Replicantes.

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España, 2009.

Sunset Boulevard

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El que Busca Encuentra

lunes, 5 de mayo de 2008

Oficio

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Para esta semana, que tuvo una semana interna, me di a la tarea de describir mí sentimiento, nada encontrado, de estos dichosos puentes. Uno de los logros más sorprendentes de la ingeniera colectiva del mexicano.

OFICIO.

Hay que descansar, hemos hecho tanto durante este año que nos tenemos merecido un justo respiro, una pausa, un paro, un momento de tranquilidad ante ese hedor que nos queda impregnado en la ropa después de una jornada de trabajo. Hay que dar el ejemplo, nos dicen; ¿por qué no?, desde niños nos mantenemos al margen de un discurso sin fundamentos bajo el escrutinio de una moral lo suficientemente fermentada por el disimulo. Siempre nos piden hacer lo que nadie, mejor aún, nos reclaman seguir a todos aquellos que dictan la acción pero que no realizan los pedimentos de su palabra, ¿qué seguir entonces? ¿Será por eso que la palabra no cuenta como un signo de poder por estas regiones? Admito que me siento un poco abatido cada vez que veo escribir a estas nuevas generaciones con todos esos artilugios “retóricos” en boga que no indican más que una falta mayúscula de disciplina, orden, criterio, individualidad y pobreza cultural; signos, obviamente, dignos de su futuro.
Aún así, para salvaguardar el orden de las cosas, se siguen manteniendo las tradiciones, ¿qué país puede jactarse de ir borrando las tradiciones que las han hecho venir a menos? Bien, este no es el caso, las figuras absurdas de “los puentes” en el ciclo escolar y laboral se siguen manteniendo vigentes para el gusto del estudiante promedio (promedio abajo debe decirse) y el trabajador sindicalizado. ¿Quién quiere verlos en una revuelta causada por algo en su beneficio? Eso es algo que en su lógica no existe debido al cansancio de todos los días, cuando han de realizar las cosas al último momento, "como salgan" y cubrir lo mínimo que exige la labor.
Hoy acaba uno de “los puentes” más largos del año, un merecidísimo descanso a todos los latigazos recibidos en el año. Una tregua que empieza en los bares y termina con el hálito a sabor alcohol de la anterior noche que debe “curarse” con otra juerga nocturna. Para eso no ha de haber descanso, sólo la muerte, dicen algunos; aquellos que creen que las cosas deberían ser al revés, trabajar los días “de puente” y descansar el resto del año. !Que fina broma!
Hay que descansar, este año ha sido un poco desgástante, hemos malgastado algunos de nuestros impuestos en darles de comer y beber sus lujos a los afamados diputados y senadores que no han hecho más que mantenernos al limite de la pena ajena, algunos divirtiéndose como enanos en las tribunas de mayor envergadura de nuestra nación (y luego se preguntan por que no los respetamos) y otros observando y sintiéndose "indignados" por el supuesto de no poder hacer nada – y cabe resaltar que por ahí también entramos nosotros, que nos mantenemos al margen de lo que sucede y también nos polarizamos pobremente. ¿O es que estamos en ese estado indiferente de indignación? ¿Será un ridiculísimo sentido de orgullo?
El descanso, bastión primordial de mediocridad en este país, ha sido experimentado una vez más. Muchos, la mayoría, querrán más, querrán que vengan con mayor ahínco en el año que entra. La insignia del paraíso para los conacionales es el hecho de estar “hechándola” todo el tiempo, ¡que mejor!
Repito, hay que descansar, es sano, es brioso, es energizante. Hay que reposar y ser libres, hay que sentirnos parte del mundo, ¿por qué no? Hay tiempo para todas las extravagancias en la vida. Claro que hay que encontrar por ahí un también sano espacio para la labor, digo, tan sólo para sentir un poco eso a lo que abogamos tanto, el relajamiento.
Hay que descansar, descansar de los políticos, de los religiosos, de los comunicadores y de sus medios, de los partidos políticos y sus discursos, de los sindicatos y de los estudiantes promedio que tan sólo, sueñan con no necesitar nada para no exigirse mucho. De los hombres y las mujeres, de nosotros. Hay que olvidarse un poco de todo y acercarse a lo quedado atrás, posiblemente nos den más ganas de vivir.

1 comentario:

Juan Carlos Medrano dijo...

Descansar de nosotros mismos... eso me gustó; no sé bien cómo hacerle, hameos quienes, sumidos hasta el cuello en egolatrías y bostezos, no podemos. Quizá sea hora de mirar pa'lante y no hacia atrás, quizá el desencanto por nuestra raza llegue a tiempo y el mundo se acabe en 2012 (as mayan people says) pudiendo así descansar. De cualquier forma, y para siempre, es ineludible nuestro olor e inherente nuestra pereza; sin ella, el ser humano sería posiblemente, hormiguita... o abeja.

Un abrazo