Replicantes.

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España, 2009.

Sunset Boulevard

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El que Busca Encuentra

sábado, 1 de septiembre de 2007

De Almohadas

EL BOLSILLO IZQUIERDO

Esta columna nació, como bien dice implícitamente el texto, un día de mucho sueño y de rencor al contenido que impera en el televisor.

DE ALMOHADAS.

En ocasiones el sueño disturba el buen soñar. Lo digo muy en el sentido irónico de la realidad: valiente por las fuertes críticas que pudiese recibir el estilo de esta primera enunciación. En todo caso preferiría justificarme que dicho pensamiento es algo en lo que creo, puesto que siento es verdad (muy en la realidad presente en la que escribo), y que no es una mera herramienta estética de poner la misma acción en dos sentidos diversos para tratar de verme muy trovador. Eso en todo caso ese asunto se los dejó a mis estatuillas Dylan, Young, Cohen y porque no, Chava Flores (donde se encuentre).
Y es que aunque puedo empezar a evidenciar los hechos que me han llevado a discernir entre los pensamientos de muchos (así como de emparentar con los de otros tantos por igual) no puedo negarme al sutil y fútil contexto de que me estoy cayendo del cansancio. En realidad quiero dormir, pero la realidad me quita esas ansias; en ocasiones, el sueño disturba el buen soñar.
Y es que siendo sincero, mi terca naturaleza de cuenta cuentos urbanos (y de vez en cuando arbolarios) no logra cegar esa otra necia visión que tengo de pormenorizar, con un humor negro bastante corriente, las cosas que pasan en mi querido territorio nacional-surrealista. Digo, en ocasiones, casi siempre, cuando me agarra el dispar entumecimiento del poder onírico, me da por esa otra maliciosa maña que tengo de tratar de acurrucarme viendo la programación del televisor. Y pues no pasan más de dos minutos cuando ya ando con los ojos completamente abiertos del temor. ¡Que cosas tan feas se ven por estos tiempos en ese pequeño cuadro emisor de imágenes!
La pesadilla comienza con el clásico noticiario, cosa que me quita de tajo el sueño por dos razones básicas; la primera sería esa de notar la hechura, ya casi natural, de la acción de emparentar una noticia con una causa o bien en contra de otra y que favorezca o entorpezca la imagen de algo o alguien, la mayoría de las veces por una causal política. La segunda es que si se parte de ese hecho de manipular, es que lo mostrado es en cierta forma realidad. Tal vez con otros principios pero en efecto está pasando. Cosa que quita el sueño.
Es entonces cuando empiezo con el condescendiente cambio de canales en un devenir progresivo de fatalidades. Si no es un cartón animado que en verdad me entusiasme por su acidez de ver la vida, es otra caricatura que explore en los más pequeños, sus más agresivos temores por convertirse en potenciales terroristas de una nación que aún no conocen ni logran ubicar en un mapa (si es que ya conocen un mapa). Sucesivamente el sueño me lo quita esta realidad de querer abrigarme en un candente cansancio, que ya tenía, y el exploratorio hecho de querer exagerarlo con el fin ilusorio de que tal vez una hada madrina se me apareciese en el fantasioso mundo de mi dormir, y me llevase lejos de aquí. A un lugar donde sólo haya cabida para el relax y las “modernas” teorías para el desastres.
Y es que siendo sincero, al prender mi tan estimado televisor no se me da otra opción que sentir lastima por él. Para mí (en mi particular y bizarro sentido de la savia) no tiene la menor culpa por lo que lo han sometido a proyectar, y por ende nunca lo he anunciado como el enemigo. Es por eso el perdón, es por eso la costumbre y la ternura de compartir con él, el sueño. Mi sueño, que nace de un cansancio, y que muere por la realidad cohabitada de la nación que en otros ojos es también un sueño.Es así que en mi cansancio siempre termino más cansado. Bien esa podría ser la razón de mi tan alocada visión sobre el todo, pero ¿qué se le va a hacer? En realidad me la creo cuando somnoliento recito esa frase con la que hoy comienzo a dormirme. Buen día.

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