REDONDO.
Los Sonidos del 2010.
Pues bien, un año más se da abasto y decide abandonarnos antes de esa patética añoranza de espera populachera del fin del mundo en el 2012 –cada vez más cerca, obvio (que si bien nos ponemos reacios ante las ataduras del conocimiento en pleno, ya tiene rato de haberse cumplido)– y que lejos de las ataduras fatídicas de todos los ciclos (sobre todo las políticas y policíacas) nos dio un buen abrazo tonal de buen talle; le arremangó la comisura del ingenio a ciertas viejas glorias –algunas otras no tanto pero que tan sólo bastará esperar un poco a que el implacable tiempo haga su labor– y los embarcó en una aventura musical donde la mayoría salió bastante bien librado. Entendamos que quizá no sean, éstas (sus entregas del año que agoniza), las mejor piezas de su carrera, claro, pero habrá que agradecerles su madurez y su aún encanto. Este año, pues, muchas de esas leyendas que nos regocijaron con sus nuevas producciones nos han dejado un buen sabor de boca. Al menos a mí, sí, que quizá no sea uno de menta (fresco) o de tequila (alocado y mareador), supongo, pero que tampoco fue uno de tabaco mojado (añejo, arcaico e inservible).
Así que, tomando distancia de todos aquellos que celebraron con falsa gallardía la salida de varias producciones que suenan a lo mismo que la boga tonal actual tiene por ofrecer como el de “Brandon Flowers” o el de “Kings Of Leon” (que sí, están coquetos y entretenidos para el levantamiento de ánimo o como fondo del ejercicio matutino) me centro, personalmente –muy personalmente que quede claro (porque ya en estos años el carácter de la juventud es bastante frágil y las susceptibilidades están en oferta en la tienda de la mediocridad)– en los álbumes que quizá no sean los mejores pero que en efecto me hicieron pasar un buen rato en la comodidad del sillón, o bien me hicieron creen que el mundo, mientras en mis audífonos sonaban, era en realidad mi hogar. Un hogar al que se le podría tender la mano con una sonrisa en la boca.
En orden alfabético, pues, y sin ventaja alguna; sean compilaciones, tributos u originales, helos aquí:
Brian Eno: “Small Craft On A Milk Sea”
Muchos prefieren al Eno productor (que entre otras cosas diseñó el sonido que hiciera famoso a U2 y que ha estado detrás de éxitos de bandas que van desde “The Talking Heads” hasta “Coldplay”) que al Eno músico. La razón es quizá porque dentro sus pormenores más internos, su mundo musical gira más lento. El Eno músico nos ha tenido acostumbrado más a un sonido que algunos describirían como “Ambient” pero que creo, personalmente, va más allá. Sus colaboraciones con Fripp, por ejemplo, no crearon únicamente esos ambientes obligados en el juego del género, sino que (y dejándome alzar el vuelo en la descripción) han rozado hasta las más oscuras pesadillas. Está bien, sí, el Eno músico no es tan fácil de escuchar, es monótono, largo y hasta un poco cansado para el oído común, pero genera situaciones muy inspiradoras. Al menos así lo siento enlo personal. Para este su nuevo álbum, yo creí honestamente que continuaría bajo la misma carretera; con temas a la usanza de “Music For The Airports” quizá, pero cual fue mi sorpresa que dentro de todo el listado de canciones, el mismísimo Eno nos trae a colación algunas piezas un tanto más salvajes, movidas y con acercamientos cercanos a lo electrónico. Lo disfruté bastante, me llevó (como todos sus discos) a parajes insospechados con texturas y sensibilidades más que disimilares. En ocasiones me encontré relajado en la arena que bien se muestra en la portada para posteriormente hallarme perseguido por sombras mórbidas de las cuales no había escapatoria.
TRACK: Es difícil escoger una canción en un disco de Eno ya que todo el disco es en si una sola pieza, pero en esta ocasión me quedo con “Bone Jump” Recuerda a series de televisión ochentenas y a ese estilo de teclados que hicieran grandes a varias bandas de progresivo en los 70s.
Bruce Springsteen: “The Promise”
En 1978, Bruce Springsteen junto a su ya legendaria banda (La E Street Band) apenas era un joven rockero que veía como el mundo se le arrodillaba con la mirada agachada para escuchar y recitar cual oración su lírica urbana y obrera. Entonces, claro, como a muchos otros tantos les ha suscitado, tuvo esa crisis de identidad donde creía que la industria lo agobiaba para mal (lo comía lentamente, pues) y se fue a encerrar a un estudio de grabación para encontrar esa dura mezcla de madurez, sencillez y franqueza. Durante meses, la historia lo cuenta así al menos, compuso muchas canciones que al final dieron como resultado uno de sus discos más renombrados “Darkness On The Edge Of Town.” Pues bien, 32 años después de la salida de tal gustado disco, un documental sale a la luz sobre esas sesiones de estudio ahora casi legendarias. Pero como ya sabemos, y nos debíamos de imaginar, la cosa no se podía quedar así, claro. Por tanto, aprovechando el evento, la empresa discográfica del “Jefe” (quizá al final la industria si absorbió en parte al bueno del “Boss”) hizo su agosto con el hecho de lanzar al mercado un disco triple que contenía entre otras cosas, el disco original remasterizado y otro con 22 canciones inéditas (al menos en grabación de estudio) que se habían quedado enlatadas desde aquel año. De estos hechos no se puede esperar más que la nostalgia y el agrado de por fin contar con algunas melodías en estas versiones, que no existían del todo.
TRACK: Aunque siempre he sido un gustoso, díganme cursi, de “Because The Night” y que por fin la obtuve en versión de estudio en esta compilación de olvidos, ésta no fue la melodía que más llamó a mi espíritu Springstiniano, sino “Rendezvous”, una canción con la energía característica de esos años de la banda en todo su conjunto.
Buddy Guy: “Living Proof”
Como bien reza el titulo del disco, este es la prueba máxima del más puro estilo del rock, de sus orígenes y de sus causas. De todas aquellas entrañas que lo hacen posible. Un disco que no rebasa nada sino que haciendo alarde del pasado más negro y azul (en lo que a sangre tonal se refiere), abofetea fuertemente con la energía de uno de los mejores y más honestos y más sensibles guitarristas que hay sobre la orbe hoy en día Con una mano infalible, pues, casi imposible de igualar; nos lleva del oído hacía latitudes sureñas que nos demuestran, de una vez por todas (con todo y un B. B. King invitado en una de las piezas), de donde sacaron los ingleses eso llamado Rock y como es que sonarían todos esos, sus discos de antaño, en la actualidad. Es sin duda alguna, dentro de estos discos que he escogido, y dirigiéndome al fanático real y conocedor de este mundo genérico, el mejor (por mucho), mejor disco del año. Una joya de invaluables proporciones bajo la manta de calidad que nos cubre hoy en día.
TRACK: Es difícil escoger en este caso, pero creo que muchos darán con el primer cluster “74 Years Old” ya que es de una fuerza imparable y se denota a primeras notas, el llamado del humor en el Blues de este señor.
California Guitar Trio: “Andromeda”
Los ahijados de “Robert Fripp” volvieron este año con un disco de piezas 100% originales (siendo esta la primera vez que lo hacen) junto a su remarcado estilo que ha sido ya vanagloriado por muchos (enviado al espacio en el transbordador Endevour, por ejemplo) y escuchado por tantos más sin siquiera saber a ciencia cierta de su existencia.Y es que algunas de las piezas de este trío han sido utilizadas en muchos documentales de la NASA y demás… No obstante, lejos de caracterizarse en este caso por ser mero un fondo ambiental, sus piezas –en una lectura ajena e individual– nos complacen siempre con un virtuosismo que jamás ha podido ensombrecerse en juicio. Esta producción actual, pues, no es la de un disco que se aleje mucho de lo que ya nos tienen acostumbrados. Sus melodías rondan por ese laberinto habitual de notas y estructuras “Crimsonianas” con ciertos tintes españolizados (como “novedad”) en varios de sus temas. Es un álbum más del imprescindible sonido de esta maravillosa banda. Y si algunos de ustedes, estimados lectores, aprecian tanto como yo el trabajo de “Rodrigo y Gabriela”, ese dúo fantástico de guitarras mexicanas, no estarán faltos de escuchar algunas de sus más claras influencias.
TRACK: Debo admitir que siempre soy de los que se inclinan por las piezas más acomodadas en la nostalgia. Soy un bucólico por excelencia, que se le va a hacer. Por esa misma razón es que en esta ocasión diré que el tema a seguir es “Turn Of The Tide”.
David Sylvian: “Sleepwalkers”
No se trata más que de una recopilación (más) de uno de los músico de progresivo más sobrevalorados de los últimos años… No es que no me guste el Sr. Sylvian (algunos de sus discos en vivo con Fripp me agradan de sobremanera) pero resulta un poco ya cansino el hecho de encontrarnos una vez más con otro compilado de sus obras. Si bien se la pasa haciendo discos muy continuamente (ya sea con su nombre de solista o con el de su banda “Nine Horses”, o en algún proyecto ajeno) también resulta que en ocasiones ya sabemos lo que nos tiene preparado incluso antes de que salga al mercado. Si bien hemos colocado aquí este disco, es para aquellos que desconocen las últimas cosas que se las ha pasado tramando junto a algunas viejas glorias de su carrera. Resulta no ser tan del agravio la selección y es una mediana forma de conocerlo y reconocerlo.
TRACK: Cuando escuché por primera vez está canción me re-encontré con el Sr. Sylvian. En está ocasión la seleccioné por esa misma razón, porque después de haber desaparecido de mis arcas por un tiempo, me recordó lo acomodado (en su estilo) que puede ser este señor. “Wonderful World” es la elegida.
Elton John & Leon Russell: “The Union”
Muy pocos sabrán o se han de imaginar, sobre todo las nuevas generaciones, que alguna vez Sir Elton John fue un rockero de primera categoría, que algunos de sus primeros discos –aún hoy por hoy– están catalogados como esenciales en la historia del género y que sus letras eran bastante estables. Esto claro, gracias a Bernie Taupin quien era el que las escribía en una especie de confabulación bipolar (música – letra) que nos dio verdaderos clásicos. La historia restante nos la imaginamos todos, Sir Elton conoció un poco el otro lado de la moneda (él que si vale en las tiendas) y se nos unió a la fuerzas oscuras. Pasaron, pues, algunos cuantos lustros (para que no suene tan feo) para que Sir Elton nos demostrará que aún tenía rezagos de aquel viejo rockero. La espera valió la pena. Para esta ocasión, que es obviamente de la que hablamos, se le arrejuntó a otra vieja gloria que también como que, vamos ponerlo así, necesitaba un pequeño empujoncito en su carrera, Leon Russell (leyenda en el country y folk rock) y juntos realizaron un disco que en verdad sorprendió a propios y a extraños (con las incipientes criticas de los cerrados, claro). Hasta el mismísimo Bernie Taupin se dio la oportunidad de ayudar con la letra de uno de los temas. ¿Quién dice que el tiempo no cura todo? Si eso de ver para creer es cierto, en esta ocasión, escuchar es revivir.
TRACK: Hay muchos temas aquí que me recuerdan al buen Elton, así como el estilo claro de Leon Russell. Es un disco muy balanceado pero debo sentarme aquí a decir que la canción que más disfruté, por obvias razones (y sólo los que me conocen más lo entenderán) fue “Gone To Shiloh”.
Elvis Costello: “National Ransom”
Debo decir que soy un ferviente admirador de Elvis Costello, un Elvis más en la historia del rock para mi. Debo indicar también que lo conocí tarde y de la manera más común; enganchándome a él con “Alison”, esa canción que aún resuena en alguna parte de mi ser cuando le parten a uno el corazón. Pero alejado de las ya acostumbradas quejas sentimentales, la historia formalizó mi agrado sobre él, investigando sobre su carrera y escuchando esa polifónica forma de llevar su personal estilo a todos lados. Es tan claro como cristalino: género que roza lo hace suyo, lo torna hacía ese su peculiar sonido y en ocasiones, cuando no quiere ir más lejos, regresa a sus raíces y nos recuerda porque nos quedamos con él y esa particular voz con la que cuenta. Y es en esta su ultima entrega que hace alarde de sus inicios (quizá mis Costello favorito), aunque un poco más evolucionados, claro, llevándonos de la mano hacía varios pasajes de película añeja y fantasía avinagrada.
TRACK: El disco me envolvió de principio a fin pero fue casi al final que me hizo voltear a mirarlo con unos ojos endemoniados de cariño en el gusto del paladar. Una pieza clásica al puro estilo de Elvis Costello: “All These Strangers”.
Eric Clapton: “Clapton”
Mi buen y estimado colega de género, “El Mario” (así, a secas) me dijo alguna vez una de esas verdades que uno en ocasiones se niega por querer ser, o aparentar ser, una mejor persona, pero que cuando las escuchamos no tenemos de otra que aceptarlas debido a que la afirmación es tan contundente –en toda la extensión de la palabra– que no tenemos de otra que abochórnanos de nosotros mismos. En aquella ocasión, cerveza en mano, claro, “El Mario” y yo concordamos en que no éramos muy fanáticos del famoso “Mano Lenta”, que la mayoría de sus discos no daban mucho el “ancho” como se dice vulgarmente, y que en realidad (y esa fue la verdad que aceptamos bajo sus alegatos) no había empezado a hacer buenos discos (como solista) hasta que se murió su hijo y dejó las drogas. Ya varios han sido los discos, pues, después de aquella tragedia familiar que a nadie se le desea, que el buen Clapton nos ha regalado con una tesitura de alcurnia. ¿El último?, este homónimo que engalana el apellido artístico que lo ha vuelto famoso. Un disco que en sus propias palabras, colecciona melodías que oía de niño. Un disco que refresca grande clásicos del jazz, blues y demás géneros de antaño con una elegancia que, debo decir, me sorprendió de muy buena manera. Un disco exquisito y sobrio que nos da muestra de una alta madurez por parte suya. Digno de llevar ese apellido ya legendario.
TRACK: Cabe mencionar que muchas de las canciones con las que cuenta el disco son muy queridas y cercanas a mi persona, pero debo quedarme con “Diamonds”. Me dió tanto gusto escucharla que fue una elección un tanto obvia.
Eric Johnson: “Up Close”
Uno de esos guitarristas que nos demuestran con entusiamos que no pueden ser muchos los que en realidad llegan a las altas esferas de la representación de un instrumento con tanta popularidad en un género como el rock, se dio a la tarea de traernos su nueva placa. Un disco que viaja por las amplías influencias que han marcado la carrera del otrora músico del G3. Un viaje por diferentes estilos donde se nos embarca amenamente por lugares tan comunes como el folk, el country, el blues y lo atmosférico con un estilo que cautivo a bastantes seguidores cuando se presento a lado de gente como “Satriani” y “Vai”. Un disco que termina por tener su sello particular en los dedos, técnica y cuerdas de Eric Johnson, uno de los guitarristas más respetados desde hace ya varios años. Un trabajo que escuchar y disfrutar en una tarde de sobriedad.
TRACK: Sin duda alguna, un tributo al grande de “Stevie Ray” Un tema que sin falta, resalta por todo el disco como una muy bella pieza. “Texas”.
Herbie Hancock: “The Imagine Project”
El año se prestaba, claro, para hacerle homenajes al por mayor a John Lennon. Se cumplían dos décadas en que un regordete de bajo perfil hacía realidad los deseos de algunos políticos con sensibilidades de gallina. Así que, ¿por qué no?, en la siempre alti-baja carrera de Herbie Hancock (excelente pianista de jazz, eso sí) debía de existir una marca para el prolífico activista social (que al parecer la historia lo enmarcará más en ello que como músico). Entonces, obvio, el también polifacético músico de fusion se embarcó en un proyecto que al principio tuvo su dudas (para mi) pero que al final dejó un agradable sabor de boca. Una vez más, sumando talentos externos, el otrora tecladista de “Miles Davis” juntó a gente de alta calidad mercantil, pero también musical en diversos géneros, para rendirle tributos no sólo a Lennon sino a varios compositores populares de las últimas décadas. Dylan, Peter Gabriel y demás son covereados en un disco que en realidad levanta (y eso que hasta “Juanes” interpreta una canción). Un disco que a pesar de las dubitativas razones para elegirlo, me mantuvo despierto y cantando algunas de esas canciones que llevó desde hace años en el corazón.
TRACK: No hubo de otra, amo esta canción y la versión era muy ad hoc. “The Times They Are A' Changin” se llevó el premio.
Hildur Guðnadóttir: “Mount A”
Un chelista como Hildur Guðnadóttir merece respeto por llevar la voz principal de su instrumento por sobre todas sus composiciones en una época en la que el minimalismo neo-clásico se ha caracterizado más por las notas del piano. Está claro que no es lo más fácil de escuchar, dicho timbre siempre nos ha aparecido en muchas grabaciones como un mero fondo pero que en el trabajo de este músico de corte mucho más académico se abre a la oportunidad excelsa, creo yo, de ser reconocido y formar parte de una vocalización muy bella, profunda y un tanto oscura y singular a la vez. Hildur Guðnadóttir, pues, hay que aceptar también, es uno de los tantos músicos de su generación que se han vuelto populares por un sonido muy cinematográfico pero que vale la pena escucharlo muy de cerca por las atmósferas que genera. Para los amantes de su instrumento debe ser una obligación (al menos como critica), y si este disco (que es un relanzamiento de su primera producción realizada originalmente en el 2006) está en ésta lista –la mía– es porque realmente vale la pena darle un visto a esos aires de minimalismo e incordura con los establecido en la actualidad. Es una oportunidad ligera de salir del trasfondo común.
TRACK: Monótono y ambiental, ligero pero oscuro. Una línea que sigue su origen y casi no decae, pero “You” merodeó dentro de mis oídos por varios días.
Jeff Beck: “Emotion And Conmotion”
Como siempre, el maravilloso y no tan afamado –lamentablemente– guitarrista blanco, nos dio una muestra de evolución. Nos enseñó nuevamente lo que es dar un paso adelante en la carrera de un músico que siempre ve hacía adelante. Y como nos ha tenido acostumbrado ya durante su entera discografía, nos ha mostrado la vanguardia en su instrumento. Ha tomado el blues y lo ha llevado a vértices poco convencionales, ha tomado clásicos de la filmografía más querida y les ha dado nuevos brios, ha tomado trozos de óperas que se convirtieron en populares en los últimos años por “reality shows” y los ha tornado interesantemente modernos. No ha generado expectativas, ha creado su propio mundo y lo ha conservado. Esta producción última de estudio lo demuestra minuto a minuto, no hay más que decir. Sin pierde. Es así de firme esta critica y declaración.
TRACK: Original de “Dario Marianelli”, y compuesta para la banda sonora de “Atonement” de “Joe Wright”, esta pieza sirve de fondo para aquella hermosa escena, filmada en plano secuencia, donde uno de los personajes principales vive la experiencia del ejercito francés en la playa de Dunkirk en la segunda guerra mundial. Una versión muy apegada a la belleza de la original, obviamente “Elegy For Dinkirk”.
Jeff Beck: “Live And Exclusive From The Grammy Museum”
Jeff Beck es el único en mi lista en aparecer dos veces este año, esto debido a que el disco en directo que he colocado en esta ocasión es digno de ser degustado por lo oídos más finos del rockero experto. Proviene de la gala del Grammy (como bien su titulo lo resume) y es de una elegancia tan alta como uno se puede imaginar después de haber escuchado alguna vez a este hombre que toma la guitarra no como un auxiliar de su música sino como una extensión más de su cuerpo. Blues & Jazz se dan paso, pues, en un estilo sazonado con sensibilidad musical de la más alta alcurnia. Una belleza en cada una de sus piezas.
TRACK: No hay de otra que revalorizar ese clásico que trajera de nueva cuenta a la orbita comercial a “Rod Stewart” y al mismo Jeff Beck en los ochentas, un cover original del “Curtis Mayfield & The Impressions” “People Get Ready”.
Jimmie Vaughan: “Plays Blues, Ballads & Favorites”
Nunca tuvo a ciencia cierta el talento de su hermano, el grandioso Stevie Ray, pero tampoco vivió nunca bajo su sombra. Se hizo un nombre en el mismo genero bajo un estilo más calmo y dulce, siguió su carrera después del más que lamentable fallecimiento de su co-sanguíneo y este año nos demostró porque debe seguir en la mira, al menos cautiva, de muchos de aquellos gustosos de un blues pulcro y divertido. Bajo el cobijo de algunas piezas afamadas en décadas anteriores nos relata con un sonido ameno una etapa que ya ha quedado atrás. Excelente elección para los nostálgicos de hueso colorado. Ideal para mover un poco los pies y cerrar los ojos para encontrarnos en un salón de baile de los años 50s moviendo las caderas con un fleco alto en el pelo y las ganas de devorarse al mundo.
TRACK: No hay duda que todo el disco te mantiene con una sonrisa de oreja a oreja. Una felicidad tan amena como honesta. Esta vez me inclino por “I Miss You So”. Excelente melodía de antaño.
John McLaughlin (And The 4th Dimension): “To The One”
No creo que exista alguien que no se incliné ante la maestría de John McLaughlin detrás de las seis cuerdas –aunque claro está que nunca falta el vástago enfermizo e ignaro que no sabe ni quien es pero que se cree guitarrista, en fin… Mucho de la herencia del rock más rebelde y progresista de las últimas décadas es parte de su legado. Para muchos eso sería suficiente para darse un merecido descanso o bien una jubilación, no obstante, el fantástico guitarrista inglés se mantiene fresco y haciendo música. Esta vez con “The 4th Dimension”, una célula de virtuosos en sus instrumentos que le siguen la pista al encanto musical del mejor McLaughlin. Una prueba del “Fusion” más refinado que se pueda escuchar hoy en día. Un jazz sobrio y alentador que no deja de hacer sentir su fuerza y su belleza. Una esbelta evolución que va de la tranquilidad de un paisaje en el ocaso a la potencia de un martillo. Una excelsa combinación de agresividad y pureza. Un requisito para todos aquellos que sientan en las venas este instrumento.
TRACK: Aunque sea un disco redondo, sin borde por donde tomarlo a mal, me quedo con “Discovery”, primer corte del disco. Y es que desde el primer riff uno no puede despegarse de este fabulosos álbum.
Keith Richards: “Vintage Vinos”
Muchos tomaron este año como el tiempo de la remembranza, de la compilación, del legado. Uno de ellos fue el legendario y cuasi esqueleto de Keith Richards (el guitarrista famoso de los “Rolling Stones”; y esto sólo por si aún no daban), que se dio a la tarea de recopilar lo mejorcito de su escasa discografía como solista (apenas dos discos de estudio y uno en vivo). Así que si alguno de los aquí presentes par de ojos que leen esta reseña no conocen mucho lo que este hombre tiene por ofrecer lejos de su legendaria agrupación musical, este es el disco a seguir. La compilación no es tan mala y en realidad es más barato y fácil conseguirla que los tres discos por solitario. Además, como ya se imaginarán, contiene una canción nueva que no había salido con antelación. O eso nos dicen.
TRACK: No hay vuelta atrás, debemos escoger el número inédito del disco, “Hurricane”, un tema breve (apenas de 1:30) que no da tiempo a mucha critica y que por ende se vuelve bastante confortable.
Lee Ritenour: “6 Strings Theory”
No es tanto en si un disco de Lee Ritenour, una leyenda en la guitarra del Jazz Fusion, sino una elección de guitarristas echa por él con el fin de entender el mundo de este instrumento en la actualidad. Una compilación de grandes ejecutantes en diversos estilos (rock, hard rock, blues, jazz, clásico) que re-grabaron bajo su supervisión algunos de sus temas más gustados, o bien algunos con los que denotaban el porque habían sido parte de los elegidos. Obviamente el mismo Lee Ritenour forma parte de las batallas (o duetos) que se llevan a cabo en el transcurrir del álbum. “Taj Mahal”, “John Scofield”, “Robert Cray”, “Steve Lukather”, “George Benson”, “Andy McKee”, “Mike Stern”, “Guthrie Govan” y “Shon Boublil” son algunos de los seleccionados para presentar el sonido de la guitarra actual. Un disco preciso para los amantes de las cuerdas. Esencial para comprender los alcances y las purezas de un instrumento tan popular que dicta modas dentro de géneros tan masivos como el gusto por el instrumento en si.
TRACK: Obviamente aquí habrá quien elija el género de su predilección. En lo personal yo me enganche con mucho temas, pero debo asimilar que mi mayor sorpresa (para bien) fue esa versión que hiciera retumbar en mis oídos “Joe Bonamassa” & “Robert Cray” del clásico contemporáneo que hiciera popular “Tracy Chapman” “Give Me One Reason”.
Leoard Cohen: “Songs From The Road”
Al parecer el Sr. Cohen aún no se recupera del desfalco que le hiciera su ex-manager mientras él tomaba sus espirituales vacaciones zen. Así que no importando que hace un año nos sacará unos buenos pesos del bolsillo con su maravilloso (eso sí) “Live In London” con DVD y toda la cosa, este año hizo recaer de nuevo nuestra economía con otro disco en vivo de la misma gira que pero ahora con canciones seleccionadas en diversas ciudades donde piso tierra. Como siempre, las cosas resultaron en un más que agradable relato de aquellos afortunados que pudieron verlo en directo después de casi 20 años de ausencia sobre los escenarios. Y no me importa que varios peniques me falten, en realidad poco me hace cosquillas. Cuando alguien como él toma el micrófono es una deleite escuchar su poesía. Sí, quizá no sea una producción tan bien diseñada como la anteriormente citada. Quizá no haya tantos arreglos que tanto nos deleitaron en la producción pasada (realizada ex profeso). Pero este disco remarca el verdadero devenir de una gira que sentimos –los fanáticos– como histórica. Y saber que estuve a nada de poder verlo. Para corajes sólo me quedo este disco.
TRACK: Pocas veces encontrada en directo. Una de mis canciones predilectas del maestro Cohen. “That Don't Make It Junk”. Una muy agradable melodíaa que escuchar cuando uno tiene la copa de vino sobre las manos.
Los Lobos: “Tin Can Trust”
Siempre es un deleite y un jolgorio (creo que el termino es más que correcto en esta ocasión) escuchar a Los Lobos. La primera gran banda “chicana” de la historia ha manifestado con el paso de sus años en la industria, el poder de hacer suyos cualquier estilo que rocé la cultura latina y/o americana. Ya sea bolero, son, ranchero, cumbia, salsa y sin dejar de paso el blues y el rock and roll, estos caninos “feroces y salvajes” (musicalmente hablando) siempre le abren paso al baile y el buen humor; un entretenimiento de los más sano y nunca ajeno de una excelsa calidad. Para este año, pues, nos obsequiaron su nueva placa que como podrán indagar en sus memorias, da saltos cuantiosos y amenos a cada track. Una producción fina y sobresaliente que no deja títere con cabeza en cuanto a los géneros por detallar. Una osada mezcla, nuevamente, por parte de estos “paisanos del mundo” que han roto todas las fronteras que se les han impuesto.
TRACK: Aunque la cumbiecita que se echan está muy “guapachosa”, debo hacer hincapié a mis gustos de predilección y me quedo con “Do The Murray”. Ese sonidito añejo le da un toque muy sabroso al zapateado obligado cuando uno la escucha.
Lynryd Skynyrd: “Live For Freedom Hall”
Más adelante podrán leer una descripción mucho más personal y apegada a la visión del “fan” acerca de la banda (ya que es se trata de un tributo), por lo que ahora, que hablo de algo recién salido directamente de sus hombros, debo decir que al obtenerlo lo recibí con un agrado inconmensurable. Enérgico, potente, avasallador y sin comisura alguna para con el defecto, este directo se trata de una grabación de la banda en la gira de su último disco –que dieron a luz el año que entra “God Guns”– donde nos demuestran que no únicamente siguen en la cima del Olimpo del rock sureño como leyendas, sino como los grandes mortales frente a sus seguidores –en el escenario– donde tiene todo y más por ofrecer. Toda la electricidad que se viene a la mente cuando uno oye el nombre de la mítica banda (ave fénix) nos golpea de lleno al ponerlo en el estereo.
TRACK: Debo verme muy básico pero, ¿quién podría negarse a escucharla una vez más? “Free Bird”, como es usual, cierra el disco con un sello tan maravilloso que uno lo vuelve a escuchar desde el inicio.
Max Richter: “Infra”
El compositor y pianista del minimalismo neo-clásico se alejó un poco de sus propias convicciones. Y es que en este su último disco nos ofreció una propuesta un poco distante aunque con cierto bosquejo de sus producciones pasadas. Un disco que acentúa más el “ruido” y la sencillez. Temas de menor duración y con cadencias más largas, temas con un par de nombres y estilos que nos recuerdan siempre a la anterior melodía constantemente y que no nos hacen pensar más que en capitulaciones dentro de la misma composición. Una global; enteramente pensada para la totalidad del disco. Quizá no con la “belleza” de sus otros álbumes pero sí con esa atmosfera que nos hace sentir, sin pensar y dudar, que se trata de una producción donde sus mente se ha visto involucrada.
TRACK: Como he dicho, todo el disco parece basarse en dos temas principales divididos en partes que se van dando entrada uno al otro. Es un disco que no puede ser escuchado y comprendido sino es por completo escuchado. Pero en un ejercicio de des-estructurar las partes, me inclino por “Journey 1”.
Natalie Merchant: “Leave Your Sleep”
Debo agradecer aquí a mi querido amigo Juan Carlos Medrano: http://jmedrano.blogspot.com/: que en cierta ocasión, cuando yo, emocionado estaba por la salida de algunos discos que aquí se han presentado, me saco de la sombra de la aspavienta ignorancia que habían ejercido sobre mi la emoción y la excitación para indicarme muy amablemente que Natalie Merchant (algunos la conocerán más por ser la vocalista de “10,000 Maniacs”) había sacado su nuevo disco. Fue entonces que recordé que la había abandonado un poco (tanto como ella se había alejado del mercado) y que era una de esas voces femeninas que me encantan. Así que hago a bien aquí resumir, parafraseando a mi buen amigo, las palabras que me dijo para correr a buscar y hacerme de este disco que de manera justa, acabo en esta lista. Alejada, como ya he mencionado, por algunos cuantos ciclos de la industria musical –y siendo madre ya (dato para el chisme)– decidió no hacer lo que tantas otras hacen cuando nace el vástago: salir apresurada a realizarle un disco para la cuna, y mejor se dedico a buscar cartas olvidadas en los correos locales de ciertos pueblos estadounidenses. Tomando, entonces, como base dichos textos, escribió las letras de este su último disco. Una producción doble que nos relata, de manera excelsa, los amores y la infancia de otras eras alejadas ya por el implacable tiempo. Y si a esto le sumamos la hermosa voz de esta mujer, creo que el resultado se lo pueden imaginar.
TRACK: Es de suponerse que la lista de canciones es larga y que la calidad abunda. Pero si de tipo de historias a tipo de historias se trata, me quedare con la bella “If No One Ever Marries Me”, pues son los temas que más tocan a mi pluma.
Neil Young: “Le Noise”
Mi querido y tan gustado “abuelito del rock” (y miren que como pasa el tiempo, yo lo sigo desde que era el “Tio” de) nunca descansa y se la pasa haciendo ruido donde le dejen y como lo dejen. Su discografía es tan constante como numerosa y en esta ocasión se nos fue a encerrar al estudio de “Daniel Lanois”, productor de varias leyendas como “Bob Dylan”, “Emmylou Harris”, “Willie Nelson” y “Brian Eno” (sí, el productor mismo siendo producido) con su guitarra bajo el brazo y nada más que eso. Juntos, pues, grabaron al “abuelon” haciendo un desmane eléctrico como el que nos tiene acostumbrado con la peculiaridad de que en esta ocasión nadie lo acompañaba. El disco en su entereza es un soliloquio de energía desmesurada, los 8 tracks con los que cuenta son el bueno de Neil con su guitarra y su voz debatiendo, como siempre, asuntos crónicos de un país en guerra (aunque como algunas excepciones); en ocasiones con la potencia de ese sonido distorsionado que ya lleva su firma, en otras (tan sólo un par de canciones) con la sutileza de su guitarra acústica para recordarnos porque este, también, padre del grunge está en los más altos niveles del cielo del rock. Es quizá uno de los discos menos fáciles de escuchar de su basta colección, pero para aquellos que adoran su sonido fue una gratificante y refrescante sorpresa.
TRACK: Lo admito, a pesar de ser un fan redimido de Neil Young, siempre me han encajado mejor en el corazón su melodías folkies. En esta ocasión le otorgo el honor a “Peaceful Vally Boulevard”.
Ólafur Arnalds: “...And They Have Escaped The Weight Of Darkness”
Después de que “Bjork” mostrará al mundo el sonido, ya casi estereotipo, de Islandia; tomando como estandarte el meloso pero efectivo estilo de “Sigur Ros”, muchos otros se han acercado a la banqueta de la falsa vanguardia que resulto ser el caso y se han mostrado osados ante el mundo. Entre todo ese mundillo de gente, cabe resaltar a Ólafur Arnalds, otrora baterista de metal (sorpresas no deben de caber, los territorios del señor son bastos y todos pueden lavar sus pecados) que se ha hecho ya de un buen número de seguidores para bien (al menos el suyo) que también ha llevado orgullos el nombre de su casi-desconocido país a otras latitudes. Es en esta su nueva aventura musical que nos muestra que el estilo no se le ha ido perdiendo sino que al contrario, se ha encontrado más y más con el ya trillado sonido que resalta al imaginario colectivo cuando a uno le mencionan el nombre de “Sigur Ros”. No obstante, dicho ya todo lo anterior, lo prefiero bastante a la banda ya mundialmente conocida. Y aunque este su nuevo disco resulta ser el más “Sigur Rosiano” de su carrera (hasta en la portada), fue lo suficientemente agradable de escuchar y disfrutar en las tardes amenas.
TRACK: Sigamos con la ironía, sí, pero con la honestidad ante todo. Es cierto, real en todo caso. La canción que más se me quedo impregnada en la cabeza –y la parte interna del estomago– fue la que más se acerca al estilo de “Sigur Ros” en todo el disco, “Hægt, Kemur Ljósið”.
Peter Broderick: “Three Film Score Intakes”
Como miembro de “Efterklang” y también como solista, Peter Broderick se ha encargado de pulir un sonido indie y minimalista que roza muy peligrosamente el ambient. Es uno de esos artistas en boga que mucho usan hoy para musicalizar sus testamentos visuales, sus pesadillas videográficas, o bien algo que les venga en gana y que tenga que ver con imagen y sonido. Si no es así, al menos créanme que muchos lo agarran para inspirarse o sentarse a escribir alguna locura… Así que para no quedarse con la ganas y no dejar a muchos con las mismas, al señor (que es en realidad un jovenazo) se le ocurrió hacer este cortito disco donde trata de ceder, creo yo, parte de sus melodías al ingenio popular del cineasta amateur, o tal vez del cine en general que tan falto está de creatividad por estos días, en fin. Ya sea, como he mencionado que posiblemente sirva para la inspiración, o bien para sonorizar alguna experiencia onírica vuelta realidad, este pequeño extracto del trabajo de Peter Broderick es un buen señuelo para conciliar las más internas fantasías.
TRACK: El disco es breve y conciso, básicamente son tres partes que se originan y vagan sobre el mismo sitio. Me quedare en esta ocasión con la primera. “Part 1” es la elegida.
Peter Gabriel: “Scratch My Back”
La critica lo deshizo, no agrado a muchos de los ansiosos seguidores y las ventas no fueron las esperadas pero yo lo disfruté con ganas. Fue un disco alejado de todo lo que nos había enseñado el señor Gabriel en sus ya casi 30 años de carrera (y vaya que nos ha enseñado ya bastante) donde humildemente agachó la cabeza y rindió tributo a algunos de sus viejos amigos y a ciertos artistas populares de la actualidad (vaya uno a saber por que). Comprendí a bien y a primeras las razones del disgusto que tuvo la mayoría de la gente que paso de largo ante el, pero hay que admitir que se nos advirtió con tiempo sobre el proyecto. Para los que no lo conozcan, el caso fue el siguiente: El señor Peter Gabriel se dedico a grabar una serie de canciones (covers todos) acompañado únicamente de su piano y una sección de cuerdas. El resultado fue lo que se imaginan, un disco tranquilo, sencillo y bello que denota el buen uso de un acompañamiento para melodías de la talla de “Heroes” de “David Bowie” o “Philadelphia” de “Neil Young”. Repito, la critica lo puso muy por debajo de su nivel real. El disco tampoco es una joya perdida en el desierto, claro, pero fue un grato retorno de esta leyenda a los escaparates. Un disco que poner en tiempos difíciles y con lluvia mientras vemos como los años hacen caer lentamente las hojas de nuestros anhelos.
TRACK: Aunque algunas de las piezas me agradaron de sobremanera al ser escuchadas con el timbre de voz de Gabriel (que siempre me ha agradado bastante) me quedo con “Flume”, orignal de “Bon Iver”.
Robert Plant: “Band Of Joy”
Uno de los discos más esperados del año entre los rockeros de antaño fue este y no se quedo nada más como una mera “llamarada de petate” como solía decir mi hermana, sino que se alzó victorioso ante la expectativa; cosa nada fácil de hacer y menos al hablar de un nombre con tal peso sobre la historia. Así que el famoso cantante de aquella otra banda de rock conocida simplemente como “Led Zeppelin” se abrió paso, una vez más, ante un estilo (alejado de sus viejas glorias como miembro de la banda) elegante y maduro que ha caracterizado su carrera de solista. En esta ocasión, con su más reciente entrega nos dio muestra de que los años, además de quedarse en la zona lumbar de uno, pueden dar sapiencia y valor. Apegado más a un folk americano, que va dando paso a paso una colección de melodías que dejan sin aliento a todo enamorado de la voz de este señoron de la historia del rock, resulta al final de sus minutos en un álbum disfrutable hasta el tuétano; conmovedor e impaciente. Un disco que obligo al año a detener un poco el ritmo y permitirnos voltear hacía el.
TRACK: Soy un seguidor impávido del Doo Wop y ese sonido cincuentero que me lleva a viajar a lugares donde la libertad (aunque falsa) reinaba en los corazones virginales de una generación. Y dado que a este señor le sale muy bien, me quedo con “I'm Falling In Love Again”.
Ron Wood: “I Feel Like Playing”
Al contrario de sus colegas, que al parecer ya no lo quieren sacar a pasear en el próximo tour (porque hace mucho desvarío cuando bebe, y bebe seguido), Ron Wood, el otro guitarrista (el menos popular masivamente hablando) de los “Rolling Stones” se aventó a la tarea de meterse al estudio y sacar un disco con su sello personal. Un disco ameno que a muchos nos recordó que también Mr. Wood le entra bueno al quite del rockcito. Que no es un “Rolling Stone” nada más (¿alguien lo recuerda en Faces?) y que en su curriculum podemos encontrar más que las sombras de las legendarias momias rockanroleras que tiene como compañeras. Una producción estable que sin bien no es tampoco una joya, sí está como para pasar un muy buen rato de un rock hecho sin ataduras, fresco y con historia.
TRACK: El reggeacito se llevo las palmas. Me integró en una playa rockera fumando un puro, tomando ron y jugando domino con mis colegas. “Sweetness My Weakness”.
Seal: “Commitment”
Después de esos osados y maravillosos discos de “Soul” y “Soul Live” donde hacía alarde de su voz a la vez que rendía tributo a las más grandes leyendas del género. Seal nos entrega su nueva producción original. En esta ocasión, da talle de la calidad acostumbrada y nos obsequia un disco que si bien se apega un poco al soul, se da el acostumbrado abrazo con un pop lo suficientemente sofisticado. Agradable desde la primera escucha, su nueva producción no explota nada nuevo sino los terrenos de una carrera ya más que hecha. No hay sorpresas, es sólo un disco del bueno de Seal –una de esas voces que ya se han de estar recordando en mejores sitios. Un disco de un artista que siempre se ha mantenido en los más altos estándares de calidad. Cosa nada fácil de hacer hoy en día.
TRACK: No lo dudé ni un instante, desde la primera vez que escuché esta canción, me hizo dar de vueltas la cabeza. “All For Love”.
Soundgarden: “Telephantasm”
Se acababa la década y, ¿por qué no?, Soundgarden se dio un aire de reencuentro (tan de moda en estos días)… A ya más de diez años que aquello que conocimos, malamente, como “Grunge” desapareció, la nostalgia del movimiento se vio re-abierta –como herida que no deja de sanar– de la mano de estos muchachones que si en efecto los ven viejo, la verdad es que ya lo están. Los años no han pasado en vano y las canas y miradas cansadas se notan a primera mano, pero el rock lo cura todo ¿qué no? Así que durante este año, la banda (pionera en ese movimiento de Seattle de botas y camisas de cuadritos) se dio a la tarea de hacer algunas cuantas presentaciones en su ciudad natal para después avisar que para los últimos meses lanzarían al mercado un disco de éxitos (¿qué más podían hacer con la agenda apretada de la industria?) y los obligados tracks inéditos de toda la vida (en ocasiones me preguntó si en realidad los guardan para cuando estas ocasiones llegan), en fin… Para cerrar bien el ciclo recopilaron sus temas más gustados a través de los años, los sazonaron con algunas versiones en vivo y dizque una canción nueva (que de nueva sólo tenía el polvo ya que es de las sesiones de estudio de uno de sus primero discos) y las empaquetaron en varias versiones (que al parecer ya también está de moda, miren a sus colegas de “Pearl Jam” que creen que vive en un mundo de ricos), una de ellas con un DVD que contenía todos sus videos y nos embaucaron con una fuerte cantidad de dinero. Pero ya que, la espera al menos de ver algo de ellos nuevamente en los estantes de la música “alternativa” fue conmovedor. Como lo fue también el observar a los pubertos pasar de largo ante tan fatal portada por el desconocimiento total de una generación que en realidad quedo mercada. El grunge ha muerto sí, pero que buenos recuerdos trae. ¿Qué me estaré volviendo viejo?
TRACK: Es un disco de éxitos. Como en todos los casos no faltará el que diga que faltan o sobran ciertos temas. Yo no debatiré eso y me enfocaré en el trasfondo de un disco con estas proporciones. Pondré aquí mi canción (entre las comerciales) más gustada de la banda. “Burden In my Hand”.
Spock's Beard: “X”
Alguna vez, hace ya algunos ayeres, un amigo me presentó una canción titulada “June” y quede cautivado con la melodía. No era del tipo de progresivo que solía y suelo escuchar, o que incluso me gusté en demasía (me inclinó más por los clásicos), pero Spock's Beard comenzó a formar parte, desde ese momento, en una de las bandas de la nueva oleada (la actual) que escucho para no alejarme tanto de las nuevas generaciones en un estilo que evoluciona rápidamente. Y no es que este, su nuevo disco se vaya precisamente a los cajones de mis glorias, pero después de un rato en que la agrupación anduvo un tanto floja, han regresado con la fuerza que los había caracterizado en sus primero discos. Fue una grata sorpresa y en realidad disfrute un poco de ese progresivo “nuevo” que se hace en estos días. Claro, que no quepa dudas que nunca fallaré a su favor si me ponen a los antecesores a un costado… Pero que decir, mientras la gente siga dándole aire y brios al género, yo seguiré con el oído bien abierto.
TRACK: La tarea no fue tan ardua, fue la canción que más meritos tuvo en cuanto la escuché por vez primera. “The Man Behind The Curtain”.
Syd Barrett: “An Introduction To Syd Barrett”
Hablar de Syd Barrett es hablar, irónicamente, de toda una era que en realidad no existió del todo. Ya todos sabemos que, sí, fue el primer líder de “Pink Floyd”, que fue quien originó a la prolífica banda, que dio con “Roger Waters”, que se codeaba con “John Lennon” pero que después fue cesado por sus propios compañeros al acerársele la locura que en años posteriores lo volviera leyenda. Pero ¿qué hay de su legado? (y si nos vamos dando cuenta este año hubo varios compilados de viejas añoranzas), ¿qué hay de su herencia? Pues para conmemorar su vida y obra, el bueno de “David Gilmour” (que en parte fue por él que lo corrieron) se metió al estudio para hacer una recopilación de sus mejores canciones; tanto del poco “Pink Floyd” que le tocó, como de su también escasa carrera solista. Re-mezcló algunas piezas, remasterizó otras y saco al mercado este disco con una bellísima portada (como es usual) realizada por “Storm Thorgerson” (aquel que le hacía las ilustraciones a la banda). Un disco lo bastante decoroso para que, como bien dice el titulo, los que no conocen mucho el universo de este alocado hijo de Dios, entren de lleno a el.
TRACK: Nuevamente me establezco en la regla de las compilaciones. Así que escogeré, como es obvio, la canción que siempre me ha gustado más de este gran músico de rock. “Dark Globe”.
The Dereck Trucks Band: “Roadsongs”
El bueno de Dereck Trucks ya no es el mismo jovencito que nos tomó por sorpresa allá de 1997 con su primer disco. Ha crecido, madurado, se ha casado, y aunque siga teniendo una cara de chamaco que no puede con ella, no deja de sorprendernos cada que se presenta en la industria con materiales nuevos. Es cierto, sí, en los últimos años le ha dado más por la cuestión de los directos que el estudio, ¿pero qué no es esa la mejor manera de escuchar a una jam band? Así que para no variar mucho, apenas entradito el año el excelente guitarrista (otrora músico de los “Allman Brothers”) nos otorgó este disco doble en vivo de su ultima gira donde hace y deshace el escenario con su también excelsa agrupación. Paso a paso nos va dando nota, prueba y fe de que está en su pleno apogeo, en sus mejores años, en la época dorada, que tiene para rato, que le encanta lo que hace y que no se cansa de mostrar el talento. Un imperdible de todos aquellos que gustan del buen rock, del buen blues, del buen jazz. Una joyita de esas que da pleno gusto escuchar cuando el oído requiere de fineza sobre los tímpanos.
TRACK: Se dijo y hablo mucho en foros sobre esta melodía. Es un standard de jazz muy reconocido y que con anterioridad ya la había grabado en el estudio, sí. Pero también hay que reconocer que en esta versión en vivo le da otra dimensión. Con una duración de 14 minutos, la sensación de viajar por los mejores estratos de la improvisación se ponen a flor de piel. Original de “Mongo Santamaría” y más reconocida a través de “John Coltrane” “Afro Blue” es una de las tantas piezas que se llevan el disco.
The Orb (Featuring David Gilmour): “Metalic Spheres”
El famoso dúo inglés, exitoso en los círculos “Ambients” de todo el mundo, se dio a la tarea de dar un paso más en su ya extensa carrera discográfica. En esta ocasión, con la participación sobresaliente de “David Gilmour”, el otrora guitarrista y cantante de una banda conocida como “Pink Floyd” no sólo como colaborador, sino como compositor en si. Así que como ya es una costumbre, los miembros de “The Orb” salieron a documentar y grabar sonidos de la naturaleza para posteriormente mezclarlos con su música y al final, dar un toque mágico con la guitarra del señor “Gilmour”. El resultado es un pastiche de tonos, timbres y gamas y capas de sonido que hacen a uno volar por parajes tan similares a la carrera de ambas personalidades pero con un toque tan personal que no deja duda alguna sobre su calidad. Una producción realizada tan a detalle como la belleza que contiene al escucharle.
TRACK: El disco son básicamente dos canciones de larga duración. Ambas con una calidad más que aceptable, pero me quedo con la primera: “Metallic Slide”.
Tom Petty And The Heartbreakers: “Mojo”
Otra vieja añoranza del rock más pulcro y ameno se nos lanzó a los ruedos con una nueva entrega. En ésta ocasión el señor Tom Petty con su ya inseparable banda dio muestra de su talle como sastre de melodías bien hechas y un estilo tan definido que se ha convertido en una voz reconocible en todas partes. Es innegable, el sur vive en sus armonías y en esta su nueva producción la excepción no se da entrada. Con la belleza usual, el ya legendario rockero da paso a paso a un viaje imaginario (ojala real) por las carreteras desérticas de los Estados Unidos sobre un carro descapotable. Un álbum muy disfrutable y ameno que nos hace sentir en el corazón ese ritmo palpitante, pero nunca exacerbado, de los “Rompecorazones” de Petty.
TRACK: Los estilos de sus canciones se mueven por la tendencia que durante toda su carrera ha sabido a bien utilizar. Así que, dada esta somera explicación, me inclinó por la balada como en otras tantas ocasiones cuando se trata de escuchar a esta agrupación. “No Reason To Cry” es mi elección.
Trey Gunn: “Modulator”
En esta ocasión, el ahijado de Fripp se nos presenta con una energía desconocida e insospechada, una atmosfera sumamente más densa y pesada con la que él agrada ser reconocido. Él mismo ha citado que nunca estuvo del todo muy conforme con el proyecto sino hasta verlo concluido. Y es que esta aventura, que formó junto al afamado baterista alemán “Marco Minnemann”, termino más cerca de los estilos del “Soundscape”que hiciera famosos su maestro y la improvisación que en un trabajo más pensado. No obstante, al escuchar todos los arreglos posteriores hechos después de las sesiones, se sintió más que a gusto dentro de este su nuevo disco. Una producción que como ya he mencionado, atrae sorpresas a propios y extraños que han seguido el trabajo de este instrumentista que siempre nos pone en lugares ajenos al orbe conocido.
TRACK: En realidad todo el disco es una enorme pieza que fue dividida para una mejor cohesión comercial. Así que si bien debo integrarme a alguna de las secciones, me establezco en la más “Crismoniana” de todas “Down Spin”.
Varios Artistas: “Come And Get It: The Best Of Apple Records”
Ya era hora de que alguien se diera cuenta que también se podía hacer negocio con lo que indirectamente rozaron los Beatles. No sólo ellos en si son una mina de oro para los afortunados que tienen los derechos de sus canciones, sino que esa manzanita tan famosa que aparece en las versiones y re-versiones de sus discos, era en realidad una productora con clientes “nada imaginarios” que en realidad grabaron bajo el sello durante algunos años. Dicho de otra manera, no sólo se dedicaba a ellos mismos: la mítica banda de Liverpool. Así que entendido el asunto y traducido a billetes, a alguien se le ocurrió poner en un disco los destellos de aquella agenda de músicos que alguna vez grabaron para la “Apple Records” (la manzanita pues). Y el caso, pues, resulto en un buen vistazo a esos años donde el pop no era tan plástico ni tan brutalmente cínico. Ameno y bastante cómodo como para formalizar las actividades cotidianas del hogar.
TRACK: Obviamente abundan en el listado algunos covers de cierta banda afamada de Inglaterra (¿adivinan?), así que me quedo con “Come And Get It” interpretada por Badfinger. ¿Por algo le habrán puesto así al disco, no?
Varios Artistas: “Garth Hudson Presents A Canadian Celebration To The Band”
Este año fue –no sé porque– en el que me reencontré fuertemente con “The Band”, esa legendaria banda que siempre he considerado como pilar esencial en la historia del género. Una banda que como pocas, hizo historia de muchas maneras: a lado de muchos históricos (valga la redundancia), por ellos mismos y en demasiados foros legendarios… Quizá porque a principios de años puse en el aleatorio de elección ese maravilloso documental que es el “The Last Waltz” o porque un día escuché una canción de ellos al azar, pero fue de los grupos que no solté durante todo el año. Y aunque no crea mucho en eso de las coincidencias, resultó que en estos meses finales, Garth Hudson, integrante original de la agrupación junto a varios músicos canadienses (país original de la banda), lanzó al mercado un disco tributo con algunas de las canciones menos conocidas del grupo. Para mi fue una muy grata sorpresa; gente de la talla de los “Cowboy Junkies”, “Raine Maida”, “Blue Rodeo”, “Neil Young”, “The Sadies”, el mismo Garth Hudson entre otras rinden homenaje, y de que manera, a una de esas agrupaciones musicales con las que uno sólo puede ejercer una acción: ponerse de pié. De esa manera, pues, recibí este disco, pues no sólo bastan las composiciones originales sino las excelentes versiones que contiene.
TRACK: Es difícil pues muchas de las canciones son muy apegadas a mi. Pero si me basó en los estilos que las refrescaron, me quedare con dos. “Forbidden Fruit” por “Danny Brooks” & “The Rockin' Revelators” & “Out Of The Blue” por “Mary Margret O'Hara” & “The Sadies”.
Varios Artistas: “Sweet Home Alabama: The Country Music Tribute To Lynyrd Skynyrd”
“Lynyrd Skynyrd” siempre ha sido una de esas bandas que me ponen los pelos de punta y me hacen sentir que pocas cosas son mejores en el momento en que las escuchó. Así que debo decir que cuando me hice de este disco, lo trate con cuidado y me acerqué a el con cautela. Pero después de una simple escucha el resultado fue favorecedor y muy decoroso. Es corto, básico y no hay nada malo dentro de sus versiones, las cuales, claro, no van más allá de lo que el titulo mismo del disco resalta. Lo disfrute de ida y vuelta, se asomó a mi ventana un “Lynyrd Skynyrd” con fuerzas terrestres de seguir siendo escuchado. Es un tributo pleno, ad hoc, entretenido y divertido.
TRACK: Las versiones no se alejan tanto de las originales, algunas les dan una potencia mayor al sonido, otras tantas se mantienen en lo concordante a lo ya hecho por la banda. Pero si de alguna me salió una buena sonrisa de gusto fue con “Call Me The Breeze” interpretada por “Shooter Jennings”.
Varios Artistas: “The Village: A Celebration Of The Music Of Greenwich Village”
No recuerdo mucho como fue me encontré con este disco pero fue uno de mis descubrimientos más agradecidos del año, ¿para quién no?… Muchos no lo sabrán y a otros se les hará una obviedad, pero no está de más recordar que allá, a principios de los 60s, en Greenwich Village, una comunidad de una ciudad llamada New York, ciertos jóvenes proselitistas comenzaban lo que sería un movimiento musical que jamás ha tenido igual en la historia de la música popular. Gente como “Bob Dylan”, “Peter Segger”, “Joni Mithcell”, “Eric Andersen”, “Tim Buckley” y demás aún no se imaginaban el camino que los llevaría a ser algunas de las leyendas más grandes de la historia musical de los Estados Unidos. Así que conmemorando a esas grandes figuras del folk de los 60s, un grupo de músicos de la talla de “Mary Chapin Carpenter”, “Cowboy Junkies”, “Los Lobos”, “Lucinda Williams”, “Ricky Lee Jones”, “Amos Lee”, “Bruce Hornsby” y demás, rinde homenaje a algunos de las melodías que aquella comuna compuso y que aún hoy en día abren ojos, mentes y corazones. Un disco que refresca y agrada, un disco que, simplemente, hace suspirar lentamente para atraer a la voz un pequeño pedazo de ese legado del pasado y suspirar esperanza.
TRACK: Es un disco que no depara en pocos buenos momentos pero me inclinaré por esa bella balada, original de “Eric Andersen” “Violets Of Dawn” que interpreta maravillosamente “Mary Chapin Carpenter”.
Fue un buen año, no podemos quejarnos mucho por lo obtenido en el recuento discográfico del año. Hubo severas aportaciones de leyendas, futuras leyendas y demás personajes de alta alcurnia. El aire tonal de todas esta escena inundo las orejas y ojeras de este su humilde servidor. Puedo decir que me la pasé bien… Fue un decoroso despido para la primera década del siglo; misteriosamente se juntaron varios de mis portentos favoritos para sacar a la luz sus nuevos alegatos musicales …Bien recibidos, pues, sean, han sido y lo serán…. Lo único malo de un buen año como este, es que al menos la gran mayoría de los mencionados en la anterior lista, no sacarán nada el año que entra (y es que ellos si piensan a fondo sus producciones), así que esperemos que al menos el 2011 sea la mitad de bueno que este 2010, que muere o ha muerto ya... No sé ustedes, pero yo (lo repito) lo disfruté mucho; mucho más al ser llevado de la mano de estos discos que aquí he colocado. Es una aportación personal, confirmo, con esta lista no quiero decir que sean lo mejor del año, sino únicamente que para mi fueron algunas de las más gratas compañías. Espero hayamos podido congeniar en algunos.
Me despido pues, pero no sin antes dar mi última declaración musical del año. Para muchos miles que tuvimos la oportunidad de asistir, y déjenme por favor sonar presuntuoso en esta ocasión (ya que muchos otros tantos miles se quedaron con la ganas) este 2010 fue, sin lugar a duda, el año en que pudimos ver el The Wall en vivo: De una vez y por todas, para cerrar con broche de oro, como dijera “El Personal” este año fue el que al fin pudimos ser participes de ese show histórico con el que muchos ya hasta habíamos dejado de soñar. En fin… Bienaventurados los que madrugan por sus boletos.
Felices Fiestas y mejor empiezo de año.
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