EL AMOR ES ODIO
He aquí, la cabalística – séptima – entrega de estos poemas con poco sentido común pero que bien están basados en experiencias propias y de mis más allegados.
ESPERO OLVIDARME DE TI
Espero olvidarme de ti algún día. En un instante.
Lo digo en serio.
Si vieras que en ocasiones hasta me río por creerlo
Es que imagina; que exista esa vida después de la muerte
Así como soy, capaz que te sigo pensando
En serio, te lo digo
Espero algún día olvidarme de ti. En un instante.
CADA VEZ DESPUÉS.
Tranquila, de pie, casi quieta,
Así estabas, así permaneciste el día en que te abandone
¿Recuerdas?
Cuando en mi mentira te dije que te quería;
Que jamás me alejaría,
Y que después te confesé
Y me mataste de tu adentro,
y permaneciste…
Tranquila, de pie, casi quieta,
Así estabas, así permaneciste en aquel día en que empezaste a odiarme,
Tú a odiarme y yo a no quererte como antes.
¿Recuerdas algo de mí?
¿Qué recuerdas más de mí?
Es en este reencuentro no agendado que me doy cuenta que el tiempo ha pasado.
Y de frente, tranquilos, de pie, casi quietos
Así estamos, viéndonos
Yo sin nada que decirte, tú sin nada por que odiarme
¿Nos queremos acaso?
¿Tanto para odiarnos otra vez?
No,
Así que te dejo,
De nueva cuenta,
Tranquila, de pie, casi quieta, como aquel día.
Hoy yo me marcho.
Con la mirada sombría con la que me despides,
Te pasó de largo,
Lento y pausado,
Con la distancia permanente del adiós,
Con la exacta medida para jamás volver siquiera a extrañar nuestros tactos.
Yo lo sé,
Sé que así será,
Si acaso hemos de volver a vernos, a encontrarnos,
Cada vez.
MUCHAS VECES.
Cuantas veces no te he imaginado entrar por esta puerta para pedirme perdón,
Cuantas,
Cuantas veces no te he perdonado ya en la imaginación.
Sé que lo sabes, que lo sabes aún mejor que yo,
Jamás, jamás, te has visto entrar por esta puerta,
No antes que yo.
Y me pregunto cuando has de volver, si has de volver, si te has imaginado volver,
O por lo menos sí estas cerca, cerca de volver.
Cuantas veces no me he quedado dormido en esta puerta,
Soñando que vuelves, soñando que vuelves sin pedirme perdón
Soñando en mí sueño que te quiero sin recelo,
Sin el recelo con el que escépticamente cuido el espacio para tu perdón.
Cuantas veces no he sonreído mientras imagino,
Cuantas veces no he alzado los brazos mientras dormito,
Cuantas,
Cuantas veces no hemos estado juntos de nueva cuenta en mi ilusión
Cuantas, dime cuantas
Cuantas veces no te he imaginado contar las ocasiones en que me digo que te quiero,
Cuantas.
¿Lo sabes?
Sé que no, que no
Y me pregunto
Me pregunto si me pedirías perdón
Por si un día vuelves,
¿Me pedirías perdón?
O bien, por el amor que conoces,
Sabrías ya que te he perdonado.
He aquí, la cabalística – séptima – entrega de estos poemas con poco sentido común pero que bien están basados en experiencias propias y de mis más allegados.
ESPERO OLVIDARME DE TI
Espero olvidarme de ti algún día. En un instante.
Lo digo en serio.
Si vieras que en ocasiones hasta me río por creerlo
Es que imagina; que exista esa vida después de la muerte
Así como soy, capaz que te sigo pensando
En serio, te lo digo
Espero algún día olvidarme de ti. En un instante.
CADA VEZ DESPUÉS.
Tranquila, de pie, casi quieta,
Así estabas, así permaneciste el día en que te abandone
¿Recuerdas?
Cuando en mi mentira te dije que te quería;
Que jamás me alejaría,
Y que después te confesé
Y me mataste de tu adentro,
y permaneciste…
Tranquila, de pie, casi quieta,
Así estabas, así permaneciste en aquel día en que empezaste a odiarme,
Tú a odiarme y yo a no quererte como antes.
¿Recuerdas algo de mí?
¿Qué recuerdas más de mí?
Es en este reencuentro no agendado que me doy cuenta que el tiempo ha pasado.
Y de frente, tranquilos, de pie, casi quietos
Así estamos, viéndonos
Yo sin nada que decirte, tú sin nada por que odiarme
¿Nos queremos acaso?
¿Tanto para odiarnos otra vez?
No,
Así que te dejo,
De nueva cuenta,
Tranquila, de pie, casi quieta, como aquel día.
Hoy yo me marcho.
Con la mirada sombría con la que me despides,
Te pasó de largo,
Lento y pausado,
Con la distancia permanente del adiós,
Con la exacta medida para jamás volver siquiera a extrañar nuestros tactos.
Yo lo sé,
Sé que así será,
Si acaso hemos de volver a vernos, a encontrarnos,
Cada vez.
MUCHAS VECES.
Cuantas veces no te he imaginado entrar por esta puerta para pedirme perdón,
Cuantas,
Cuantas veces no te he perdonado ya en la imaginación.
Sé que lo sabes, que lo sabes aún mejor que yo,
Jamás, jamás, te has visto entrar por esta puerta,
No antes que yo.
Y me pregunto cuando has de volver, si has de volver, si te has imaginado volver,
O por lo menos sí estas cerca, cerca de volver.
Cuantas veces no me he quedado dormido en esta puerta,
Soñando que vuelves, soñando que vuelves sin pedirme perdón
Soñando en mí sueño que te quiero sin recelo,
Sin el recelo con el que escépticamente cuido el espacio para tu perdón.
Cuantas veces no he sonreído mientras imagino,
Cuantas veces no he alzado los brazos mientras dormito,
Cuantas,
Cuantas veces no hemos estado juntos de nueva cuenta en mi ilusión
Cuantas, dime cuantas
Cuantas veces no te he imaginado contar las ocasiones en que me digo que te quiero,
Cuantas.
¿Lo sabes?
Sé que no, que no
Y me pregunto
Me pregunto si me pedirías perdón
Por si un día vuelves,
¿Me pedirías perdón?
O bien, por el amor que conoces,
Sabrías ya que te he perdonado.
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