no visibles de un filme. Es un cineasta que gusta de detallar sus contenidos de tenaz manera antes que al vestido decorativo (aunque también hay algo de ello). Y con “Arrival”, claro, nos da además una prueba en su manejo de géneros, de que su discurso puede incursionar en distintas fronteras de manera clara y capaz dejándonos a espera de más. No sólo la secuela antes citada, sino más desafíos cinematográficos que seguro estaremos disfrutando. 

La Llegada de Dennis Villeneuve

Calificación: 3.5 de 5 (Buena). 

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