REDONDO.
Toivon Tuolla Puolen
El Otro Lado de la Esperanza (Aki Kaurismäki, 2017)
Cual introspectivo reflejo de su pasado largometraje, Le Havre (2011), Kaurismäki se da a la tarea de re-dibujar su dialéctica en base a dichas personalidades: tesituras, temáticas y texturas. Si bien su nueva entrega contiene todos los elementos de plasticidad y estética que hacen que una obra conlleve esa rúbrica tan particularmente suya, esta se muestra también con una visión de mundo mucho más lozana y moderada. El tono con que se va abriendo paso a paso la trama denota una mano agridulce, una hechura contrastante que vuelca los volúmenes emotivos del abatimiento más reacio a la ciega confianza, de la desesperación contenida al mediano compromiso y la convicción.
Como inquietud central tenemos nuevamente el exilio, salvo que en esta ocasión el quid nace de dos unidades independientes y autónomas que si bien habrán (lógicamente) de unirse, se mostrarán naturalmente – y en cierto grado– reacias a la alianza. El augurio de su encuentro no es prometedor, su lógica no se suplementa y es el socorro y la necesidad lo que les hará pactar… Por un lado tenemos a un hombre adulto que busca el escape dejando a su esposa y que a la caza de una buena cantidad de dinero intentará el éxito manejando un restaurante. Por el otro lado un joven sirio que ha llegado azarosamente a Helsinki y busca asilo mientras aguarda noticias de su hermana. Ambos, bajo el cobijo del destino que les ha abrazado, irán caminando por los senderos propios de su aventura hasta cruzarse y ampararse en las cualidades del otro. Con un acento que no celebra ni censura sino que representa las facultades y algunas de las vertientes de la situación social entre Europa y los refugiados de Medio Oriente, Aki Kaurismäki reconstituye su universo y nos presenta esos legajos tan suyos como el uso de la música, su gama de colores, sus sencillos escenarios y, claro, sus características interpretaciones, que tras claroscuros que le asimilan el estilo se postran a sus ordenes para darle un renuevo a su atmósfera fílmica. Llena de ese humor negro tan distintivo en él, se realza por el tan logrado contrapunto que hace de los motivos y emociones a cada momento.
Apoyado por la cámara de Timo Salminen (mismo fotógrafo de su anterior cinta), esta producción que se contempla como la segunda de una trilogía temática, se maneja entre los extremos de la naturalidad lumínica del día y los artificiosos haces de luz que enfocan atentamente, y cuasi cual pincel, los acidulados momentos de la noche. El montaje de Samu Heikkilä, por su parte, permite exhalar, como es costumbre en el cine de Kaurismäki, todo ese accionar de sus personajes; ese ilusorio repertorio de emociones contenidas con el que se envuelve todo el mundo cinematográfico que se experimenta frente a la pantalla. Nos permite, pues, el tiempo necesario para formar parte igualmente de esos decorados tan bien diseñados por Markku Pätilä y revestidos por Heikki Häkkinen y Ville Grönroos. La música incluso toma un papel más relevante que en otras de las películas del también llamado Arto Paasilinna del cine Finlandés. Forma parte del discurso propio de la trama, no sólo por la clásica presencia de músicos dentro de las locaciones, sino porque las notas interactuan y recubren tanto a los personajes como las acciones que nos van guiando por todo el encadenado. La atmósfera que se logra en ese largo inicio hasta hallarnos con el origen de la melodía es un muy buen ejemplo.
Ganadora del Oso de Plata (mejor director) en el pasado festival de Cine de Berlín, El Otro Lado de la Esperanza resulta precisamente eso, el lado opuesto de ese anhelo de certeza; destello convexo de la felicidad que se nos instruye a buscar por la vida… Sus protagonistas no exploran los ruedos para hallar las jovialidades experiencias del día a día, sino que se adiestran a la supervivencia, a las condiciones de un mundo que al parecer abandona pero que no deja de girar y mostrar su mala cara. Su abrazo es sofocante, sí, pero como a bien reza en pro de la vida uno de los caracteres hacía el final de la cinta: “Morir es demasiado fácil”… Por tanto, que mejor mostrar y ser mostrado. Observar y ser hallado en la calma de todo aquello por lo que los demás pelean hasta la guerra.
El Otro Lado de la Esperanza de Aki Kaurismäk
Calificación: 3.5. de 5 (Buena).
No hay comentarios:
Publicar un comentario