REDONDO.
Argo
Argo
(Ben Affleck, 2012)
En
sus dos primeras cintas, Ben Affleck, un actor más que se convertía en realizador
bajo el cobijo de Hollywood, ensayaba se carácter y estilo bajo una mano
templada y eficaz sobre el pretexto de tramas sorprendentemente nada sencillas.
Primeramente bajo un correcto balance entre lo humano y lo dramático con “Gone
Baby Gone” (2007); basado en una novela de “Dennie Lehane” –el mismo de “Mystic
River” (Estwood, 2003) y “Shutter Island” (Scorsese, 2010)– y con cierto grado
de “espectacularidad” y acción en “The Town” (2010) sin dejar jamás a un lado
el conflicto personal de su figura eje (nuevamente presentando un eficaz lado
humano).
No
obstante, es hasta este año con “Argo”, cinta que estrena con bombo y platillo tanto
en las arenas comerciales como en las especializadas, que puede erigirse como
un director confiable que merece que se enmarque su trabajo como serio, sensato
y con cierto valor de madurez. Y es que en éste, su más reciente trabajo, da
muestras notables de un manejo y control de un ritmo para nada sencillo, así
como de una experticia real en las directrices actorales.
Inspirado
en un hecho histórico, el primer gran acierto de Affleck es no convertir su
historia en un acto panfletario (cualesquiera de los casos o lados que se
pudieran obtener), sino mantenerse fiel a una historia –como historia fílmica–
que nos introduce visualmente bajo el eje mediático de la trama –la industria
del cine– así como nos contextúa con el objeto de no caer desnudos ante una narrativa
que desde su inicio, nos imputa como testigos un drama auxiliado de cautivadora
manera con un formal y sólido suspenso, así como de una buena carga de emociones.
Lo que logra Affleck, pues, es hilar una más que decente bola de tensión
alrededor de una película casi coral que en un segundo gran acierto, arropa a
su personaje central (el propio Affleck) a través de todos estos secundarios caracteres.
Es decir, el propio director deja varado en cierta medida a su personaje
principal; no lo eleva o vanagloria sino que lo soporta (se soporta) bajo los
hombros de todo el colectivo actoral y eso, sin lugar a duda, le da una riqueza
honesta y bien sazonada a la cinta.
No
interesa pues del todo el agregado estricto del hecho real, de lo que en efecto
sucedió… No se suma ni se asoma a los posibles cuestionamientos de su
acercamiento rígido al hecho en si. Affleck escribe un entramado
cinematográfico que entretiene a la vez que se sufre y se aligera con un humor
negro sutil y fino, a la vez que se toma la libertad de darle un par de patadas
bajas a la industria de la cual proviene no sólo la cinta, sino la historia en
la que está basada, o inspirada (tal vez esa sea la palabra correcta).
Argo
se establece pues como una cinta honesta, sumamente bien construida y sedimentada
en el sobresaliente trabajo fotográfico de Rodrigo Prieto, que nos lleva al
espacio y tiempo representados, así como el montaje de William Goldenberg que
teje de manera grácil todas las situaciones en espera de esa resolución que nos
mantiene al filo de la butaca en el último tercio de la película. Mención
aparte merece Chris Terrio cuyo guión resulta vigoroso y comprendido al detalle
por el mismo director.
No
podemos negar, entonces, que Ben Affleck es hoy por hoy el heredero por
naturaleza a ésa tradición Hollywoodense del cambio de estafeta que han
manejado por años gente del tamaño de Robert Redford o Clint Eastwood. Es
cierto, el camino aún comienza para un Affleck que da su primer paso de
confianza, pero al mismo tiempo hay que exigirle de ahora en adelante que su
camino siga por la misma senda. Hasta ahora ha demostrado con sus tres primeras
cintas que su cargo y meta como director es seria. Ha logrado pues la
confidencia y sí la línea sigue el mismo trazo, no creo que hayamos visto aún lo
mejor de él.
Argo
de Ben Affleck
Calificación:
3.5 de 5 (Muy Buena).
1 comentario:
Espero aún esté en cine, para darse una vueltesita y ver que más hay de interés; hace un rato que no piso una sala, me vuelvo más y más adicto al asunto de descargar material, eso de andar bajo en chelines y con internet abriendo sus piernas... supongo que al mismo tiempo por esa inconsistencia, disfruto aún más cuando se da el asunto de asistir para ver algo de interés.
Por cierto, me llegó tu envío con un miserable vago fortinense, ¡gracias!, aunque creí que eran los programas grabados, pero está chido el compilado, aún no lo termino y va pa largo por lo que veo. Saludos, ya hace falta una reunionsilla de aquellas, a ver si pronto.
También leí tu crónica de Plant, se ve que andas todavía con la efervecencia clásica post concierto, ¡chingón! y de esos que son permanentes... tsss de lo mejor.
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