Replicantes.

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España, 2009.

Sunset Boulevard

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El que Busca Encuentra

lunes, 1 de septiembre de 2008

Nidos

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Después de un fin de semana lleno de marchas por razones varias, de pretextos y uno que otro capricho, y después de acabadas las olimpiadas y recordar la vida diaria (cotidiana mexicana), me encuentro con ciertas realidades que al parecer nunca van a cambiar.

NIDOS.

¿Qué es lo que hace a una persona ser más primordial que otra? ¿Será acaso lo significativo y lo trascendental o el simple hecho de la competencia social; peor aún, la conveniencia político-profesional? Yo no tengo la menor idea de a que se deba que ciertos nombres sobresalgan ante aquellos brindados cada que me encuentro en algún sitio y decido tenderle la mano para conocerle – a alguien. Personas en la frecuencia de lo habitual, tan comunes que al igual que yo, no tienen donde caerse muertos más que en el sobreprotector colchón de lo que sufridamente hemos contenido de nuestra educación.
¿Por qué entonces esa movilización tan radical (no de raíz sino más bien aparente) y esencial (mediática) para con la inseguridad – que vivimos todos – por el hecho de que un padre (sufrido, muy sufrido y honesto con su dolor hay que decir), miembro de las altas esferas de esta sociedad, haya perdido a su hijo? ¿Por qué esa actitud reaccionaria para con aquellos que sí tienen mayores posibilidades de vida, de argumento en contra de carreras políticas y/o profesionales, ya lo he mencionado?
¿Qué hay de todas esas otras personas que han pasado por lo mismo y sólo han visto pasar el tiempo ensimismados por lo pobres argumentos de un gobierno que no hace más que ser un escaparte de pretextos que en alguna ocasión fueron material para los mediocres cómicos de televisión, pero que hoy vuelven a doler? ¿Acaso no existen? ¿Acaso sólo se manifiestan las cosas si los delitos están próximos a las personas cercanas a nuestros representantes, que bien no son ellos los que deberían estar cercanos a nosotros y no al revés? Farsas y más farsas, una democracia lacónica es la que sustenta la gobernabilidad, la responsabilidad, la confianza y la fe de su pueblo, una democracia nada poderosa que nos abraza con sus brazos fríos (para sentir aún más el velo, cada que se nos pierde un hijo).
¿Por qué esas reacciones tan rápidas, sin meditar, por qué esas reuniones tan fastuosas donde todos deciden parar su cuello blanco y atragantarse con los ánimos de mayores presupuestos? Yo no lo entiendo del todo, sé que en parte es cierta naturaleza la que se refleja; cierta mediocridad nacida de una cultura que no hace más que traicionarse y re-traicionarse, que no hace más que esperar el momento justo para tomar las justas con su propia mano y acabar primero con sus enemigos y luego a sentarse para engordar, muy ajeno a lo que nuestros también vendidos, mediocres y reaccionarios (reacciones aún más vulgares y anodinas) medios nos piden ser. “No seas la gorda estereotipada que hemos creado, eso no es bueno.”
No sé que tan primordial sea yo en este caso, o los míos, en ocasiones me lo pregunto y me ofusco, ¿qué pasaría si en todo caso nos tuviera que evaluar un gobierno partidista como el que tenemos en todos los estados, y en la federación? Acaso habría movilizaciones por un tipo tan corriente como común, tan gris y usual que no hace más que de vez en cuando tomarse una cerveza con los suyos y disfrutar un tanto los minutos, segundos u horas, cantando una que otra rola que nos revela un dolor más profundo y coqueto, el amor. ¿Dónde han quedado nuestros momentos? Esos fueron secuestrados hace muchos años por gente que se dedico a regalarle este país a la desconfianza.

Hoy las cosas deben cambiar, nos dicen, van a cambiar, lo gritan por todos lados, no será lo mismo, con la ayuda de todos haremos de esto algo mejor, ¿qué no es lo que hemos pedido toda la vida, su apoyo para con nuestras luchas? ¿Qué acaso no somos lo suficientemente primordiales, salvo casos de fechas de elecciones próximas? ¿Qué acaso soy más que ustedes? Digo, yo tengo un reconfortante colchón de educación, al parecer, todos esos de arriba ni eso tienen, salvo sus monedas y billetes que apestan a los años.
¿Qué es lo que hace a una persona ser más primordial que la otra? No lo sé, supongo que en este país hay más cuestionamientos que dudas. Dudas que matan.

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