EL BOLSILLO IZQUIERDO
Sumado, muy a mi manera, a las tragedias que se ha suscitado en este territorio (nacional) escribí un texto para poder desahogar la impresión que me ocasionan este tipo de acciones, hechos que sí bien son desventuras de la sociedad mexicana no dejan de ser parte del gran adeudo de la risible y fachosa familia política y mediática.
ENSUEÑOS.
El sol aparece por mi ventana, es un domingo caluroso y radiante, el sonido de las aves despierta melódicamente al vecindario mientras mí vecino, el melómano, acompaña eses hermoso cántico con “Sunday Morninmg” de “Velvet Underground”. Las ventanas del vecindario comienzan a abrirse a la vez que los saludos entre vecinos no se hacen esperar; el rezo de los ¡buenos días!, se repite constantemente entre los muros de la pintoresca calle, a la par que los ecos los multiplican en un arco de tonalidades que acompañan el dueto musical de las aves y la melodía, perfectamente elegida, por el filarmónico del barrio. El sol aparece por mi ventana en una experiencia casi onírica, Tabasco sigue bajo el agua y la desgracia.
No quiero parecer el amargoso ser que represento casi todas las semanas en este espacio; en efecto apoyo a todos aquellos que en desgracia están, pero al parecer, el asunto, como en todo en lo que la política mete la mano, tiene sus “bemoles”. Mucho se ha repetido en frases - únicamente frases - que este tipo de desgracias no debe de ser un canal para los propósitos de partidos políticos y/o individuos que intenten desarrollar algún tipo de discurso que no sea el del humilde apoyo sin más miramientos que el auxilio al que necesita de ayuda, claro que eso queda ensombrecido por los rituales mediáticos, gubernamentales y sociales de este extraordinario país que una vez más, tendrá que poner el rostro de aquí no ha pasado nada.
Esta pesadilla kitch con la que comencé este escrito es parte de la realidad de aquellos que en realidad negocian con este tipo de desgracias, claro que muchos lo sabemos, claro que muchos lo obviamos, claro que muchos apoyamos a los que viven en la desdicha poniendo ese rostro de insipiencia y virginidad. En ocasiones me uno parcialmente por que suelo tener un poco más de suerte con las damiselas que me llaman la atención en mis viajes como transeúnte urbano, claro que esa parcialidad tiene su precio y ningún costo.
Esta temporada decembrina será dura, muchos habremos de tener que apretarnos un poco el cinturón, lo que no involucra un real sacrificio. Otros, en cambio, tendrán que imaginar que mejores tiempo han de venir; implícita mentira que salivan los enunciados de los gobernantes de este país, pero ¿qué opciones hay? No queda más que escucharlos con atención cuando las ganas ya no dan para más - cuando la desesperanza le gana el terreno a la fe humana. Yo ofusco sobre lo que está por venir; gastos que se han ido creando por parte de los medios para hacernos sentir mejores personas: colectas de cobijas, ropa, juguetes, comida, etcétera, etcétera, etcétera. Algo en lo que la naturaleza ya no tiene más piedad; cosa que debo admitir, me da gusto, muchos gusto. Todo el daño que le hemos hecho debe ser retroactivo para ella de alguna forma; ahora bien, que sus métodos no sean muy tenues no es nuestro problema, nosotros tampoco hemos sido muy sinceros con este nuestro hogar. ¿Nos lo merecemos? Claro que sí y aún faltan peores cosas por ver. Por ende, el discurso de los futuros tiempos mejores sigue en incremento como la más coqueta de las falacias políticas.
El otro día alguien me recordaba del mentado Teleton, cosa que me traslado a varios amargos recuerdos de navidades pasadas, pero luego vi un comercial en la tele que hacía alusión a tal evento y fui feliz. Ahora veo que hasta apuestas y premios se hacen para aquel que atine la “sufrida” cifra que mágicamente siempre se logra ¿Que no sería mejor dar ese dinero al evento? En fin, si la pregunta fuese ¿Cuánto ayudan estos eventos a la nación? Diría que nada y juro que saldría siendo todo un ganador. ¡Viva el infortunio!
Sumado, muy a mi manera, a las tragedias que se ha suscitado en este territorio (nacional) escribí un texto para poder desahogar la impresión que me ocasionan este tipo de acciones, hechos que sí bien son desventuras de la sociedad mexicana no dejan de ser parte del gran adeudo de la risible y fachosa familia política y mediática.
ENSUEÑOS.
El sol aparece por mi ventana, es un domingo caluroso y radiante, el sonido de las aves despierta melódicamente al vecindario mientras mí vecino, el melómano, acompaña eses hermoso cántico con “Sunday Morninmg” de “Velvet Underground”. Las ventanas del vecindario comienzan a abrirse a la vez que los saludos entre vecinos no se hacen esperar; el rezo de los ¡buenos días!, se repite constantemente entre los muros de la pintoresca calle, a la par que los ecos los multiplican en un arco de tonalidades que acompañan el dueto musical de las aves y la melodía, perfectamente elegida, por el filarmónico del barrio. El sol aparece por mi ventana en una experiencia casi onírica, Tabasco sigue bajo el agua y la desgracia.
No quiero parecer el amargoso ser que represento casi todas las semanas en este espacio; en efecto apoyo a todos aquellos que en desgracia están, pero al parecer, el asunto, como en todo en lo que la política mete la mano, tiene sus “bemoles”. Mucho se ha repetido en frases - únicamente frases - que este tipo de desgracias no debe de ser un canal para los propósitos de partidos políticos y/o individuos que intenten desarrollar algún tipo de discurso que no sea el del humilde apoyo sin más miramientos que el auxilio al que necesita de ayuda, claro que eso queda ensombrecido por los rituales mediáticos, gubernamentales y sociales de este extraordinario país que una vez más, tendrá que poner el rostro de aquí no ha pasado nada.
Esta pesadilla kitch con la que comencé este escrito es parte de la realidad de aquellos que en realidad negocian con este tipo de desgracias, claro que muchos lo sabemos, claro que muchos lo obviamos, claro que muchos apoyamos a los que viven en la desdicha poniendo ese rostro de insipiencia y virginidad. En ocasiones me uno parcialmente por que suelo tener un poco más de suerte con las damiselas que me llaman la atención en mis viajes como transeúnte urbano, claro que esa parcialidad tiene su precio y ningún costo.
Esta temporada decembrina será dura, muchos habremos de tener que apretarnos un poco el cinturón, lo que no involucra un real sacrificio. Otros, en cambio, tendrán que imaginar que mejores tiempo han de venir; implícita mentira que salivan los enunciados de los gobernantes de este país, pero ¿qué opciones hay? No queda más que escucharlos con atención cuando las ganas ya no dan para más - cuando la desesperanza le gana el terreno a la fe humana. Yo ofusco sobre lo que está por venir; gastos que se han ido creando por parte de los medios para hacernos sentir mejores personas: colectas de cobijas, ropa, juguetes, comida, etcétera, etcétera, etcétera. Algo en lo que la naturaleza ya no tiene más piedad; cosa que debo admitir, me da gusto, muchos gusto. Todo el daño que le hemos hecho debe ser retroactivo para ella de alguna forma; ahora bien, que sus métodos no sean muy tenues no es nuestro problema, nosotros tampoco hemos sido muy sinceros con este nuestro hogar. ¿Nos lo merecemos? Claro que sí y aún faltan peores cosas por ver. Por ende, el discurso de los futuros tiempos mejores sigue en incremento como la más coqueta de las falacias políticas.
El otro día alguien me recordaba del mentado Teleton, cosa que me traslado a varios amargos recuerdos de navidades pasadas, pero luego vi un comercial en la tele que hacía alusión a tal evento y fui feliz. Ahora veo que hasta apuestas y premios se hacen para aquel que atine la “sufrida” cifra que mágicamente siempre se logra ¿Que no sería mejor dar ese dinero al evento? En fin, si la pregunta fuese ¿Cuánto ayudan estos eventos a la nación? Diría que nada y juro que saldría siendo todo un ganador. ¡Viva el infortunio!
3 comentarios:
hola vida mia y te digo así porque me perteneces en cuerpo y alma y sino es así ¿porque no dejo de pensar en ti? aunque tu no me saludes en el centro y prefieras tener en la mano una cerveza en lugar de mi. Cuidate y espero algún día tener el honor que me des un poquito de tu amor.
Hola, ¿Hay costo para ver tu muestra fotográfica y el cortometraje?
¿A que hora se planea proyectar el corto?
Por cierto soy el creador de Xalapadigital.com Cartelera Artística y Cultural
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