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lunes, 16 de febrero de 2009

El Curioso caso de Benjamin Button

REDONDO.

El Curioso Caso de Benjamin Button.
The Curious Case of Benjamin Button (David Fincher, 2008).

Inspirado bajo un relato corto de Francis Scott Fitzgerald, y este a su vez sobre una cuestión dialogada por diversos autores, entre ellos el querido y tan gustado Quino, que no reparaba en una muerte siendo apenas un ser de “brazos” sino en el extremo factor de placer que sería el orgasmo, esta cinta desvía la visión acostumbrada de uno de los cineastas más iconoclastas de la década pasada, incluyendo en su filmografía dos de los títulos de culto más recientes en el gusto de diversos estilos generacionales.
Si bien David Fincher había mostrado ya un desempeño más adulto, por decirlo de alguna manera, en su anterior cinta, Zodiac, y que paso desapercibido, siendo una película mal entendida por algunos de sus más fervientes fanáticos al criticarla temáticamente, y mostrando obvio desconocimiento en la fabricación de un mensaje y estilo cinematográfico, dígase lo que el cine requiere para serlo - y yo aún me preguntó porque las nuevas generaciones requieren de repeticiones para seguir creyendo en sus directores sin el menor margen de crecimiento, en esta su nueva cinta su devenir es obvio en pos de un acercamiento a los estantes de lujo como son los premios de su industria. Esto era obvio, no nos dejemos sorprender, desde la elección de un guión de Eric Roth, uno de los favoritos de esa purista sección de la academia americana de cine.
Podemos, pues, hacer, toda una lista de las similitudes, algunas de ellas muy golpeadas, de esta cinta con aquella otra que le hiciera ganar su estatuilla al señor Roth, Forrest Gump, una cinta que con el paso del tiempo encuentro cada vez con más gusto por su detallada dirección y magistral visión (en este caso de Zemeckis) al realizarla, pero no es el caso aquí. Cualquiera con el mínimo sentido común las verá de igual manera, pero con esto no obligo a pensar que esta nueva cinta sea una especia de copia de la anterior, no, ni mucho menos, sólo trato de afianzar que el estilo del guionista , sus constantes, se desnudan por completo al tener ambas en la mente. La estructura, los personajes y hasta puntos claves se dibujan sobre mismos elementos. No obstante, creo que la dirección contenida, pues no es del todo el perfil entero de Fincher, hace que se desdibuje parte del entramado sentimental de la cinta, quitándole parte de su brillo, de su alma.
Con una actuación a medias del señor Brad Pitt - pues honestamente hay que aceptar que en la mitad de la película, la mitad de su actuación son los efectos especiales que le circundan - la cinta logra sostenerse en este departamento gracias a las siempre agradecidas presencias de Tilda Swinton y Cate Blanchett que se dirigen casi solas (esto en termino de sus siempre buenas actuaciones, nada que reniegue el trabajo de los directores con los que han trabajado) y de Faune A. Chambers como la madre de nuestro protagonista, así como de un muy buen cast, que se logra siempre en este tipo de producciones, que desde un inicio se sabe que darán sus pleitos serios para con los premios más rebosantes de la industria estadounidense.
Creo que la cinta se queda corta para con los objetivos iniciales que tiene una producción de esta índole; falta de escenas cargadas de emoción total, fabricadas por un uso determinado de los elementos cinematográficos al servicio del director, una dirección de actores cargada de sencillez e intensidad, una fotografía honesta cargada de belleza y de nuevo sencillez (esto último faltante en la excelsa pero sobrecargada de artilugios de belleza de la presente cinta), un manejo sutil pero efectivo de la partitura y música a utilizar y un montaje fino y perfectamente pensado desde la planeación de la grabación, cosas que tenía y tiene, de manera magistral la cinta de Zemeckis y no del todo esta del Sr. Fincher.
Lamentablemente la cinta se queda en una armadura estética que engaña y maneja a ciertos de los espectadores a un sentimentalismo obligado, engaña en pos de eso que he citado ya tanto en anteriores reseñas, ese sobre-encantamiento del aspecto visual que hace que el verdadero discurso despegue - en el mejor de los casos - y que se asome apenas en los estilos más fallados. Siendo en este caso el primero, pues hay que decir que la película no es del todo malograda, sólo que se reserva todo esa magia con que se venden este tipo de cintas. No es tan difícil de entenderlo al notar que los pasajes técnicos de su hechura son los que más sobresaltan, dejando a un lado los más humanamente artísticos. No es tan difícil de verlo cuando sabemos ahora que el señor Fincher ha decidido verterse de nuevo sobre el estilo que lo volviera popular ante toda una generación de jóvenes y alejarse de esa madurez que había empezado a lograr con Zodiac. Ahora prepara una versión de la mítica película de animación Heavy Metal que marcó a toda una generación en los 80s.
El Curioso caso de Benjamin Button es un curioso caso en si mismo, lo sería más aún si logra llevarse alguno de los Oscars más duros, más buscados, los más importantes, los técnicos los tiene casi asegurados. No es una mala película, es sólo una re-búsqueda de lo ya logrado en anteriores años y en manos de un cineasta que no busco y/o encontró del todo la fortuna de hacer suya la historia y hacerla sentir al público. El Curiosos caso de Benjamin Button tendrá una vida parecida a la de su protagonista, con los años empezará, creo yo, a hacerse un poco menos, a envejecer notándose joven en varios de sus artilugios técnicos. Ya se verá, ese será su verdadero juicio; cuando tenga los años que hoy tiene Forrest Gump, veremos que tanto poder tuvo realmente en la audiencia.

El Curioso Caso de Benjamin Button de David Fincher
Calificación: 3 de 5 (Buena a Secas).

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