Replicantes.

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España, 2009.

Sunset Boulevard

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lunes, 24 de diciembre de 2007

De Paso

EL BOLSILLO IZQUIERDO

La agraciada navidad nos ha alcanzado de nueva cuenta, no hay otra cosa que hacer que tratarla de disfrutar con el mejor espíritu que tenemos, el humano. Lejos de los accidentes, gastos excesivos, compras compulsivas y recelos sociales, siempre he intentado retratar a la navidad como algo carnal – año tras año. Bien, este no es la excepción.

DE PASO.

La navidad es una vieja amiga, de cara alargada y un poco aprisionada por todo el maquillaje utilizado - suele no salir de su casa sino lleva por lo menos algo que le cubra el verdadero color de su tes - es innegable que el paso del tiempo también ha trastocado aquella vieja belleza con la que la conocí en mi infancia. Procura sostener la risa para que no se le noten las arrugas. Suele comportarse sería, recatada, disimulada y un tanto reservada, la edad la ha llevado a sentirse toda una “Femme Fatale”, digamos que siempre ha sido una perseverante – y camaleónicamente influenciable – amante del séptimo arte.
Desde hace un par de años le ha dado por usar pelucas en vez de pintarse el pelo, se justifica mediante el ahorro que ha visto en su bolsillo; suele ir a las tiendas con mejores ofertas – lejos han quedado esos años en que presumía de su solvencia económica y alejamiento de las rebajas. Se divorcio, espiritualmente, hace ya algunos años de aquel viejo caballero del que siempre estuvo enamorada, aquel príncipe azul al que siempre, únicamente, espero. Suele caminar sin rumbo fijo cuando su recuerdo le sorprende en alguna esquina de su hogar.
Hace poco tuvo que vender su coche, no tanto por la necesidad, sino por el desuso que hacía de el, nunca fue muy buena manejando y sinceramente, no le interesaba en demasía el asunto. Sus amigas frecuentan ir por ella para las cotidianas excursiones a las tiendas de ropas y accesorios; siendo las bolsas sus favoritas. Desde siempre ha tenido esa fascinación por guardar y esconder las cosas, por sorprender con algún obsequio mediante el suspenso fabricado - entre más caro y más pequeño, mejor, reiteraba con una sarcástica y punzante risa que dejaba ver su falta de humildad, hoy permaneciente con un forastero eco de dolor.
Los años han pasado y las caras largas se han ido manifestando, incluso en los cafés que frecuenta de toda la vida junto a esas compañeras que suelen convertirse de enemistades a amistades y viceversa con cada frase mencionada. Hace meses que no revisita la experiencia, siempre que se acerca el fin de año, el estrés se hace cargo de que el maquillaje usado se agoté con mayor fluidez.
Cuando la conocí era una mujer naturalmente bella, un poco disparatada y banal, si así lo queremos ver, pero es de esa clase de personas que caen bien, que refrescan el sentido y alejan un poco los pesares, por lo menos mientras las locas, absurdas e irracionales frases salen de su boca con la plena conciencia de no tener una docta personalidad.
Tenía apenas unos años de tener una cierta conciencia de lo que significa estar vivo - en un mundo con civilizaciones dispares - cuando aprendí a utilizarla para crearme mejores escenarios. Hoy muchos de esos tablados han pasado, muchos bailes y canciones no bailadas, muchas melodías mal entonadas y líricas reinventadas para con el grado del festejo. Muchos besos, abrazos e intentos de ir más allá y terminar acostados en la cama. Muchas noches buenas y muchas otras tantas bastante malas.
De alguna u otra manera, siempre he estado al pendiente de ella y ella, digamos, suele no olvidarse del todo de mí, por eso aún suelo considerarla como una amiga. Nunca le he contado algún secreto, ni creo alguna vez tenerle la confianza para que ella me cuente uno, no contamos el uno con el otro, no solemos darnos apoyo pero siempre nos encontramos para restregarnos a la cara lo aburado del dolor. En realidad no es una amiga, es una vieja amistad que se ha forjado con algunos años de paso y de costumbre.
Jamás nos daremos la mano a la mitad de un verano (tal vez), pero al envejecer sé que los dos nos reiremos de la vida, contandonos todas esas historias no contadas y mirandonos a los ojos, apostando en silencio quien será el primero en morir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En primer lugar una disculpa por la impuntualidad[digamos que ésto ha venido a ser frecuente en mi vida]... la pérdida de la noción del tiempo me atacó... (Baaah!... éstas son sólo palabras de relleno en el comentario...)

No sé que decir... simplemente he quedado estupefacta tras leer semejantes líneas... yo aún no puedo hacerme amiga de ella, digamos que el preámbulo llega a ser bueno pero, siempre hay algo que arruina tanta felicidad, ésta vez fue uno de mis ataques de claustrofobia y la impuntualidad de mi madre (suena tonto, pero cuando una tiende a ser media neurótica y a decidido vivir en la amargura esas son razones suficientes para arruinar una "noche buena")... Buena forma de comenzar a terminar el año...

EXCELENTES LÍNEAS!!...