REDONDO.
El Luchador
The Wrestler (Darren Aronofsky, 2008).
Darren Aronofsky se hizo de un apego a cierto criterio generacional gracias a sus dos primeros filmes, en los cuales retrataba una sociedad caótica envuelta en una atmósfera de criterios morales desentendidos de la lógica común y envueltos en un look deslavado y sazonado con un uso muy mercantil de la música empleada (remixes como una droga más del contexto), a su vez que el misterio y un a dosis sutil pero efectiva de un surrealismo avivado formaba el entramado de un estilo que le daba frescura a un cine que como siempre, en ciertos momentos de las décadas, se empezaba a repetir. Con este nuevo estilo, influenciado en base al cine de los 70s (no se puede negar el apego de las escenas de los efectos de las drogas en su Requiem y la cinta de Bob Fosse, All That Jazz) se hizo de fama y cierto respeto, repito, entre cierto criterio general formado en parte por una sociedad de jóvenes que veían enfocados sus problemas y anhelos dentro de esos montajes que mezclaban una sencillez potente con técnicas sacadas de la cultura del video clip pero muy bien utilizadas. No obstante, en su tercer filme, el Sr. Arronofsky mostró una ambición mayor, cayendo en ciertos errores básicos, dejándose subordinar a sus propios pensamientos/sueños/pesadillas en vez de servir a su cine/sus historias /su narrativa. No obstante de no ser una mala película.
Para cuando se decidió por el presente proyecto, supongo que quiso demostrar que también podía realizar una formalidad narrativa ante su cine, y uno de los mayores temores que hubo, tal vez, al saberlo, fue que se perdiera por completo entre el devenir de una industria que siempre depara ante un espectador que requiere de saberlo todo. No obstante, el Sr. Aronofsky no deparo en esto pero tampoco podemos decir que salió bien librado. Al obtener este proyecto, muchos temieron al igual que la película resultará demasiado bonita, por decirlo de alguna manera, pero no, se quedo en medio de una vía que es difícil de denotar, dejando algunas cosas que desear.
The Wrestler es una película que es comida por las dos actuaciones principales, que en efecto son muy buenas, pero tampoco soberbias, como se nos ha vendido, es una película que no decae pero que nunca levanta, lo cual es un error muy grave ante una cinta de este género. Comienza como termina, ante varias secuencias que se repiten en forma y no van tomando fuerza alguna, que no sirven de mucho para describir algo nuevo dentro del universo de la historia o expresar emotividad alguna a nuestro personaje, algo parecido a los planos secuencia de Boogie Nights de P. T. Anderson pero con resultados diametralmente opuestos. Nuestro personajes, dígase de más, se nos presenta de espaldas, como lo veremos en muchas de las escenas, pero se tarda en demasía en aparecer ese rostro con el que debemos apegarnos para las situaciones de catarsis, logradas mayormente, repito, por una buena actuación que por una dirección que nos llevase a sentirla de mayor manera.
El grave problema de esta cinta es que el conflicto no se presenta de la manera adecuada, no se delimita y la cinta vaga únicamente entre la historia de un personaje maldito, con una vida maldita y que no muestra más que lo que se ve. No hay momentos de gloria sino secuencias que se gastan ante una desenvoltura de artificios técnicos para denotar la vida de los luchadores venidos a menos de los Estados Unidos, pero es obvio comentar que de eso no trata en realidad la cinta, sino que esto es sólo el artificioso pretexto para poder arribar una vez más al cine con la historia de un personaje en la decadencia de su vida que ha de darse cuenta que requiere de una segunda oportunidad. El guión de le película requería de un estudio mayor, de algunos pares de tratamientos más y de encontrar un fin en común para que no quedase tan sosa. No obstante, el guión no es del todo el culpable en esta ocasión, hay que decir que el Sr. Arronofsky no dejó avivar la historia. No se fue nunca de las manos, la quiso tanto hacerla suya que se le olvido el resto de los elementos dentro de una realización cinematográfica. Dejó de lado el trabajo de sus actores y le dieron una tremenda sorpresa al llevarse el premio al ser lo más vistoso. Está de más decir que una cinta, en base a los pretextos que incluso alguna vez Eisenstein mencionará, debe estar homologada ante todos sus elementos, ninguno de ellos debe sobresalir, incluyendo las actuaciones, que se incrementan mediante el uso del lenguaje cinematográfico. Los elementos trabajan, deben de, en pos del film. Los elementos se apoyan no se desnudan unos a otros. Bien logrado esto, le da redondez a una obra - no obstante que por eso se llama así esta sección - y nos acerca a un trabajo de respeto. Faltará, claro, ese discurso al que tanto apelan los analistas y críticos para convertir la hechura en una obra maestra.
Podemos concluir de manera coloquial que el Sr. Aronofsky quiso ponerse serio y fue vencido,. The Wrestler no es una cinta del todo mala, es una cinta que se mantiene en un ritmo punzante nada creciente, es una película plana que no da de si, nunca explota ni tiene elementos o escenas de fuerza, no emociona y es un gran defecto ante una cinta de estas características (sobra ver el trailer y como fue promocionada). Ahora se rumora ya que los futuros proyectos del Sr. Aronofsky van más encaminados a su vieja forma, a lo que mejor sabe hacer. No podemos mencionar esta cinta como un logro pero tampoco es algo grave, quizás sólo es el llamado a regresar a ese estilo caótico y visceralmente temático de sus primeros filmes.
El Luchador de Darren Aronofsky
Calificación: 3 de 5 (Regular).
El Luchador
The Wrestler (Darren Aronofsky, 2008).
Darren Aronofsky se hizo de un apego a cierto criterio generacional gracias a sus dos primeros filmes, en los cuales retrataba una sociedad caótica envuelta en una atmósfera de criterios morales desentendidos de la lógica común y envueltos en un look deslavado y sazonado con un uso muy mercantil de la música empleada (remixes como una droga más del contexto), a su vez que el misterio y un a dosis sutil pero efectiva de un surrealismo avivado formaba el entramado de un estilo que le daba frescura a un cine que como siempre, en ciertos momentos de las décadas, se empezaba a repetir. Con este nuevo estilo, influenciado en base al cine de los 70s (no se puede negar el apego de las escenas de los efectos de las drogas en su Requiem y la cinta de Bob Fosse, All That Jazz) se hizo de fama y cierto respeto, repito, entre cierto criterio general formado en parte por una sociedad de jóvenes que veían enfocados sus problemas y anhelos dentro de esos montajes que mezclaban una sencillez potente con técnicas sacadas de la cultura del video clip pero muy bien utilizadas. No obstante, en su tercer filme, el Sr. Arronofsky mostró una ambición mayor, cayendo en ciertos errores básicos, dejándose subordinar a sus propios pensamientos/sueños/pesadillas en vez de servir a su cine/sus historias /su narrativa. No obstante de no ser una mala película.
Para cuando se decidió por el presente proyecto, supongo que quiso demostrar que también podía realizar una formalidad narrativa ante su cine, y uno de los mayores temores que hubo, tal vez, al saberlo, fue que se perdiera por completo entre el devenir de una industria que siempre depara ante un espectador que requiere de saberlo todo. No obstante, el Sr. Aronofsky no deparo en esto pero tampoco podemos decir que salió bien librado. Al obtener este proyecto, muchos temieron al igual que la película resultará demasiado bonita, por decirlo de alguna manera, pero no, se quedo en medio de una vía que es difícil de denotar, dejando algunas cosas que desear.
The Wrestler es una película que es comida por las dos actuaciones principales, que en efecto son muy buenas, pero tampoco soberbias, como se nos ha vendido, es una película que no decae pero que nunca levanta, lo cual es un error muy grave ante una cinta de este género. Comienza como termina, ante varias secuencias que se repiten en forma y no van tomando fuerza alguna, que no sirven de mucho para describir algo nuevo dentro del universo de la historia o expresar emotividad alguna a nuestro personaje, algo parecido a los planos secuencia de Boogie Nights de P. T. Anderson pero con resultados diametralmente opuestos. Nuestro personajes, dígase de más, se nos presenta de espaldas, como lo veremos en muchas de las escenas, pero se tarda en demasía en aparecer ese rostro con el que debemos apegarnos para las situaciones de catarsis, logradas mayormente, repito, por una buena actuación que por una dirección que nos llevase a sentirla de mayor manera.
El grave problema de esta cinta es que el conflicto no se presenta de la manera adecuada, no se delimita y la cinta vaga únicamente entre la historia de un personaje maldito, con una vida maldita y que no muestra más que lo que se ve. No hay momentos de gloria sino secuencias que se gastan ante una desenvoltura de artificios técnicos para denotar la vida de los luchadores venidos a menos de los Estados Unidos, pero es obvio comentar que de eso no trata en realidad la cinta, sino que esto es sólo el artificioso pretexto para poder arribar una vez más al cine con la historia de un personaje en la decadencia de su vida que ha de darse cuenta que requiere de una segunda oportunidad. El guión de le película requería de un estudio mayor, de algunos pares de tratamientos más y de encontrar un fin en común para que no quedase tan sosa. No obstante, el guión no es del todo el culpable en esta ocasión, hay que decir que el Sr. Arronofsky no dejó avivar la historia. No se fue nunca de las manos, la quiso tanto hacerla suya que se le olvido el resto de los elementos dentro de una realización cinematográfica. Dejó de lado el trabajo de sus actores y le dieron una tremenda sorpresa al llevarse el premio al ser lo más vistoso. Está de más decir que una cinta, en base a los pretextos que incluso alguna vez Eisenstein mencionará, debe estar homologada ante todos sus elementos, ninguno de ellos debe sobresalir, incluyendo las actuaciones, que se incrementan mediante el uso del lenguaje cinematográfico. Los elementos trabajan, deben de, en pos del film. Los elementos se apoyan no se desnudan unos a otros. Bien logrado esto, le da redondez a una obra - no obstante que por eso se llama así esta sección - y nos acerca a un trabajo de respeto. Faltará, claro, ese discurso al que tanto apelan los analistas y críticos para convertir la hechura en una obra maestra.
Podemos concluir de manera coloquial que el Sr. Aronofsky quiso ponerse serio y fue vencido,. The Wrestler no es una cinta del todo mala, es una cinta que se mantiene en un ritmo punzante nada creciente, es una película plana que no da de si, nunca explota ni tiene elementos o escenas de fuerza, no emociona y es un gran defecto ante una cinta de estas características (sobra ver el trailer y como fue promocionada). Ahora se rumora ya que los futuros proyectos del Sr. Aronofsky van más encaminados a su vieja forma, a lo que mejor sabe hacer. No podemos mencionar esta cinta como un logro pero tampoco es algo grave, quizás sólo es el llamado a regresar a ese estilo caótico y visceralmente temático de sus primeros filmes.
El Luchador de Darren Aronofsky
Calificación: 3 de 5 (Regular).
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