EL BOLSILLO IZQUIERDO
Dicho sea de paso, está columna fue escrita alrededor de un año y medio en el pasado. Sin mucha inspiración, divague entre lo que en ese momento sentía: la presión de escribir algo sin tener en demasía inspiración. Lo primero que se me vino a la mente fue, obviamente, el olvido; posteriormente se me ocurrió al relatar en primera persona a alguien que se le había olvidado la mejor idea que había tenido en toda su vida.
OLVIDO.
Se me olvido lo que iba a decir, lo que tal vez, iba a contar; no sé porque, si lo supiera, tal vez no se me hubiera olvidado.
No tengo ni la más mínima clave de lo que supuestamente iba a escribir, si es que realmente lo iba a hacer. El olvido se llevo mis ideas y todos los argumentos que había para poder establecer mi primera columna decente; tenía el tema perfecto y la frase inicial que cambiaria al mundo, el final era sorprendente, daba un cambio inesperado para cualquier lector, así fuera el más imaginativo del mundo.
Creo, porque el olvido toma cada vez mas fuerza, que iba a escribir esa historia perfecta, creo que estaba a punto de sentarme a escribir esa palabra que nunca ha sido utilizada para el inicio de algo cuando se me olvido la palabra en cuestión y todo lo demás también.
No sé realmente lo que paso, ya que tengo tres formas de olvido; el tiempo, el orgullo y la simple forma de querer que las cosas pasen a ser otras; la transformación.
La mente me da vueltas, ¿Cómo sé realmente que iba escribir algo?, y lo que es peor ¿Cómo sé que iba a escribir algo que era excelentemente bueno?, ¿cómo, si me conozco más que nadie?
El olvido se subió a mi ego y se dejo caer sobre mi gran invención, mi única defensa es que el olvido no logro quitarme el recuerdo por completo, por lo menos sé que iba a escribir algo. Conozco gente así, creo que tienen una profesión, se me olvido también quienes son, creo que realmente existen (¿políticos?)
A lo mejor me senté a escribir una carta de amor, una canción de protesta, un reclamo a la sociedad o un insulto a mi mismo. No lo sé, dudo de mí, al pensar en mí.
Tal vez simplemente me senté a descansar, me duelen las piernas, ¿camine hace un rato?, si fue así: no sé si más de lo normal, no sé si lo normal o menos. Tal vez mi edad me quiere decir algo que quiera olvidar.
Existe también la posibilidad que me haya sentado a llorar las penas que me acongojan a diario y simplemente las haya querido olvidar tratando de escribir algo o inventándome que detallaría la más grande lectura de todos los tiempos en menos de 5 líneas, ¿si era esa mi intención, lo logre?
El olvido me ha llevado a dudar de mi mismo, realmente no sé si por lo menos he escrito algo bueno en mi vida como para pensar que escribiría lo mejor de toda ella, en realidad me olvide si estoy viviendo. El olvido me ha hecho un ser lleno de incertidumbres, a su vez, un soñador, un hombre que cree que escribir es una profesión con futuro. La gente se ha olvidado de la lectura. ¿Realmente alguna vez leyeron?
Me olvide de mis sueños de ayer, ahora tengo unas ganas increíbles de escribir algo con lo que fantasee el mundo de increíble manera, ahora tengo otros sueños.
Cuando el olvido aparte su brazo de mi, tendré más sueños que ayer, más conocidos, más ganas de recordar y mucho más olvido. Tal vez me olvide de mi escritura, tal vez me encuentre sentado en un lote baldío cuando ese recuerdo de la infancia me domine y quiera ser aviador, volteare al cielo y tal vez me olvide de los aviones, tal vez se me venga a la mente una palabra que nunca ha sido utilizada para comenzar algo, tal vez eso pasó, pero se me olvido también y de nuevo.
Ahora que lo pienso y el olvido se esta yendo, no hay ningún instrumento de escritura en este cuarto, tal vez me este desconociendo. Tal vez me olvide de mi mismo.
No tengo espejo en mi cuarto.
Dicho sea de paso, está columna fue escrita alrededor de un año y medio en el pasado. Sin mucha inspiración, divague entre lo que en ese momento sentía: la presión de escribir algo sin tener en demasía inspiración. Lo primero que se me vino a la mente fue, obviamente, el olvido; posteriormente se me ocurrió al relatar en primera persona a alguien que se le había olvidado la mejor idea que había tenido en toda su vida.
OLVIDO.
Se me olvido lo que iba a decir, lo que tal vez, iba a contar; no sé porque, si lo supiera, tal vez no se me hubiera olvidado.
No tengo ni la más mínima clave de lo que supuestamente iba a escribir, si es que realmente lo iba a hacer. El olvido se llevo mis ideas y todos los argumentos que había para poder establecer mi primera columna decente; tenía el tema perfecto y la frase inicial que cambiaria al mundo, el final era sorprendente, daba un cambio inesperado para cualquier lector, así fuera el más imaginativo del mundo.
Creo, porque el olvido toma cada vez mas fuerza, que iba a escribir esa historia perfecta, creo que estaba a punto de sentarme a escribir esa palabra que nunca ha sido utilizada para el inicio de algo cuando se me olvido la palabra en cuestión y todo lo demás también.
No sé realmente lo que paso, ya que tengo tres formas de olvido; el tiempo, el orgullo y la simple forma de querer que las cosas pasen a ser otras; la transformación.
La mente me da vueltas, ¿Cómo sé realmente que iba escribir algo?, y lo que es peor ¿Cómo sé que iba a escribir algo que era excelentemente bueno?, ¿cómo, si me conozco más que nadie?
El olvido se subió a mi ego y se dejo caer sobre mi gran invención, mi única defensa es que el olvido no logro quitarme el recuerdo por completo, por lo menos sé que iba a escribir algo. Conozco gente así, creo que tienen una profesión, se me olvido también quienes son, creo que realmente existen (¿políticos?)
A lo mejor me senté a escribir una carta de amor, una canción de protesta, un reclamo a la sociedad o un insulto a mi mismo. No lo sé, dudo de mí, al pensar en mí.
Tal vez simplemente me senté a descansar, me duelen las piernas, ¿camine hace un rato?, si fue así: no sé si más de lo normal, no sé si lo normal o menos. Tal vez mi edad me quiere decir algo que quiera olvidar.
Existe también la posibilidad que me haya sentado a llorar las penas que me acongojan a diario y simplemente las haya querido olvidar tratando de escribir algo o inventándome que detallaría la más grande lectura de todos los tiempos en menos de 5 líneas, ¿si era esa mi intención, lo logre?
El olvido me ha llevado a dudar de mi mismo, realmente no sé si por lo menos he escrito algo bueno en mi vida como para pensar que escribiría lo mejor de toda ella, en realidad me olvide si estoy viviendo. El olvido me ha hecho un ser lleno de incertidumbres, a su vez, un soñador, un hombre que cree que escribir es una profesión con futuro. La gente se ha olvidado de la lectura. ¿Realmente alguna vez leyeron?
Me olvide de mis sueños de ayer, ahora tengo unas ganas increíbles de escribir algo con lo que fantasee el mundo de increíble manera, ahora tengo otros sueños.
Cuando el olvido aparte su brazo de mi, tendré más sueños que ayer, más conocidos, más ganas de recordar y mucho más olvido. Tal vez me olvide de mi escritura, tal vez me encuentre sentado en un lote baldío cuando ese recuerdo de la infancia me domine y quiera ser aviador, volteare al cielo y tal vez me olvide de los aviones, tal vez se me venga a la mente una palabra que nunca ha sido utilizada para comenzar algo, tal vez eso pasó, pero se me olvido también y de nuevo.
Ahora que lo pienso y el olvido se esta yendo, no hay ningún instrumento de escritura en este cuarto, tal vez me este desconociendo. Tal vez me olvide de mi mismo.
No tengo espejo en mi cuarto.
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