Replicantes.

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España, 2009.

Sunset Boulevard

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El que Busca Encuentra

lunes, 17 de marzo de 2008

Barbacoa

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Reconozco que la siguiente columna no me fue muy grata, no creo que sea algún texto con referencias obligadas a un estilo, no cuaja del todo pero logran recatarse algunos elementos. Es un pasaje decoroso que denota mi prisa para entregarlo, debo admitir que fue hecho de manera express y sin tener más miramientos que la obligación de consumar la tarea. No obstante, helo aquí.

BARBACOA.

De nueva cuenta atendemos los enfados, recelos y enconos de todo aquello que nos significa ser. Aunque la oración resuene como “propia” por el simple hecho de acabar con un termino verbal en infinitivo, he decidido no seguir con la lógica de la misma, me refiero a lo humano, pues uno nunca deja de serlo, el ser humano es el simple hecho del ser – yo nunca me he convertido en elefante por ejemplo – no obstante de que en ocasiones he manifestado estados animales, pero estos, claro, como parte del mismo factor natural y no más. Retomo.
Cada cierto tiempo, pues, creo vehemente, los astros, soles, dioses, planetas o cualquier otro símbolo de fuerza superior que nos hemos inculcado, extienden el terreno de sus jurisdicciones y nos hacen pasar un rato de buena labia, no sé si ustedes se han dado cuenta, o soy yo el que empieza a rozar peligrosamente la locura, pero en mis muy tradicionales lecturas sociales, he podido observar con una cierta congruencia temporal – que tal vez un matemático bien podría investigar (aunque sería una verdadera perdida de tiempo) – el hecho de que existen periodos en que nosotros, simples seres mortales, damos una buena e inconciente muestra de toda esa humanidad errada, resentida, incrédula, suspicaz y rencorosa que somos. Ahora bien, estos periodos de expresión no son puramente legendarios, es lo divertido de mí alocada (ya lo empiezo a creer) disertación, sino más bien un bello retazo del anecdotario colectivo, algo que no se guarda en los anales de la historia, sino que se pierde vagamente en el aire; por completo relleno de cualquier tipo de enunciación. Entonces, claro, somos aquellos ciudadanos del mundo del que muchos hablan.
Alejados de todas esas bellas frases creadas por escritores, políticos, artitas y líderes sociales donde se resume parte de ese milenario sentir, estos pequeños lapsos son muestra de vil folclor del ser. Momentos de soez sentir carnal y lascivo para con el prójimo, ¿cuando entenderemos que por algo los diez mandamientos eran negaciones, no oraciones propositivas? Hasta en el mito de Dios teníamos congruencia con nuestro entendimiento. Es así, pues, nótese también mi estilo influenciado por el periodo de labia extendida (aún no digo nada y ya casi acabo mi espacio), que esta semana trate de enterarme de las cosas relevantes e irrelevantes del mundo, de todo aquello que se ha suscitado en otro territorio y alguien considero importante el divulgarlo.
Me ha sido grato este periodo, hacía ya anécdotas de otros cuando se suscitó este collage de notas efusivas que me encontré en el mosaico que es la red, aunque diría yo, es el “periodismo” de hoy en día. Me agrado saber, por ejemplo, que la otrora efigie del orgullo nacional por una recorrida de 400 metros, ha hecho efectivo su pronóstico para los nuestros en las próximas olimpiadas. Se ha manifestado claramente; fracasaremos. Los altos mandos del deporte nacional “no tienen el cerebro para realizar su trabajo". Bellas palabras de una mujer que alguna vez tuvo la desdicha de cargar el orgullo nacional gracias a una televisora irresponsable. En otros terrenos, vine a enterarme de nuestro primer caníbal, no el afamado de hace unos cuantos meses, sino de aquel que hasta los mismos medios confiesan, dejaron pasar. Gumaro de Dios, cuya confesión no deja de ser estremecedora con un dejo de ternura; “el muertito sabía a borrego”. Un joven de 26 años que se comió a su pareja de ocasión en Playa del Carmen, donde fue todo un suceso. Seguramente su libro, próximo a publicarse, será todo un éxito allá. Así también, leo con atención la promesa de un futbolista (cuyo nombre no querré recordarme) que ha prometido no tener sexo si le mete un gol al legendario equipo del Real Madrid. De la misma manera, me pongo al corriente de las nuevas tecnologías, pues ahora sé que los hackers buscan información personal en los marcapasos, etc. Para que hacer larga la lista, el que busca encuentra, aunque en ocasiones, lo divertido es ser el encontrado.

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