Replicantes.

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España, 2009.

Sunset Boulevard

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El que Busca Encuentra

lunes, 10 de septiembre de 2007

El Milagro

EL BOLSILLO IZQUIERDO

La presente columna nació al encontrarse una obra en curso en la casa de mis vecinos – he ahí lo anecdótico. Después, claro, mi mente voló y me encontre en una situación en demasía hilarante.


EL MILAGRO.

Muchos creían que era un ángel, un milagro o una presencia inmaculada que podría significar un milagro, o lo que es lo mismo, una silueta que realizaría para nosotros, nuestros más ocultos deseos (por aquello de la impotencia de realizarlos nosotros).
No recuerdo exactamente el día ni la primera imagen, sólo que regresaba de algún paseo matutino cuando observe como la casa de a lado empezaba a perder su forma, todo empezó ese día, cuando la remodelación de la casa marcada con el número 18 intentaba embellecerse.
En las semanas posteriores todo era un caos en la calle: cemento en las banquetas, polvo dentro nuestras casas y para colmo, la temporada de lluvias se aproximaba, tornando de gris el color naturalmente azul en la colonia.
Un mes más tarde se vino el suceso trágico: una monumental lluvia que acabo con varias colonias al norte de la ciudad, cientos de personas se quedaron sin hogar, algunos otros, sin familiares. Cuando el mundo despertó, había una imagen un tanto extraña, un tanto familiar en la pared de mi cuarto. Era una mancha sin forma, aunque la gente creyó que era un ángel, convirtiendo mi cuarto en una zona de visitas cotidianas. Nunca he ido a la iglesia pero ahora mi casa forma parte de la fe del pueblo.
El mito recorrió un rato las ciudades aledañas, incluso un canal latino del extranjero vino a hacer una nota. La conductora afirmo que esta aparición era una respuesta a las plegarias de los habitantes que habían perdido algo en el “Diluvio moderno” como ella lo llamo.
La figura seguía ahí, como un borrego de oro. Una figura que día a día, a pesar de la sugestión humana, yo veía con menos forma de algo divino. Incluso los trabajadores de la obra de a lado se habían convertido en algunos de los visitantes más recurrentes. Ahora el caos es mucho mayor que cuando comenzaron a trabajar. Mi hogar ha sido testigo de mítines, platicas y oratorias religiosas, igualmente ha sido visitado por padres de varias religiones y por gentes de diferentes posiciones económicas pero de entendimiento parecido.
Realmente todo este evento fue ocasionado por la humedad que produjo la construcción aledaña; la incompleta terminación del techo, en conjunto con la fuerte lluvia de la semanas posteriores. El agua se había infiltrado en la pared de mi cuarto formando una silueta que para el tipo de obras públicas (que la vio cuando me queje de la construcción) resulto ser un milagro.
Severas semanas después, mi cansancio estaba a punto del desmayo (y a pesar del astral viaje por la baja de azúcar en mi cuerpo, mi visión aún no encontraba forma a ese supuesto ángel). Decidí tomar medidas.
Si ese era un milagro de verdad pues era mí milagro y no dejaría que mis fuerzas se abatieran por un hecho imprevisto de negligencia en el negocio de la construcción. Desde hace algunos días cobro unos cuantos pesos por la entrada a ver “el milagrito” y si bien algunos diarios y sermones dominicales me han tachado de oportunista, la gente no ha dejado de presenciar mi hogar, es más, ya hasta le puse marquito a la humedad esa que la gente suele llamar como el “ángel del diluvio”. Por cierto, el otro día me entere que ya había hecho su primera curación milagrosa. Un amigo medico me explico la razón verdadera de la cura del tipo pero le dije que la ocultara y subí el precio de ingreso a mi casa, ahora soy gerente de un milagro. Lo que me hace sentir mal con lo verdaderos creadores de mi fortuna, los albañiles, ¿Qué dirían si supieran que ellos hicieron todo esto?

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